Especialista en Odontología clínica dental IMQ Deusto
Como en todo acto médico, en la odontología es preciso realizar siempre una historia clínica con una serie de exploraciones físicas y pruebas de imagen para poder llegar a un diagnóstico correcto y al tratamiento más adecuado. Una patología no tratada a tiempo puede derivar en problemas complejos e incluso en la pérdida de piezas dentales.
Aunque es cierto que las técnicas de obtención de imágenes siguen siendo similares a las que se realizaban antes, lo que ha mejorado son los equipamientos utilizados, que han reducido mucho la exposición a los rayos X y los tiempos de obtención de resultados. Hoy en día, las radiografías son digitales, lo que permite reutilizar imágenes y poder manipularlas en el ordenador agrandando, aclarando, etc. En definitiva, facilitar un diagnóstico es clave a la hora de establecer un plan de tratamiento y conservar la salud de nuestra boca y nuestro organismo en general.
Estas técnicas para la visualización de posibles afecciones se dividen en intra y extra orales. La diferencia entre una y otra es la posición de la película o captador –conocidos como radiografía o placa–, que recogerá el haz de la fuente generadora de radiación. También existe la opción de recurrir a la resonancia magnética, pero se usa en muy raras ocasiones y para patologías muy complejas. En la mayoría de los casos se trabaja en el interior de la boca y se utilizan dos tipos de placas: aleta y periapical. Con la aleta se ven las coronas de las muelas de los dos maxilares, con lo que se descubren las posibles caries que existen en los espacios interproximales (entre dientes) y la cresta periodontal. La periapical muestra toda la longitud de los dientes, incluidas las raíces y sus posibles lesiones, bien sean propias o por las necrosis producidas por las caries.
Técnicas extra orales
Las que se realizan desde fuera de la boca contemplan diferentes opciones que se eligen en función de lo que se quiera observar. Por ejemplo, la más habitual es la ortopantomografía, que se usa para ver en conjunto la cavidad bucal. La radiografía lateral de cráneo, en cambio, se aplica para comparar la relación de los maxilares entre sí, y en niños para distinguir hacia dónde crecerán dientes y maxilares. La placa lateral de la articulación temporomandibular detecta problemas de oclusión y bruxismo, cuyos síntomas son dolor, chasquido y limitación de la apertura bucal. Se calcula que entre el 40% y el 70% de la población de nuestro entorno puede padecerlos.
En cuanto a la colocación de implantes, una ayuda eficaz proviene del Dentascan, que permite ver detalles de los huesos y la posición de las estructuras adyacentes. Todas ellas son técnicas complementarias entre sí, ya que lo más importante es la exploración física de la cavidad bucal, donde se podrán confirmar las lesiones que no aparezcan en las imágenes de los tejidos blandos.