El verano es la época del año en la que la piel más se ve expuesta al sol y a los rayos UVA y UVB de forma más directa y prolongada por ocio o trabajo, incluso cuando se han utilizado protectores solares. Por ello, después de esta exposición y con la llegada del otoño, no está de más revisar la piel como medida de prevención ante problemas dermatológicos y para asegurarnos de que está sana.
El sol incide sobre nuestra piel durante todo el año, por eso es necesario revisar la piel y ver si hay consecuencias derivadas de esta exposición. Algunos de los efectos nocivos que el sol puede provocar sobre nuestra piel son:
Antes todos estos efectos nocivos, es necesario revisar la piel, sobre todo si encontramos alguno de estos signos después de la exposición solar.
Es importante revisar la piel de vez en cuando y observar el estado de lunares, manchas, así como posibles cambios de pigmentación en la piel que se hayan podido producir después de una intensa exposición solar. En este sentido, los lunares son uno de los signos en la piel que más suelen preocupar a la población.
Existen algunos signos que pueden hacernos sospechar del cambio en un lunar, y que no siempre tienen por qué significar un problema, pero en el caso de observar alguno de estos cambios, siempre se debe consultar a un especialista para revisar la piel. La llamada regla del A-B-C-D-E, de prevención del cáncer de piel, nos indica cuáles son los cambios en los lunares ante los que debemos revisar la piel:
Para revisar la piel, el especialista recurre a esta regla de observación de los lunares y a una exploración microscópica sobre la superficie (dermatoscopia o microscopia de epiluminiscencia), para descartar características que puedan significar un posible melanoma, así como permitir un análisis comparativo de le evolución de los lunares.
Los melanomas suponen el 2% de los cánceres de piel. Estos suelen presentar un aspecto oscuro, irregular y asimétrico. No siempre un cambio en un lunar significa un melanoma, pero revisar la piel ante cualquier cambio es fundamental para la prevención y la detección precoz de este y otros tipos de cáncer de piel.
Existen algunas características y factores de riesgo que hacen necesario revisar la piel de forma periódica:
En cualquier caso, un especialista le dará las recomendaciones específicas, así como la frecuencia con la que deberá revisar la piel según su caso concreto. Si se observa cualquier signo que resulte anormal en la piel, no se debe dudar en consultar al dermatólogo.