[entradilla]El síndrome visual informático sucede delante de la pantalla y si no hay ningún problema añadido los síntomas desaparecen en cuanto se deja de trabajar con la pantalla. Es frecuente, no obstante, que se produzca un incremento de la miopía o que si se prolongan los efectos acaben generándose problemas permanentes.[/entradilla]
¿Experimentas a menudo visión doble o borrosa? ¿Notas fatiga ocular, ojos rojos o secos, picor y lagrimeo acompañados de cefaleas, fotofobia y pesadez delante del ordenador, el móvil o la tablet? ¿El cuadro se complica con rigidez de hombros, brazos y manos o con mareos? Puedes estar sufriendo el llamado síndrome visual informático (SVI).
La gran proliferación de las pantallas digitales y el uso continuado que hacemos de las mismas en todos los ámbitos de nuestra vida, generalmente durante muchas horas, nos exponen cada día a sufrir problemas oculares de alcance, siendo uno de los más frecuentes el síndrome visual informático.
El trabajo de enfoque y acomodación al que sometemos al ojo durante largos periodos y la concentración con que solemos desarrollar la tarea hace que parpadeemos la mitad de lo que sería necesario. El hecho de trabajar delante del ordenador produce también un incremento de la abertura palpebral, provocando un mayor grado de evaporación de la lágrima. Si la pantalla está situada en una posición más elevada que la mirada, el área de exposición será mayor y se producirá mayor sequedad ocular que deriva, a su vez, en la aparición de la fatiga visual.
A ello se añaden a menudo otros problemas asociados como una mala ubicación del equipo informático, posturas inadecuadas, una deficiente iluminación o insuficiente resolución de la pantalla, los reflejos y brillos sobre ésta o una escasa ventilación de la habitación que contribuyen a agudizar la sintomatología. Algunas pantallas emiten, además, radiaciones ultravioletas, infrarrojas y electromagnéticas que tampoco resultan inocuas.
Otro importante factor para la aparición del síndrome visual crónico son los defectos de refracción mal corregidos del propio ojo como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia así como defectos del sistema binocular que provoquen una excesiva o insuficiente convergencia, exceso de acomodación etc.
En principio, el síndrome visual informático sucede delante de la pantalla y si no hay ningún problema añadido y el ojo está sano los síntomas suelen desaparecer en cuanto se deja de trabajar con la pantalla. Es frecuente, no obstante, que se produzca un incremento de la miopía o que si se prolongan los efectos acaben generándose problemas permanentes.
Ordenador, tablet, smartphone, libro electrónico, televisión o videojuegos... ¿hay algún dispositivo que haga más daño que otros? Parece que ninguno sobresale sobre el resto por sus efectos si bien se estima que el ordenador por el número de horas que pasamos ante él por motivos laborales es uno de los principales desencadenantes de problemas visuales.
Los gamers son también uno de los colectivos más propensos a padecer el síndrome visual informático por el número de horas y el grado de concentración requerido. De hecho se está produciendo un importante incremento de problemas visuales asociados en general a los jóvenes por el uso continuado y no siempre apropiado que hacen de las pantallas en todo tipo de dispositivos.
Y, recuerda, si pese a seguir nuestros consejos la vista sigue dando problemas, en IMQ cuentas con un amplio cuadro médico para ayudarte a solucionarlos.