Especialista en Psicología del Centro Médico IMQ Abendaño
La adolescencia es la época de la vida en la que comenzamos a buscar nuestra propia identidad. Son momentos algo confusos tanto para padres como para hijos. Por eso, en este artículo queremos hablarte sobre el desarrollo de la personalidad durante la adolescencia y cómo ayudar a nuestros hijos a pasar esta etapa.
¿Cómo es el desarrollo de la personalidad en la adolescencia?
Cada persona es única y su personalidad se crea a partir de un conjunto de características y rasgos que definen el comportamiento y la forma en la que actuamos en cada situación. La neurocientífica cognitiva Sarah-Jayne Blakemore, especializada en el estudio del cerebro adolescente, describe esta etapa como “la tormenta perfecta” debido al aumento de alteraciones sociales, neuronales y hormonales que confluyen en ella.
Cómo se forma la personalidad
La personalidad se desarrolla como respuesta a un conjunto de:
- Estímulos internos, como los factores hereditarios, biológicos, el temperamento de cada persona, el carácter
- Factores externos o ambientales, como la cultura, las experiencias vividas, la situación familiar, los modelos con los que convivimos y en los que nos reflejamos…
A qué edad se desarrolla la personalidad
Puede que te preguntes a qué edad se desarrolla la personalidad; esta empieza a desarrollarse desde que nacemos. Sin embargo, no es hasta la adolescencia cuando comenzamos a sentar las bases de lo que será nuestra personalidad adulta. De hecho, la adolescencia es considerada como el periodo de transición entre la infancia y la adultez.
El desarrollo de la personalidad según Erikson
Según la teoría de la personalidad de Erik Erikson, una de las más utilizadas en Psicología, se puede hablar de 8 etapas de desarrollo de la personalidad.
- Etapa sensorio-oral (0 – 18 meses), en la que se crean los vínculos de confianza y apego con los progenitores.
- Etapa anal-muscular (18 meses – 3 años). Comienza el control de movimientos y de los esfínteres. En esta etapa los niños necesitan ganar el equilibrio justo entre la autonomía, la impulsividad y el control externo. Es aquí cuando empieza la dificultad en la gestión de la libertad y la independencia, así como en la exploración.
- Etapa genital-locomotor (3-5 años). Cada vez somos más autónomos. Es el momento ideal para que los niños comprendan las responsabilidades de sus actos y se sientan libres actuando bajo ellas. Es el momento en el que nos identifiquen en el mundo.
- Etapa de latencia (5-13 años). Continúan madurando en sus comportamientos. La experimentación es vital para su desarrollo, ya que es una etapa decisiva desde el punto social. Las personas empezamos en este punto a obtener reconocimiento por lo que hacemos en el entorno (principalmente) escolar, y puede resultar clave para la sensación de competencia y eficacia.
- Etapa de adolescencia (13 -21 años). Es la etapa clave en el desarrollo de la personalidad. Los adolescentes empiezan a descubrir quiénes son y qué es lo que quieren. Es el momento de explorar nuevas opciones, y poner en duda los conocimientos, habilidades, valores y experiencias adquiridas hasta ahora.
- Etapa de la adultez joven (21 -40 años). Suele dedicarse a la búsqueda de vínculos emocionales estables, ajustando nuestros roles y compromiso hacia la intimidad.
- Etapa de la adultez media (de los 40 a los 60 años). Durante esta etapa se inicia una lucha entre la productividad y el estancamiento.
- Etapa de la adultez tardía (a partir de los 60 años), momento dedicado a valorar el sentido de la existencia, ya que se atraviesan crisis vitales como la “jubilación”, el envejecimiento y la preocupación por la salud, pérdidas de seres queridos…etc. Todo esto nos hace echar la vista atrás, valorando nuestra historia y siendo críticos con nuestros logros y errores.
Cómo ayudar a nuestros hijos a desarrollar su personalidad durante la adolescencia
El desarrollo de la personalidad durante la adolescencia no es un camino sencillo. Ahora bien, ¿qué posición debemos asumir como padres?
1. Libertad de expresión
Aunque no siempre te guste, debes dejar que tu hijo o hija se exprese. No tienen que cumplir con nuestras expectativas. La ropa, el cabello, incluso el maquillaje, son elementos que le ayudan a definir su personalidad. Deja que vista a su gusto y enséñale que hay otras maneras de expresarse. Por ejemplo, participar en grupos de otras actividades, propuestas sociales, ocio saludable…etc.
2. Pensamiento crítico
Anima a tu hijo o hija a tener un pensamiento crítico sobre el mundo que le rodea. Nuestra función como padres y madres es crear personas adultas independientes. Por eso, debemos dejar que tomen sus propias decisiones y que aprendan a resolver los problemas que se presentan. Eso no implica que les dejemos solos, sino que les ayudemos a pensar por sí mismos y a buscar soluciones razonables desde la tranquilidad. De esta manera confiarán en ti y aprenderán atomar las decisiones adecuadas.
3. Respetarse a uno mismo
Unos buenos valores son el mejor legado que podemos dejar a nuestros hijos. Y la mejor manera de demostrarlo es vivir conforme a esos valores. Ayuda a tu hijo a desarrollar sus capacidades para tomar decisiones y forjar su autoestima.
4. Participar en la toma de decisiones familiares
Tu hijo ya no es un niño y puede tomar decisiones. Participar de manera activa en la creación de las normas y límites familiares le hará sentirse respetado y parte del grupo. Para ello puedes adoptar un estilo educativo democrático donde vosotros establezcáis las normas obligatorias y él colabore en otras decisiones, como la hora de llegada o los planes de ocio familiares.
En conclusión
El desarrollo de la personalidad se inicia desde que nacemos, aunque es en la adolescencia cuando comienzan a sentarse las bases que nos definirán mentalmente. La búsqueda de nuestra propia identidad requiere de exploración, pensamiento crítico y confianza en uno mismo. Nuestra labor como madres y padres es apoyar a nuestras hijas e hijos en esta búsqueda para que se conviertan en personas adultas independientes, responsables y seguras.
A veces, este proceso puede resultar algo duro y frustrante y requerir de ayuda psicológica. En IMQ contamos con la mejor cartera de psicólogos en el País Vasco para asesorarte.