El linfedema es un edema producido por una disfunción linfática y que se caracteriza
por el acúmulo de linfa en el espacio intersticial dando lugar a un aumento del tamaño de
la región corporal afectada. El linfedema es una patología crónica e infradiagnosticada . A
este hecho se suma el aumento de su incidencia en nuestro medio, secundario a los
tratamientos oncológicos, afectando a la salud y a la calidad de vida de los y las pacientes.
La función del sistema linfático es devolver las proteínas, los lípidos y el líquido desde el
intersticio al espacio intravascular . Así el 40 al 50% de las proteínas del suero son
transportadas diariamente por esta vía.
En los casos de alteración del sistema linfático, ya sea por alteración congénita- Linfedema
Primario -(aplasias, malformaciones congénitas, etc) o por lesión, obstrucción o sobrecarga del
sistema linfático- Linfedema Secundario - (cirugía oncológica, radioterapia, etc), la capacidad
de transporte del sistema linfático se reduce y las proteínas de alto peso molecular y resto de
material celular quedan atrapadas en el intersticio, reteniendo líquido y formando el linfedema. La alta concentración de proteínas del linfedema nos permite diferenciarlo de otros tipos de
edema.
En una fase posterior se inicia una marcada actividad inflamatoria y una fibrosis progresiva que
altera la pared linfática incrementando el deterioro del sistema de transporte.
Existen factores de riesgo para el desarrollo del linfedema, a pesar de ello todavía se
desconocen muchos de ellos . Es fundamental seguir investigando dichos factores recordando
además que el linfedema puede aparecer años después de la causa que lo ha producido.
Los principales son:
-cirugía con vaciamiento ganglionar
-radioterapia en las cadenas ganglionares
-radiodermitis posterior a la radioterapia
-obesidad
Además, es habitual que las personas afectadas por esta inflamación de los tejidos presentan baja autoestima y disconformidad con la imagen corporal.
Se establece mediante la historia clínica y exploración física:
No existe edema clínicamente perceptible.
El edema disminuye o desaparece con la elevación y no existe fibrosis.
El edema no se reduce con la elevación de la extremidad. En fase tardía existe fibrosis a la exploración clínica.
El edema es ya irreversible con fibrosis, esclerosis en la piel y tejido celular subcutáneo.
Actualmente se recomienda la derivación de las y los pacientes con linfedema a Servicios de Rehabilitación con unidades especializadas con equipos multidisciplinares y la actuación sanitaria de acuerdo a las guías de práctica clínica y evidencia científica.
El manejo de cada paciente viene determinado por la localización, estadio, gravedad y complejidad del linfedema, el entorno sanitario y la situación psicosocial del o la paciente. Debemos considerar prioritario la prevención del linfedema puesto que conocemos factores de riesgo, nuevas técnicas quirúrgicas, identificación de pacientes de riesgo y protocolos de derivación al médico especialista.
Debemos enseñar al paciente medidas conservadoras preventivas sencillas acerca de la higiene y cuidado de la piel, medidas posturales, protección de traumatismos, heridas e infecciones y ejercicio físico activo adecuado.
Los y las pacientes y su familia deben recibir información acerca del linfedema, su prevención y manejo. Existe evidencia que indica que este conocimiento ayuda a reducir el riesgo de complicaciones asociadas. En ese sentido hay que destacar a las asociaciones científicas y a las asociaciones de pacientes como Adelprise, asociación sin ánimo de lucro que fue fundada hace veinte años en Álava, Bizadelprise en Bizkaia y Agadelprise en Gipuzkoa que proporcionan apoyo e información a las personas con linfedema.
Una vez diagnosticado y establecido el estadio del linfedema, el tratamiento es conservador mediante la terapia descongestiva del linfedema realizada por fisioterapeutas especializados que consta de:
Aunque el diagnóstico, tratamiento adecuado a cada caso y el control evolutivo por parte del médico rehabilitador sigue siendo la principal opción, el desarrollo de técnicas de imagen que permiten un mayor conocimiento del sistema linfático y las técnicas de microcirugía han permitido realizar avances en los tratamientos quirúrgicos consiguiendo, en casos bien indicados, reducir el peso y volumen de la extremidad afectada, minimizar infecciones y mejorar la funcionalidad y estética.
Finalmente, siempre debe tenerse en cuenta el apoyo psicoterapéutico para la persona afectada paciente y sus familiares como complemento al resto de terapias.