La bulimia es uno de los trastornos de la conducta alimentaria más frecuentes. Se clasifica dentro de este conjunto de alteraciones de la salud mental, que están consideradas como graves por sus posibles consecuencias. Si crees que tú o alguien cercano la padece, conviene que conozcas esta información.
Los trastornos de conducta alimentaria o TCA incluyen la anorexia nerviosa, el trastorno por atracón, la bulimia nerviosa y el grupo de los no especificados. Se trata de problemas médicos importantes cuyos rasgos comunes incluyen la ingesta de alimentos alterada y conductas extremas con el propósito de controlar el peso corporal. Según la Organización Mundial de la Salud, 14 millones de personas en el mundo fueron diagnosticadas con TCA en 2020.
Los atracones y purgas asociados con estas patologías generan una gran ansiedad. En concreto, la persona afectada siente que ha perdido el control sobre la alimentación, ya que no puede parar de comer. Tiene una percepción distorsionada del propio cuerpo, que es juzgado con severidad por supuestos defectos. Por lo general, las fluctuaciones en el peso corporal suelen ser de 5 o 10 kilos.
Este problema tiende a prolongarse en el tiempo, por lo que produce consecuencias negativas en la salud. Como veremos más adelante, su prevalencia ha aumentado en Euskadi y, por esa razón, queremos mostrarte los síntomas y las complicaciones asociadas:
Este trastorno alimenticio puede llegar a generar un desgaste crónico en el organismo que puede derivar en diferentes complicaciones de carácter médico
La alteración crónica de la ingesta podría generar una serie de patologías cardíacas y renales. Además, hay repercusiones en otros órganos. La piel se seca, igual que las uñas y el pelo, que se hacen quebradizos. A causa de la desnutrición crónica, puede haber fatiga, osteopenia y anemia.
El vómito frecuente afecta a las estructuras de la boca, lo que provoca ronquera, dolor de garganta e inflamación de las glándulas salivales. Asimismo, los dientes sufren de caries severas y desgaste del esmalte dental por la exposición a las secreciones gástricas ácidas. Por otra parte, puede presentarse enfermedades por reflujo gastroesofágico, deshidratación o desequilibrio electrolítico.
En lo que respecta a la salud mental, la ansiedad y la preocupación constante pueden llevar a la persona a cuadros depresivos, lo que en algunos casos podría verse asociado con el aumento del riesgo de suicidio o el abuso de sustancias.
Para esta enfermedad, existen tratamientos eficaces que deben iniciarse cuanto antes y, para conseguirlo, es imprescindible que tú o tu ser querido acudan a un profesional de la salud mental. El propósito es evitar que el daño psicológico y orgánico avance y la persona afectada enferme de gravedad.
Al respecto, conviene observar si existen las llamadas conductas de riesgo, es decir, actitudes o intereses que puedan conducir al padecimiento de la bulimia nerviosa. Si las conoces, puedes detectarlas a tiempo, antes de que el problema progrese:
Este trastorno de la conducta alimentaria puede presentarse en cualquier persona y en todas las edades. Sin embargo, es mucho más frecuente en mujeres y en las edades comprendidas entre los 20 y los 45 años.
En nuestro país, la prevalencia en este grupo de edad es de aproximadamente 5 % en mujeres y de 0,3% en hombres. En Euskadi se ha observado que las consultas motivadas por los TCA de 2021 aumentaron más del 60 % en relación con las del año 2020. Por otra parte, los nuevos casos diagnosticados se han presentado a edades más tempranas.
El tratamiento se basa en un enfoque multidisciplinar en las áreas psicológica, psiquiátrica y nutricional. Es importante tratar los cuadros de depresión o de ansiedad asociados, así como proporcionar pautas para formar hábitos alimenticios apropiados. La terapia cognitivo-conductual puede explicar y modificar la aparición de determinados pensamientos irreales, cuya consecuencia son las conductas alimentarias distorsionadas.
Debido a que se trata de una patología que se aborda desde diversos ámbitos, es clave que se busque ayuda profesional especializada y que todos/as los/as profesionales implicados en el tratamiento trabajen de manera coordinada aunando criterios.
En definitiva, la bulimia es un trastorno mental y de la conducta que puede detectarse a tiempo para que la persona afectada reciba un tratamiento eficaz. Si piensas que en tu entorno hay algún caso como los que hemos descrito, no dudes en solicitar asistencia especializada.