Ginecología y Obstetricia, son las dos disciplinas de una única especialidad médica. Obstetricia hace referencia a la atención a la mujer durante el periodo de embarazo, parto y puerperio. El especialista es el mismo en ambas disciplinas, el ginecólogo.
Hoy nos centramos en la ginecología (atención fuera del embarazo), que es una de las especialidades médicas más demandadas.
Desde el inicio de las relaciones sexuales, o bien a partir de los 18 años, es recomendable realizar al menos una revisión ginecológica anual. Entre las pruebas complementarias, una de las exploraciones más habituales que practica el ginecólogo, es la ecografía. Ahora bien, ¿sabes qué es una ecografía ginecológica, qué detecta y cuándo es necesaria? Desde IMQ te damos las respuestas.
Es una prueba complementaria básica en ginecología. No es invasiva, es indolora, y también es inocua; carente de riesgos (no se emiten radiaciones). Mediante ultrasonidos, se puede visualizar y explorar tanto el útero como los ovarios, “desde fuera”. En ginecología, la vía mas habitual de realizarla es a través de la vagina, por esta razón se le llama también ecografía transvaginal.
En ginecología, la ecografía sirve para:
Muchas mujeres piensan que no puede hacerse una ecografía ginecológica durante la regla. Puede practicarse en cualquier momento del ciclo, en función de lo que el ginecólogo desee valorar. Habitualmente se realiza tras finalizar la regla, por una cuestión más bien práctica de higiene y de comodidad.
Existen varias maneras, o vías, de practicar las ecografías ginecológicas. Veamos a continuación las principales:
La mujer permanece sentada boca arriba en la camilla de exploración, en la clásica postura como para realizar una citología (pero mucho menos molesto). El ginecólogo introduce en la vagina el transductor (o sonda), siempre de forma delicada, con un gel que actúa como conductor y también como lubricante para que la exploración no resulte incómoda. El transductor emite y recoge ondas ultrasónicas, a través del gel, gracias a las cuales pueden verse en una pantalla las imágenes de los órganos pélvicos (algo parecido al sónar de los submarinos y otras embarcaciones).
La ecografía vaginal no necesita realizarse con la vejiga llena; es más, es mejor que la vejiga esté vacía. Aunque la vía vaginal no resulta dolorosa, puede generar cierta molestia cuando se introduce el transductor, sobre todo en mujeres que no han tenido relaciones coitales y también, en ocasiones, durante la menopausia. En estos casos, se opta habitualmente por la vía abdominal. También puede hacerse una ecografía ginecológica vía transrectal, introduciendo la sonda a través del ano (ocasionalmente).
La ecografía abdominal se utiliza con menos frecuencia en ginecología. A diferencia de la ecografía transvaginal, hay que tener la vejiga llena para realizarla (salvo durante el embarazo). Al igual que la ecografía transvaginal, es una prueba indolora y sin riesgo.
Se utiliza la vía abdominal en mujeres que no han tenido todavía relaciones sexuales, en caso de que los ovarios y el útero sean demasiado grandes y no pueda hacerse una valoración adecuada con una ecografía transvaginal, y también en algunas fases de los tratamientos de fertilidad.
La ecografía es una exploración complementaria que se practica frecuentemente en las revisiones ginecológicas, aunque no siempre es necesario realizarla. Con esta prueba, el profesional puede comprobar la normalidad de los órganos femeninos, o el diagnóstico y seguimiento de sus alteraciones. Se realiza, está indicada, en los siguientes casos:
La ecografía ginecológica es muy segura. Se trata de una prueba que utiliza los ultrasonidos, no las radiaciones, por lo que no hay posibilidad de que la paciente corra riesgos o presente efectos secundarios.
No obstante, aunque carezca de riesgo, es importante que se realice únicamente por motivos justificados. Y, por supuesto, debe ser un médico especializado el que la practique, al igual que cualquier otro tipo de prueba médica diagnóstica.
La ecografía ginecológica se ha convertido en una de las pruebas complementarias más utilizadas de rutina, tanto en la sanidad pública como en la privada. Suele formar parte de la revisión anual, es muy útil para detectar posibles problemas y anomalías. En las clínicas privadas es una exploración más accesible que en la sanidad pública.
No dudes en contactar con nuestro equipo médico si deseas recibir más información sobre esta prueba.