El asma y otras enfermedades alérgicas ya están consideradas una de las plagas del siglo XXI. El cambio climático, el exceso de contaminación y otros factores como los genéticos han hecho aumentar su incidencia hasta situarla por encima del 5% de la población adulta y del 10% de los menores de edad. Uno de los contextos más frecuentes en los que se producen ataques de asma es cuando se practica deporte: el ejercicio físico intenso causa un estrechamiento de las vías respiratorias y provoca falta de aliento, tos, silbidos durante la respiración y otros síntomas que impiden a las personas que lo sufren continuar desarrollando su actividad. De hecho, se calcula que la prevalencia del asma inducida por el ejercicio oscila entre el 15 y el 40% de la población de menos de 40 años.
Pero asma y deporte no son incompatibles. Según el Colegio de Farmacéuticos de Barcelona, en los Juegos Olímpicos de 1992 entre el 8 y el 12% de los atletas sufría asma. Este dato permite afirmar que con una correcta atención médica y la implicación de la persona afectada la convivencia entre ambos resulta muy beneficiosa, y solo debemos tener en cuenta algunas consideraciones para evitar que el asma nos impida hacer ejercicio físico.
Existen determinadas circunstancias que favorecen la incidencia del asma cuando practicamos deporte. Unas tienen que ver con factores personales:
Existen también factores ambientales:
Hay varias cosas que puedes hacer para evitar que un ataque de asma te sorprenda mientras practicas deporte:
Si estás practicando deporte y sufres un ataque de asma, debes actuar con calma y seguir estos consejos:
Recuerda que los síntomas del asma inducido por el deporte son muy similares a los de la bronquial. Para saber si sufres este tipo de desencadenante de broncoespasmo, debes acudir a un profesional alergólogo para realizar una sencilla prueba que consiste en una carrera durante varios minutos y varias espirometrías. Y aunque tradicionalmente se ha asociado esta alergia a la práctica del deporte, hoy en día se cree que la práctica continuada de ejercicio físico, unida a un correcto tratamiento médico, mejora las condiciones físicas del paciente y su tolerancia al asma. En cualquier caso, si crees que sufres algún tipo de dolencia asmática, acude a un profesional alergólogo para que te dé las pautas necesarias para practicar deporte y sobrellevar la enfermedad.
Neumóloga de IMQ