El consumo de sustancias en adolescentes se ha convertido en algo común dentro de nuestra sociedad, siendo el mismo un reflejo del consumo entre los adultos.
Euskadi lidera el consumo de cannabis entre adolescentes según el Informe 2020 del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones del Ministerio de Sanidad; en lo concerniente al consumo de alcohol, la sustancia más consumida por nuestros jóvenes, Euskadi se sitúa así mismo entre las comunidades con niveles de consumo más elevado entre menores de edad. Ahora bien, ¿cómo podemos enfrentarnos al mundo de las drogas en adolescentes? ¿Cómo puedo saber si mi hijo toma alcohol o drogas?
Si la comunicación que tenéis no es suficientemente fluida y no hay una relación de confianza, es posible que tu hijo consuma alcohol o drogas sin que lo sepas. Existen algunas señales que pueden orientarnos sobre el tema, tanto en momentos de intoxicación o fuera de episodios de consumo. A veces, el consumo de sustancias es también la expresión de otras dificultades emocionales. Por norma general, si observas cambios bruscos en su comportamiento, es posible que algo esté pasando.
A día de hoy es habitual que los adolescentes tengan una relación cercana con el consumo de alcohol y las drogas, pero que sea algo habitual no significa que los padres nos sintamos cómodos o sepamos cómo lidiar con ello. Si el mundo de las drogas nos resulta desconocido el primer paso es informarnos. Además, podemos tratar el consumo de alcohol y drogas e incluso prevenirlo con estos sencillos consejos:
La etapa adolescente no es sencilla. En ella creamos una identidad en función de cómo entendemos el mundo e interactuamos con el entorno. Dentro de la adolescencia lo habitual es explorar y adaptarse modelando el entorno, pues es una etapa de transición hacia la vida adulta. Dentro de las experiencias que los adolescentes irán teniendo en diferentes ámbitos, y respecto a las cuales deberán elaborar una posición, está el consumo de alcohol y drogas.
A veces los padres olvidamos que nuestros hijos crecen y tienen sus propias opiniones. Tendemos a verlos como niños, pero ya no lo son. Conocerlos, saber cómo son, qué les gusta, cómo es su carácter… Es fundamental para comunicarnos con ellos.
Cuando nuestros hijos crecen, o bien nos pasamos de estrictos o entramos en el “modo colega”. En términos generales, ninguna de estas dos vías es adecuada. No debemos olvidar que estamos ahí para educarlos, para protegerlos y para transmitirles afecto. Entonces, ¿qué podemos hacer?
Para que esto funcione es importante que todos conozcáis y aceptéis las normas. Si el comportamiento de tu hijo es el adecuado, por ejemplo, llegando siempre a la hora, deja que llegue algún día más tarde. Y de igual manera, habrá consecuencias cuando las normas no se cumplan. Es igualmente importante que como padres mostréis una coherencia con el modelo de vida y actitudes que proponéis.
El castigo es un tema delicado. Abusar de él elimina su efectividad. Un exceso de normas y castigos no ayuda, empeora. Debemos usarlo solo en los casos necesarios y con el fin de mejorar una conducta. Los castigos sirven como refuerzo para reparar algo, no para hacer sentir mal a nadie. Recuerda que siempre funciona mejor la respuesta positiva que la negativa. Refuerza las conductas positivas para que se repitan.
Son algunos trucos para evitar el consumo de alcohol y drogas en adolescentes. No obstante, si crees que el consumo del alcohol y/o drogas que tu hijo presenta están afectando a su salud emocional o física, no dudes en contactar con un médico.