Cuando se acerca el verano se hace evidente la necesidad de protección solar para resguardar nuestra piel de las quemaduras y de los rayos solares nocivos, causantes del cáncer de piel, el fotoenvejecimiento, manchas y otros problemas derivados de esta exposición a la radiación solar. Pero el uso del protector solar debe estar presente durante todo el año, más todavía en el caso de la infancia o de personas con la piel especialmente sensible.
Aunque el sol nos proporciona muchos beneficios a nivel anímico, nos aporta vitamina D y es especialmente bien recibido en los meses más fríos, la piel está expuesta constantemente a los factores medioambientales y eso hace que debamos cuidarla durante todo el año utilizando un protector solar.
Los rayos UVA y UVB, causantes de quemaduras, envejecimiento de la piel, manchas, lunares y cáncer de piel, inciden en nuestra piel durante todo el año. En invierno, aunque la radiación es menor, el sol está ahí y también nuestra piel lo absorbe, es por esto que hay que utilizar un protector solar también en invierno y con especial cuidado en la alta montaña.
En general, la recomendación es utilizar al menos un protector solar con un factor de protección solar (SPF) de 30 en los meses de invierno y otoño, especialmente si la mayor parte del día estamos al aire libre, e intensificar la protección en los meses más cálidos.
Existen tipos de pieles que necesitan una protección especial durante todo el año, como las pieles muy claras, las pieles sensibles o aquellas que presentan algún problema específico de la piel como dermatitis. En estos casos, y como norma general, es necesario adoptar el hábito de utilizar el protector solar de la misma manera que utilizamos otros productos para el cuidado de nuestra piel.
En verano, nos acostumbramos a llevar el protector solar a la playa o la piscina, pero muy pocas veces lo utilizamos de forma habitual para salir a la calle y también es necesario hacerlo.
Además, cuando pasamos el día al sol, no es suficiente contar con una sombrilla y por ello dejar de utilizar protector solar. Dependiendo del material, el sol y la radiación penetrarán igualmente y hay que contar también con el reflejo, que también incide en nuestra piel y lo hace especialmente si nos encontramos en superficies como el agua, la arena o la hierba.
Tanto en verano como en los meses más fríos, hay que ser precavidos con los días nublados y no olvidarnos del protector solar ya que, aunque no percibamos el sol o el calor, los rayos solares penetran igualmente en nuestra piel.
A la hora de elegir un protector solar, debes tener en cuenta varios factores:
Además del uso de protección solar, hay que tener en cuenta una serie de medidas a la hora de exponernos al sol:
El uso del protector solar te ayudará a tener una piel sana y protegida. No olvides protegerte del sol durante todo el año y visitar a tu dermatólogo si notas cualquier cambio en tu piel.
Especialista en Dermatología de IMQ