¿Qué es la retención de líquidos y cómo tratarla? Estas son dos preguntas que muchas personas se hacen, ya que es un problema bastante frecuente. La retención surge por diversas causas y sus consecuencias pueden ser muy molestas. En este artículo, encontrarás información que te resultará muy interesante para resolver tus dudas.
Los fluidos del organismo representan aproximadamente el 60 % del peso corporal y se dividen en intracelular y extracelular. Los primeros se encuentran dentro de las células y equivalen al 67 % del volumen total. Los segundos son principalmente líquido intersticial, embebido en los tejidos, y representan un tercio.
Existen diversos mecanismos fisiológicos que mantienen estable el contenido en el cuerpo, entre los cuales destaca la concentración de sodio y potasio. Cuando todo funciona correctamente, el líquido pasa de la circulación a los tejidos y el drenaje se produce hacia el sistema linfático, donde el fluido adopta el nombre de linfa.
Sin embargo, cuando aparece la retención, llamada edema en terminología médica, hay un desequilibrio entre el volumen que pasa de los capilares a los tejidos y el que se reabsorbe a través de los vasos linfáticos. En estos casos, aumenta el contenido de líquido en el intersticio, o espacio entre las células.
Dado que el espacio intersticial está presente en todo el cuerpo, las manifestaciones del desequilibrio hídrico interno suelen ser generalizadas. Aun así, debido a la gravedad, son más evidentes en los miembros inferiores. Los síntomas más comunes son los siguientes:
Existen varias patologías que pueden causar esta retención, bien porque el volumen de líquido intersticial es mayor, no se elimina correctamente o bien porque hay un obstáculo en la circulación linfática. Las causas más frecuentes son las que te enumeramos a continuación:
Entre los factores ajenos a dolencias que predisponen a padecerla, se hallan los que favorecen la retención de líquidos sin que exista una enfermedad subyacente. El sobrepeso, el sedentarismo, el uso de ropas ajustadas, el calor y la dieta inadecuada son los principales.
La primera medida, indispensable, es someterte a un reconocimiento médico para descartar posibles patologías. En la mayoría de los casos, los edemas responden a la presencia de factores que pueden modificarse con relativa facilidad.
Las rutinas saludables contribuyen a evitar la acumulación de líquidos. Por ello, es imprescindible que te hidrates adecuadamente y de forma frecuente a lo largo del día, a pequeños sorbos, con agua, zumos o infusiones para estimular la función renal. Si padeces una enfermedad del corazón llamada insuficiencia cardiaca puede que esta cantidad de líquido deba ser menor al de una persona sana, por lo que deberías consultarlo con tu médico.
Por otro lado, dormir lo suficiente es útil, no solo para el buen funcionamiento del organismo, sino porque la posición horizontal ayuda a drenar el líquido en las piernas, al situarlas al nivel del corazón. Igualmente, el ejercicio, sobre todo las caminatas, activan el mecanismo linfático.
Mantener un adecuado control de peso es un pilar básico del tratamiento.
Ciertos alimentos producen retención de líquidos, mientras que otros alivian este problema. La primera medida es no consumir los que contengan mucha sal y reducir la que empleas al cocinar. El Diario Vasco publicó un interesante artículo al respecto.
De igual forma, los productos a evitar en tu alimentación son los embutidos, los quesos curados, los snacks salados, las sopas instantáneas, las conservas y los aderezos industriales. En cambio, las patatas, calabacines, pescados azules, champiñones y plátanos favorecen el balance hídrico de tu organismo, dado que son fuentes naturales de potasio.
La utilidad del drenaje linfático manual estriba en que activa la contracción de los vasos linfáticos para que drenen el contenido líquido. Es un masaje suave, que sigue la distribución de estos elementos anatómicos.
Medias de compresión
Aplican diversos grados de presión en las piernas, favoreciendo la reabsorción de líquido. Las hay de diversos tamaños (hasta la rodilla, muslos, pantys) y grados de presión.
La combinación de algunos vegetales y hierbas puede activar la función renal, circulatoria y linfática para ayudar a quitar la retención de líquidos. Asimismo, suelen ser muy frecuentes las infusiones y los tés. Los más frecuentes son los siguientes:
De todas formas, únicamente se recomienda el consumo moderado de estas sustancias, sobre todo si padeces alguna enfermedad cardiovascular y/o renal.
Ahora que sabes qué es la retención de líquidos y conoces las medidas para combatirla, podrás eliminar este molesto problema con facilidad. Recuerda que los buenos hábitos son la garantía para mantener tu salud por muchos años.
Y no olvides que, si nunca has padecido los síntomas de los que hemos estado hablando en este artículo, sería recomendable en primera instancia un reconocimiento por parte de tu médico de familia.