La orina presenta una serie de características (tales como el color, la transparencia, el olor o la espuma) que funcionan como indicativo de nuestra salud y que varían en función de nuestros hábitos diarios. Concretamente, el color de la orina puede oscilar entre tonalidades amarillas y ámbares más oscuros, pero es importante que estemos atentos a la persistencia de dichas variaciones por si nos pueden estar alertando de algún padecimiento o enfermedad. En IMQ queremos compartir contigo algunas líneas generales que te ayudarán a interpretar qué te está indicando el color de tu orina. Presta atención.
A continuación, hacemos un repaso a los colores más habituales de nuestra orina y te contamos cuáles deben ser sus causas más habituales.
Las tonalidades más claras de amarillo indican que se está perfectamente hidratado, ya que, por norma general, cuanta más agua bebemos, más clara es la orina. Es, de hecho, el color de orina deseable. Sin embargo, si la orina es clara pero no hemos bebido mucha agua, puede indicarnos la posibilidad de padecer diabetes.
Si la orina es de color amarillo oscuro probablemente se deba a una falta de hidratación. De hecho, este tipo de orina es más frecuente, por ejemplo, cuando se ha bebido una gran cantidad de alcohol y se padece la temida resaca.
La orina marrón, por su lado, puede ser síntoma de un problema en el hígado, de una enfermedad hepática o biliar. En estos casos, no dudes en ir al médico lo antes posible.
La orina de color naranja puede deberse a medicamentos o ciertas afecciones, tales como un problema en el hígado, las vías biliares, deshidratación (que fomenta la concentración y la intensidad del color).
Cuando la orina es de color rosa las condiciones pueden ser tanto benignas como malignas. En este caso es importante un análisis de orina para detectar el problema. Generalmente, suele deberse a la presencia de sangre en la orina o a algún alimento que se haya ingerido, como remolacha, las zarzamoras o el ruibarbo.
En el caso de que aparezca sangre en la orina (también conocida como hematuria), será necesaria la consulta con el urólogo y la realización de una ecografía. La causa puede ser la práctica de ejercicio físico intenso, una infección urinaria o cálculos en los riñones o vejiga, pero también puede alertarnos de la presencia de un tumor renal o vesical.
Aunque puede sonar extraño, es posible presentar orina verde o azul. Es poco frecuente y suele ser síntoma de enfermedades raras, como la hipercalcemia o el “síndrome del pañal azul”. Sin embargo, también puede deberse a la ingesta de algún medicamento o a los colorantes de algún alimento.
Así pues, cuando el cambio de color en la orina que no está causado ni por la ingesta de alimentos ni por la toma de determinados medicamentos, este puede implicar la presencia de una enfermedad. Existen determinados factores de riesgo que deben hacernos estar especialmente atentos a estos cambios.
Además del color, la consistencia de la orina puede reflejar otros problemas relacionados con la salud, aunque rara vez es así. En cuanto al olor de la orina, tampoco suele haber de qué preocuparse, ya que suele depender de lo que hayamos comido o de los medicamentos que hayamos podido ingerir. Existen, eso sí, algunas situaciones que, de forma obligatoria, requieren que nos pongamos en contacto con un médico. Por ejemplo: