Especialista en Geriatría y directora asistencial de IMQ Igurco
Entre la demencia y el Alzheimer hay una relación que a veces es necesario explicar. No son términos equivalentes, aunque a veces se utilicen de esa manera. De hecho, existen muchos otros tipos de trastornos degenerativos que afectan al funcionamiento cerebral, y de los que te hablaremos en este artículo.
Demencia versus Alzheimer: qué son y cómo distinguirlos
La enfermedad de Alzheimer es una entre varias clases de demencia. Constituye la más frecuente y, por ello, la más conocida dentro del grupo de los trastornos neurodegenerativos. Como característica común para todos, los afectados pierden de forma progresiva sus capacidades cognitivas.
Con el término demencia no se designa una patología en concreto, si no a un conjunto de síntomas que aparecen debido a determinados cambios físicos del cerebro, que se manifiestan como un deterioro progresivo e irreversible de las facultades cognitivas.
Las funciones cognitivas que se alteran son las siguientes:
- La memoria.
- Las habilidades de comunicación verbal y escrita.
- La capacidad para resolver problemas.
- La atención y la concentración.
- La percepción visual o la habilidad para interpretar lo que se ve.
Existen distintos tipos de demencias, y este grupo de trastornos de la salud mental se ha clasificado siguiendo dos parámetros. El primero de ellos es el conjunto de síntomas que producen, mientras que el segundo se relaciona con los cambios microscópicos que se observan en el tejido cerebral.
Enfermedad de Alzheimer
Como dijimos al principio, es la demencia más común, con cerca del 70 % de los casos. La causa son los depósitos de una proteína llamada beta-amiloide entre las células del tejido nervioso. Se forman placas y ovillos, lo que se acompaña de una disminución de las conexiones entre las neuronas.
El principal cambio en estos pacientes es la pérdida progresiva de los distintos tipos de memoria, lo que permite diferenciarla de otros tipos de demencia. Una de las primeras que se altera es la de corto plazo, por lo que el enfermo olvida lo que hizo o dijo momentos antes.
La memoria episódica, que contiene acontecimientos concretos de la biografía personal, se pierde más adelante, al evolucionar el trastorno. La última que se ve afectada es la memoria afectiva, relacionada con experiencias emocionales.
En las etapas finales, la expresión verbal se limita a pocas palabras y el enfermo ya no puede caminar ni sostener la cabeza.
La enfermedad se inicia de forma insidiosa y, por esa razón, es importante detectarla de forma precoz, tal y como se procedió en la campaña de detección del Alzheimer y sus síntomas en Vitoria-Gasteiz en mayo de 2023.
Demencia con cuerpos de Lewy
La causa de esta patología es la proteína llamada alfa-sinucleína, la cual aparece dentro de las neuronas. Afecta las zonas cerebrales encargadas del movimiento, la memoria, la visión y el pensamiento. Existen dos variantes, la demencia de cuerpos de Lewy propiamente dicha y la demencia asociada a la enfermedad de Parkinson.
En el primer caso, predominan los cambios del pensamiento, con alucinaciones y dificultad para razonar. Posteriormente, se presentan alteraciones en la memoria y en los movimientos.
En la enfermedad de Parkinson, la evolución es distinta, ya que los síntomas más notorios y precoces son los temblores y la rigidez muscular, apareciendo compromiso cognitivo en fases más avanzadas de la enfermedad.
Trastornos frontotemporales
En estos trastornos, las sustancias que se depositan en las neuronas son las proteínas Tau y TDP-43. Como consecuencia, los lóbulos temporales o frontales se atrofian.
En el primer caso, las manifestaciones tienen que ver con el lenguaje y las emociones. Hay dificultad en la comunicación, ya que el habla se altera y se empobrece. También puede existir una pérdida de la inhibición y de la empatía.
En el segundo, se afecta el comportamiento, que se hace cada vez más inadecuado. El enfermo muestra apatía y actos compulsivos como aplaudir o golpearse los labios repetidamente. Se presentan cambios en la conducta alimentaria, con intentos por alimentarse con cosas no comestibles.
Demencia vascular
En esta variedad, las lesiones son consecuencia del déficit de irrigación sanguínea cerebral por un ictus o accidente isquémico transitorio, siendo la base fisiopatológica la arterioesclerosis (oclusión de la luz de las arterias por acumulación de grasa).
Este es el tipo de demencia más común después de la enfermedad de Alzheimer.
Las arritmias cardíacas, la diabetes y la hipertensión arterial son factores de riesgo para la aparición de eventos cerebrovasculares. Las manifestaciones principales son la pérdida de la memoria y los cambios en la conducta y el pensamiento. Los síntomas pueden presentarse de forma abrupta para luego progresar lentamente. Por otro lado, los enfermos no sienten interés por lo que les rodea y las tareas rutinarias se hacen más difíciles.
Tienen problemas a la hora de aprender algo nuevo, se olvidan los acontecimientos pasados o presentes y pierden los objetos de uso cotidiano. Hay irritabilidad, delirios e incapacidad para percibir las situaciones peligrosas.
Ahora ya conoces las diferentes clases de demencia y el Alzheimer. Como has podido comprobar, existen muchas clases de trastornos degenerativos del sistema nervioso, y los que comentamos en este artículo son solo los más importantes.