Neurólogo en la Clínica IMQ Zorrotzaurre
La migraña o jaqueca es un tipo de dolor de cabeza que suele ir acompañado de otros síntomas como náuseas, malestar general, intolerancia a la luz o el ruido etc.; y a menudo es tan intensa que incapacita a quienes la padecen para continuar con su vida habitual. Existen claves para mitigar las migrañas, estrategias para prevenirlas, reducir su intensidad y aprender a manejar el dolor, en combinación con los tratamientos farmacológicos.
¿Qué es la migraña?
Los síntomas de la jaqueca son fácilmente reconocibles para las personas que han padecido varios episodios. Consiste en un dolor de cabeza intenso pulsátil, como un latido o golpeteo en la cabeza, que va unido a otras molestias como nauseas, vómitos, hipersensibilidad a la luz o a los sonidos, e intenso malestar general. Habitualmente se localiza en un lado de la cabeza y puede durar unas 24 horas, pero puede oscilar entre cuatro horas y tres días.
Se distinguen dos tipos de migraña, con o sin aura. El aura son síntomas previos que preceden en varios minutos a la migraña, y lo más frecuente es un trastorno de la visión (ver “como pixelado”, notar “destellos, o incluso pérdida de la visión), aunque pueden haber otros síntomas como trastorno de la sensibilidad en un brazo o un lado de la cara, o mucho más raramente síntomas más aparatosos como debilidad. Se considera que en torno a un 15% de los casos de migraña son con aura.
Acude al médico para obtener la medicación más adecuada
A día de hoy existen dos tipos de tratamientos farmacológicos para la migraña, los enfocados a reducir el dolor una vez que ya ha comenzado, y los preventivos para reducir su frecuencia. En el primer caso los tratamientos más eficaces son un grupo de fármacos denominados triptanes, pero los analgésicos y antieméticos también son útiles en algunas personas. Por ello la medicación debe adecuarse a las características individuales de cada paciente. Es importante tomar estos medicamentos al inicio de la migraña, puesto que su efectividad se reduce cuando la cefalea es ya muy intensa y está acompañada de otros síntomas. Es muy importante tomar siempre únicamente las dosis indicadas por su médico, ya que un exceso de analgésicos podría producir efectos indeseables, como una cefalea por abuso de analgésicos u otros problemas aún más graves.
El segundo tipo de fármacos, los enfocados a la prevención, están indicados solo en las personas que tienen muchas migrañas (más de dos al mes) o son muy intensas, prolongadas e incapacitantes. Como todos los medicamentos, pueden tener efectos secundarios por lo que hay que seguir de manera estricta la posología prescrita.
Los fármacos preventivos de la migraña más habituales son medicamentos que se utilizan para otras enfermedades: ciertos antidepresivos, antiepilépticos o hipotensores. Para situaciones muy infrecuentes en las que las migrañas son extremadamente frecuentes y no responde a los anteriores fármacos existen otros posibles tratamientos. Es importante tener en cuenta que este tipo de tratamientos permiten reducir la frecuencia, pero no la intensidad de las migraña.
Identifica los factores que te provocan migraña
Las causas que ocasionan la migraña todavía no se han identificado con total precisión, sin duda en muchos casos existe una predisposición genética, dado que suele haber antecedentes familiares. Tampoco se conocen bien los factores que desencadenan las migrañas. En muchas ocasiones no se identifica ningún factor desencadenante. Pero otras personas identifican ciertas circunstancias que con frecuencia les provocan una migraña: alteraciones hormonales del ciclo menstrual o el tratamiento con ciertos anticonceptivos, el estrés, la falta de sueño, ciertos alimentos, ciertos olores, el alcohol, etc. Muchos de ellos se relación con nuestra rutina de vida y, por ello, los hábitos de vida y la alimentación saludables son importantes para reducir la frecuencia de las migrañas.
Evita tus desencadenantes
Los pacientes que identifican que factores les provoca la migraña tienen la oportunidad de evitarlos. Estos factores desencadenantes son muy variados y dependen de cada persona. Muchos de ellos están relacionados con la alimentación, y estos son los más comunes:
- Alcohol.
- Exceso en el consumo de cafeína.
- Quesos madurados.
- Chocolate.
- Alimentos que contengan glutamato monosódico.
- Algunos olores.
- etc.
Es conveniente mantener la higiene del sueño
La falta de sueño y el cansancio puede desencadenar una migraña. Es importante mantener una adecuada higiene del sueño: dormir por la noche lo suficiente, mantener la rutina en las horas de acostarse y despertarse, evitar las siestas prolongadas, no realizar cenas muy abundantes poco antes de acostarse, etc.
Usa técnicas para reducir el estrés
Otro de los desencadenantes de las crisis de migraña es el estrés, así que es importante incluir en nuestra vida diaria técnicas y hábitos que nos ayuden a reducirlo. Una buena forma es dedicar unos minutos al día a hacer ejercicios de respiración y relajación para eliminar tensiones y realizar algún deporte de manera regular.
Lleva un diario de las migrañas
Si padeces episodios de migraña de forma regular, es importante que realices un registro del tipo de dolor, la intensidad y la respuesta a los medicamentos. El diario será muy útil sobre todo para que el doctor o doctora conozca los episodios y pueda tratar mejor cada caso, ofreciéndote el tratamiento más adecuado. Además, te ayudará a detectar los posibles desencadenantes de las migrañas.
Tras una crisis de migraña, es aconsejable apuntar:
- Nivel de intensidad del dolor.
- Tipo de dolor (si es en un lado de la cabeza o en ambos).
- Si va acompañado de otros síntomas y cuáles son (nauseas, vómitos, hormigueo, etc.).
- Duración de la migraña.
- Qué medicamento has tomado y cuál ha sido su efecto.
- Alimentos que has comido ese día.
- Otros factores que han podido influenciar (una situación que provoque estrés, ruidos fuertes, un cambio en los hábitos diarios, etc.).
Las migrañas se consideran un desorden neurológico y el tratamiento se basa en medicación para atenuar el dolor y ayudar a prevenirlas, combinada con hábitos de vida saludables. Tu médico será la persona encargada de recetar el tratamiento más adecuado según tu situación. También es quien mejor te aconsejará sobre lo que puedes hacer en tu vida diaria para reducir factores de riesgo, ya que puedes tomar un papel activo para ayudar a prevenir las migrañas.