Mantener una buena salud bucodental no es solo una cuestión de estética para lucir una bonita sonrisa. Cuidar nuestra boca es el primer paso para cuidar el resto de nuestro cuerpo, ya que la boca es la principal puerta de entrada al organismo de bacterias y gérmenes. Y, dentro del cuidado de la boca, es importante prevenir, diagnosticar y tratar las enfermedades de las encías y del hueso que soporta el diente.
Cuando una parte de nuestro cuerpo comienza a sangrar sin motivo, nos asustamos y acudimos al médico. Sin embargo, el sangrado de la encía lo consideramos normal, pero una encía sana no tiene que sangrar. Cuando esto ocurre, es síntoma de que algo no va bien y lo más adecuado es acudir al dentista para que nos ayude a restablecer y cuidar la salud de nuestra boca.
Principales enfermedades de las encías
La gingivitis y la periodontitis son las enfermedades de las encías más habituales en las consultas dentales.
Gingivitis
La gingivitis es una enfermedad bucal generalmente bacteriana que provoca inflamación y sangrado de las encías, que se muestran enrojecidas e inflamadas. El sangrado durante el cepillado suele ser la primera señal de alarma.
Periodontitis
La periodontitis afecta al tejido de soporte del diente. Entre sus síntomas encontramos el sangrado de encías, cambio de color, sensación de dientes más largos, cambio de posición de los dientes, aumento de sensibilidad, movilidad, mal aliento, pérdida dental…
Si presentas cualquiera de estos síntomas, debes acudir al dentista donde te ayudaremos a restablecer y cuidar la salud de tu boca. Asimismo, te aconsejaremos la mejor manera de mantener una buena higiene bucal, fundamental para prevenir enfermedades de las encías.
Consejos para una buena higiene dental
La eliminación de la placa para prevenir problemas dentales, debe hacerse de manera mecánica, mediante cepillos e hilo dental. Los colutorios ayudan a su reblandecimiento y a disminuir el número de bacterias, pero no a su eliminación.
La higiene dental debe realizarse diariamente y de manera constante, sin olvidar la higiene profesional periódica. No son determinantes en la prevención de caries o enfermedad periodontal pero dado que facilita la eliminación de la placa, bien las disminuyen o las paralizan.
No existe el método de higiene perfecto, cada persona tiene sus necesidades. Estos son unos consejos a seguir de manera general:
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- Cepillar los dientes al menos 2 veces al día. Éste es el punto más básico e importante.
- Hay que utilizar un cepillo de dureza media, que tenga cerdas suaves y cabezal pequeño para acceder a las zonas más difíciles.
- Reemplazar el cepillo cada 2 o 3 meses por uno nuevo.
- Cepillarse de forma suave y con movimiento cortos, verticales o circulares. Colocando el cepillo en ángulo de 45 grados. Hay que procurar estar entre 2 y 3 minutos, sin dejar ninguna zona sin limpiar.
- Utiliza seda dental después del cepillado.
- Cepilla la lengua, de atrás hacia delante, ayudará a prevenir el mal aliento.
- Evita los movimientos bruscos y cepillar demasiado fuerte.
- El cepillado de la noche es el más importante de todos debido a que durante la noche las glándulas segregan menos saliva por lo que hay mayor desarrollo de las bacterias.
- Enjuaga tu boca y lava bien el cepillo de dientes.
Hay múltiples y variados instrumentos que podemos utilizar para nuestra higiene diaria: cepillos manuales o eléctricos, irrigadores, hilo y cinta dental, limpiadores linguales, cepillos interdentales…
En definitiva, los hábitos de higiene bucodental como el cepillado diario de los dientes después de cada comida y las visitas periódicas al dentista de confianza, evitarán la generación de problemas de salud. Desde IMQ estamos encantados de poder ayudarte y asesorarte con la salud bucal.
Ana Arregui López
Higienista de la Clínica Dental IMQ Avenida