La histeroscopia es una prueba ginecológica desconocida para algunas mujeres ya que su indicación se asocia a la infertilidad femenina. En este caso, los ginecólogos la solicitan cuando una mujer lleva más de un año intentando quedarse embarazada sin éxito. Sin embargo, tiene muchas más utilidades. En este artículo queremos resolver tus dudas sobre qué es una histeroscopia, cómo prepararse y si es dolorosa.
Por histeroscopia nos referimos a la prueba ginecológica que sirve para ver el interior del útero (hyster: útero, matriz; skopia: examen visual). Es la mejor exploración para el diagnóstico y/o tratamiento de las alteraciones del canal cervical, y la cavidad uterina (cavidad endometrial).
Para realizarla, el ginecólogo usa un espéculo con el que separa las paredes de la vagina hasta el cuello del útero, como en una revisión ginecológica habitual. Se limpian ambos, fondo de vagina y cuello, con una solución antiséptica. Y se introduce una videocámara por el cuello del útero (cérvix) con la que se va visualizando el canal cervical, la cavidad uterina y la salida de las trompas de Falopio.
Para que la imagen se vea más nítida, se expande la cavidad endometrial con suero fisiológico, lo más habitual, o con CO2 que es el mismo gas usado en las laparoscopias.
Dependiendo del motivo por el que se indica, podemos hablar de dos tipos de histeroscopias:
La histeroscopia diagnóstica se realiza para ver el interior del útero. Es la prueba perfecta para diagnosticar las alteraciones de la cavidad endometrial. El procedimiento no dura más de 15 minutos, puede realizarse en la propia consulta ginecológica, y no es necesaria anestesia general.
El calibre del histeroscopio exclusivamente diagnóstico es de 2-3 mm.
Hay modelos de histeroscopios diagnósticos que permiten, caso de que el ginecólogo encuentre algún tipo de lesión, tomar una muestra al momento para su análisis. O incluso proceder a su solución, como la extracción de pequeños pólipos o miomas, o la corrección de algunas malformaciones.
Estos histeroscopios son ligeramente más anchos, 4-5 mm.
La histeroscopia quirúrgica se indica cuando la paciente presenta algún tipo de alteración en el endometrio que precise solución quirúrgica.
El calibre del histeroscopio quirúrgico o “resectoscopio”, es de 8-9 mm. Por esta razón, la prueba se lleva a cabo en quirófano y se precisa anestesia general, ya que es más dolorosa que la histeroscopia diagnóstica, y de mayor duración.
La histeroscopia diagnóstica se indica:
La histeroscopia quirúrgica se indica:
Es muy difícil que surjan complicaciones con esta prueba. A pesar de considerarse invasiva, la histeroscopia es una prueba segura. Únicamente está contraindicada en los casos de infección genital actual o reciente, y de sangrado abundante.
Es probable que, tras su realización, la paciente presente un mínimo sangrado vaginal o tenga dolores de regla durante un par de días. En caso de que estos síntomas persistan en el tiempo, lo mejor es consultar con el ginecólogo.
La preparación para una histeroscopia es sencilla, únicamente deberás tener en cuenta:
En cuanto a la sensación, lo cierto es que, para la mayoría de las mujeres, la histeroscopia diagnóstica es molesta. Además, puede resultar dolorosa si no se han tenido embarazos o partos, y después de la menopausia. Por este motivo, en la mayoría de centros, se utiliza previamente un medicamento que ayuda a dilatar y ablandar el cuello del útero, y anestesia local durante la prueba. En los casos que se prevea dificultad o cuando la mujer lo solicita, se aplica una “sedación suave”, tras la cual se puede hacer vida normal.
Detectar a tiempo problemas ginecológicos o posibles malformaciones, es la base para evitar enfermedades más graves, como por ejemplo el cáncer de endometrio.