El asma es el problema respiratorio más extendido y a menudo dificulta la práctica deportiva. Ello no significa que debamos renunciar al deporte de manera tajante. De hecho, muchos deportistas con asma pueden competir con el entrenamiento y la medicación adecuados. En este sentido, cabe considerar como mejores deportes para asmáticos la natación, el esquí de pista, el béisbol, el rugby, la gimnasia y el atletismo (carreras de velocidad, salto de obstáculos…).
Por el contrario, los deportes menos recomendables para asmáticos son los de resistencia, como correr trayectos largos y el ciclismo, así como aquellos que requieren un gasto energético importante durante un periodo de tiempo prolongado, como el fútbol y el baloncesto. Esto es especialmente relevante para las modalidades que se practican en condiciones de frío, como el esquí de travesía o el hockey sobre hielo.
Consejos para evitar los ataques de asma
Cuando se produce un ataque de asma, los músculos que rodean las vías respiratorias se tensionan y el revestimiento se inflama. Esto reduce la cantidad de aire que puede pasar, generando sibilancias, dificultad para respirar, opresión en el pecho y tos. En ocasiones, el deporte desencadena estos episodios. La mayoría de las veces empiezan poco después de dejar de hacer ejercicio, aunque algunas personas pueden tener síntomas antes incluso de empezar a sudar.
Basta, no obstante, con seguir una serie de consejos para disminuir o evitar los ataques de asma:
- El aire frío o seco puede provocar estos episodios. Por tanto, si se hace ejercicio en estas condiciones, se debe respirar a través de la nariz y cubrir la boca con una bufanda o máscara.
- Evitar la práctica de deporte cuando el aire esté enrarecido o contaminado.
- No acercarse a campos y áreas donde se haya cortado el césped recientemente.
- Para entrar en calor, hay que caminar o practicar el deporte lentamente antes de incrementar el ritmo; cuanto más se haga, mejor. Y lo mismo para recuperarse.
Fármacos para asmáticos
Los fármacos deben administrarse antes de comenzar. Dependiendo del tipo de medicación se hace de diferente manera: los beta-agonistas inhalados de acción corta o alivio rápido se toman de 10 a 15 minutos antes del ejercicio y su efecto dura unas 4 horas.
Por su parte, los beta-agonistas de acción prolongada se deben usar por lo menos 30 minutos antes y pueden ayudar hasta 12 horas. No obstante, conviene tener presente que usar este medicamento todos los días lo hará menos eficaz con el tiempo.
Dr. Pablo Aranda
Especialista en Medicina Deportiva de IMQ Zorrotzaurre