¿Es bueno para la piel ducharse todos los días?

Escrito por Dra. Marta Ballestero Díez | Dec 7, 2020 4:52:00 PM

¿Sabías que la piel es el órgano más grande del cuerpo y que, con casi 2 metros de extensión, cumple funciones vitales para mantenernos sanos? Pues bien, la piel es un órgano dinámico compuesto por una triple capa (epidermis, dermis e hipodermis) y sus anejos (folículo, glándulas sebáceas y sudoríparas).

La primera capa o epidermis, cubierta por una película hidrolipídica, contribuye a mantener la piel flexible, actúa como barrera frente a microorganismos y agresiones externas (químicas o mecánicas) y constituye la primera barrera de protección frente a los rayos ultravioleta (UV). La parte acuosa de esta película hidrolipídica constituye el llamado manto ácido protector, con un pH ácido entre 5,4 y 5,9, que destruye los microorganismos nocivos y favorece la formación de las grasas epidérmicas que evitan la pérdida del agua de nuestra piel.

La segunda capa o dermis, capa media firme y elástica, está constituida por el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico cuya formación disminuye a partir de los 25 años por la exposición a factores externos como la polución, el clima, la radiación UV, el consumo de tóxicos, la dieta inadecuada, el estrés y las alteraciones del sueño. Con su síntesis disminuida y su degradación aumentada van apareciendo las primeras arrugas y la flaccidez. Esta capa contiene, además, la red de capilares/vasos que nutren, eliminan tóxicos y regulan la temperatura corporal; y las terminaciones nerviosas sensibles al tacto, presión, temperatura y dolor.

La tercera capa o hipodermis es la capa grasa que amortigua, aísla y almacena energía.

Por lo tanto, la piel es el indicador de salud más visible.

¿A favor o en contra de la ducha diaria?

Desde hace relativamente poco tiempo, la ducha diaria es la práctica habitual y, esta frecuencia se ve incrementada según el estilo de vida. Quizá haya cierta controversia al respecto y haya detractores que sean partidarios de una higiene más espaciada. Esto podría serle favorable a los pacientes con dermatitis atópica aunque con las medidas y cosméticos adecuados ellos también pueden beneficiarse de la riqueza sensorial y del placer de este hábito.

Para que la ducha diaria sea saludable y mantengamos intacta nuestra barrera hidrolipídica, debemos conocer las medidas higiénicas más adecuadas. Así, evitaremos su deshidratación y preservaremos su pH para conservar los microorganismos naturales de nuestra piel (microbioma) que eliminarán a los microorganismos extraños que se presenten.

A continuación, ofrecemos algunos consejos:

  • Ducha diaria no superior a cinco minutos con agua templada utilizando syndets (detergentes sintéticos), aceites de ducha u oleo geles, dermatológicamente testados.
  • Peeling (exfoliación) 1 vez por semana para potenciar la renovación celular.
  • Secado posterior con pequeños toques, prestando especial atención a los pliegues.
  • Hidratación inmediata con emolientes corporales en forma de bálsamos, cremas o lociones específicos para cada tipo de piel.

Sudoración excesiva (hiperhidrosis)

En primer lugar, sabemos que la mayoría de las hiperhidrosis son de causa desconocida, con un componente hereditario de base. En este caso, los nervios responsables de estimular a las glándulas sudoríparas se vuelven hiperactivos incluso en ausencia de actividad física o aumento de la temperatura corporal.

En segundo lugar, la hiperhidrosis puede ser secundaria a enfermedades que debemos descartar como la diabetes, las enfermedades tiroideas, enfermedades suprarrenales, ciertos tumores, infecciones, trastornos en el sistema nervioso, ciertas medicaciones o la menopausia.

Su tratamiento es esencial para mejorar el impacto psicosocial. Disponemos de una escalada terapéutica como son los antitranspirantes, la crema de glicopirrolato, los medicamentos que bloquean la conducción nerviosa, la iontoforesis, la inyección local de toxina botulínica, la radiofrecuencia o los microondas que destruyen las glándulas sudoríparas y, en último lugar, la cirugía que consiste en extirpar los ganglios simpáticos que controlan la función de estas glándulas.

Mal olor corporal

La bromhidrosis o mal olor corporal, es secundaria a la degradación del sudor por parte de las bacterias que tenemos en la piel.

Las causas son múltiples: alteraciones metabólicas, alimentos como el ajo o la cebolla, el alcohol, ciertos fármacos, tóxicos…y el tratamiento consistiría en atender la causa, una buena higiene y cambios de vestuario.

En definitiva, como con todo en la vida, lo ideal sería buscar un equilibrio, individualizar las necesidades en función del estilo de vida, tipo de piel, patología de base (si la hubiera) y atender a un consumo sostenible de recursos como el agua y la energía, cuidando así de nuestro planeta. ¡Una naturaleza sana es la mascarilla y la vacuna más eficaz!