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Que sea sano no significa, sin embargo, que no engorde. De hecho, tenemos varios ejemplos de alimentos muy sanos por su aporte en grasas beneficiosas para el organismo (omega3, grasas monoinsaturadas…) como los frutos secos, salmón o aguacate, pero que son altamente calóricos, por lo que habrá que controlar su consumo si no se desea subir de peso. Por todo ello, se puede concluir que los alimentos sanos engordan.
Alimentos light, ecológicos e integrales
Los alimentos light tienen un 30% de calorías menos que su equivalente no light, pero esto no significa que no engorden, simplemente aportan menos calorías.
Respecto a los ecológicos, este es otro de los errores más comunes. La etiqueta «ecológico» solo nos habla de la manera de cultivarse un alimento, pero en cuanto a calorías aporta exactamente las mismas. Otra cosa es que pueda estar menos tratado con fertilizantes y que conserve mejor sus vitaminas o propiedades.
Por otro lado, integral solo significa que el cereal lleva el grano entero, con su cáscara, por lo que aportará más fibra, más vitaminas y mejorará el tránsito intestinal, pero sus calorías seguirán siendo muy similares a un alimento no integral.
¿Solo importan las calorías o también su composición?
La composición de los alimentos importa, y mucho. Está claro que no es lo mismo comerse un donut que un plato de verduras. Aun si consiguiéramos comer la cantidad de verduras suficientes como para que la cantidad de calorías fuesen las mismas, el donut nos va a aportar mucha grasa saturada y ningún nutriente útil. Por el contrario, las verduras nos aportarían vitaminas y minerales útiles para nuestro organismo. Además de ser un buen aporte de fibra y saciar mucho más que un donut.
¿Existen alimentos que engordan a una persona y a otra no?
No, todos los alimentos engordan por igual a todas las personas. Es decir, el pan va a aportar 277 kcal por 100 gramos a todas las personas. Otra cosa distinta es que eso vaya a tener la misma repercusión en el peso de todas ellas. Aquí influyen muchos factores; edad, sexo, genética, actividad física… Finalmente, nuestro cuerpo necesita un aporte de calorías determinado al día. Si sobrepasamos lo que el cuerpo necesita el exceso de calorías se acumulará en forma de grasa en nuestro organismo. Si ingerimos menos calorías de las que gastamos es cuando se consigue una pérdida de peso.
