Uno los riesgos a los que se expone nuestra salud en verano, con la llegada de las altas temperaturas, es un golpe de calor. Este trastorno puede ser muy peligroso e incluso costar la vida, por lo que es muy importante saber qué es, cómo evitarlo, cómo detectar cuando se produce y qué hacer en esos casos.
Lo que produce un golpe de calor es un fallo general de varios órganos debido al aumento de temperatura en nuestro cuerpo y la incapacidad de éste para bajarla. Es como una especie de infarto producido por el calor.
En condiciones normales, se estima que nuestro organismo debe estar a una temperatura cercana a los 37°C; si por el motivo que sea se alcanzan los 40°C durante un tiempo continuado, corremos el riesgo de no ser capaces de bajar esa temperatura y que se produzca un colapso. El sudor, la transpiración, nos sirve para regular la temperatura en nuestro cuerpo, pero a determinados niveles no se produce esa sudoración.
Los golpes de calor son más frecuentes en personas de avanzada edad y, normalmente, con alguna patología previa. Una de las claves para evitar sufrir este trastorno es mantenernos hidratados, y los mayores tienen tendencia a beber menos agua.
También los más pequeños, que no han desarrollado del todo su sistema respiratorio, son un sector de riesgo.
Otro de los grupos susceptible de padecer un golpe de calor son los deportistas. El aumento de la temperatura corporal por la actividad física, unido al de un ambiente de mucho calor, es una mezcla muy peligrosa. Por eso, en verano es especialmente importante tener cuidado a la hora de practicar deporte.
Las personas que sufren algún tipo de enfermedad que les impida reaccionar en caso de sufrirlo, o quienes trabajan al aire libre expuestos a altas temperaturas, también corren el riesgo de padecer un golpe de calor.
Las altas temperaturas pueden hacer que nuestro cuerpo reaccione en diferentes grados. Una insolación leve se produce cuando el calor nos causa malestar, sensación de mareo, hace que la piel se ponga roja y nos baja la tensión, hasta el punto de que podemos sufrir una lipotimia o desmayo. En este caso debemos quedarnos en la sombra, en un lugar lo más fresco posible, y tumbarnos con los pies en alto hasta recuperarnos. Es importante también beber agua.
El golpe de calor es mucho más grave porque el aumento de temperatura afecta a nuestros órganos internos. Aquí se incluirán otro tipo de síntomas que describiremos más abajo, y ante los que tendremos que llamar a urgencias.
La prevención es fundamental. En verano, igual que debemos proteger nuestra piel del sol, tenemos también que evitar la exposición a altas temperaturas.
Uno de los problemas del golpe de calor es que aparece de manera muy rápida, entre 1 y 6 horas, y que evoluciona a gran velocidad, por lo que puede resultar fatal en menos de 24 horas. Por ello es importante detectar cuándo se está produciendo un golpe de calor y actuar rápidamente.
Algunos de los síntomas que produce un golpe de calor son:
Una reacción rápida cuando se produce un golpe de calor puede marcar la diferencia. Los primeros auxilios son fundamentales, pero si los síntomas persisten después de 20-30 minutos, debemos llamar a urgencias.
Si la persona pierde el conocimiento y deja de respirar, necesitarás realizar una reanimación cardiopulmonar.
Director del Servicio de Urgencias de las Clínicas IMQ