Se considera que existen trastornos alimenticios en adolescentes cuando la comida y el peso corporal se convierten en una obsesión. De hecho, este tipo de relación poco saludable con la comida suele iniciarse en la adolescencia. En IMQ queremos hablarte sobre los tipos de trastornos alimenticios más frecuentes en la adolescencia y contarte cómo ayudar a un adolescente que los padece.
Los trastornos alimenticios suelen dar los primeros avisos a partir de la adolescencia, aunque también hay personas adultas que los desarrollan. Son más habituales entre las mujeres, aunque también se dan en el sexo masculino.
Muchas veces los signos de estas enfermedades pueden pasar desapercibidos, y es que no es extraño que una adolescente cambie sus hábitos alimenticios de manera puntual. De ahí que sea tan importante prestar atención y consultar con el pediatra cualquier duda. Ellos son capaces de ver indicadores que madres y padres desconocen.
Aunque estos trastornos pueden presentarse en cualquier persona, existen ciertos factores de riesgo:
Hay 3 tipos de trastornos alimenticios que son los más frecuentes en la adolescencia.
La bulimia nerviosa o bulimia es uno de los trastornos de alimentación más graves y puede conducir a la muerte en casos extremos. En esta enfermedad se combinan sesiones de atracones con periodos de purga. Por norma general los atracones están asociados a una restricción de los alimentos por parte de la persona afectada.
Como el cuerpo sigue teniendo hambre, llega un momento en que no pueden parar de comer y son capaces de consumir una gran cantidad de alimentos en periodos muy cortos. Como respuesta a la vergüenza y al miedo de consumir calorías extra, se inicia el proceso de purga. Este puede aparecer de formas diferentes:
Los trastornos alimentarios compulsivos se conocen como atracones. La persona afectada suele comer alimentos de forma compulsiva y con gran rapidez sin ningún tipo de control. De hecho, muchas veces comen sin apetito o estando llenos.
Algunos de los síntomas son:
Es normal que se den una ronda de atracones por lo menos una vez a la semana. Esta conducta provoca vergüenza y sensación de descontrol sobre lo que se hace. A diferencia de la bulimia, no se contrarresta lo comido con técnicas de purga. Sin embargo, la vergüenza en ocasiones provoca que vuelvan a comer para ocultar lo que les está pasando.
Padecer un trastorno alimentario compulsivo no está directamente relacionado con el sobrepeso o la obesidad. Es más, muchas personas de peso normal lo padecen.
Las personas que padecen anorexia alcanzan pesos anormalmente bajos combinados con un pavor incontrolable a engordar debido a una visión distorsionada que tienen de su propio cuerpo. Sufren una obsesión absoluta por el control de su cuerpo, lo cual afecta a sus actividades cotidianas y a su estado de salud. Es uno de los trastornos mentales con mayor índice de mortalidad que existen.
Los métodos de control del peso por parte de las personas que sufren anorexia son muy variados. Los más comunes son:
Ayudar a una adolescente con trastornos de alimentación es verdaderamente complejo y requiere de acompañamiento médico y psicológico. No obstante, como madres y padres, hay ciertas cosas que podemos hacer:
Por desgracia, los trastornos de alimentación son muy comunes en la adolescencia. Tan solo en Euskadi han crecido en casi un 33 % durante la pandemia. Una buena supervisión médica y psicológica temprana como las que ofrecemos en IMQ pueden marcar la diferencia.