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Tipos de férulas para el bruxismo
El tratamiento odontológico por excelencia para controlar los efectos negativos de esta dolencia son las férulas para el bruxismo. Su función es ayudar a que la mandíbula se mantenga en una posición relajada y evitar el rechinar de los dientes.
Existen diferentes tipos de férulas para el bruxismo. A pesar de que podemos comprarlas directamente, los dentistas aconsejan que se realicen a medida y con material acrílico ya que, para que cumplan su función, es necesario que se adapten a la perfección a la boca del paciente. En caso contrario no resolverán el problema.
Los tipos de férulas de descarga que nos ofrecerá el odontólogo son:
- Férulas rígidas. Este tipo de férula carece de flexibilidad, por lo que el proceso de adaptación resulta más complicado.
- Férulas semirrígidas. Estos modelos, sin embargo, aunque son rígidos en el exterior, son ligeramente flexibles en la parte interna, lo que permite que nos acostumbremos a ella más rápido.
- Férulas moldeables por el calor. Sin duda son las más modernas y adaptables a la boca del paciente. Aprovechan su temperatura corporal gracias a su tecnología y diseño. Esto significa que no es necesario meterlas en agua caliente para que se moldeen, como sucede con los otros tipos de férulas de descarga.
¿Cuándo se utilizan las férulas para el bruxismo?
Es habitual su uso a modo de protector dental para dormir, momento en el que se acrecienta este tipo de presión. Sin embargo, en los casos más extremos donde los efectos secundarios del bruxismo son muy agudos, el odontólogo puede pedir al paciente que las utilice a lo largo del día.
Consejos para limpieza y mantenimiento de la férula dental
Para que la férula dental se mantenga en perfectas condiciones es necesario limpiarla de forma minuciosa cada día. Para hacerlo se necesita:
- Un cepillo de cerdas largas y suaves.
- Utilizar lavavajillas concentrado o jabón neutro. Se desaconseja el uso de pastas dentales ya que pueden dañar la férula y quedarse dentro. Debemos lavarla antes y después de cada uso.
Si no vamos a utilizarla todas las noches o durante un largo periodo de tiempo, la férula dental para dormir debe mantenerse inmersa en agua para que no se estropee, exceptuando los modelos moldeables por el calor.
Las férulas para el bruxismo son una manera sencilla y eficaz de reducir los efectos secundarios provocados por esta patología. Para mantenerlas en perfectas condiciones, además de limpiarlas antes y después de cada uso, debemos acudir a revisión 10 días después del primer uso; después cada seis meses y, por último, cada año. El odontólogo se encargará de comprobar que la férula está en perfecto estado y de hacer los ajustes que sean necesarios.
Es probable que sintamos ciertas molestias durante el periodo de adaptación, como una mayor salivación o dificultades para pronunciar. Sin embargo, pasados unos días, la férula será un elemento más en nuestra boca y no nos estorbará de ningún modo.
