Especialista en anestesiología y reanimación
Los dolores de cabeza son uno de los síntomas más frecuentes en la población de cualquier edad. Las cefaleas o dolores de cabeza limitan mucho la calidad de vida de las personas que lo sufren, aislándolas de sus relaciones sociales, laborales y familiares.
Se estima que entre un 73 y un 89 por ciento de los hombres ha sufrido alguna cefalea en algún momento de su vida; en el caso de las mujeres, este porcentaje se eleva entre el 92 y el 99 por ciento. En los países occidentales, lo presenta al menos una vez al año el 50% de la población, aunque solamente el 20% ha presentado cefalea intensa en alguna ocasión a lo largo de su vida.
Se presenta de distintas formas, según su intensidad y síntomas. Los tipos de cefaleas más frecuentes son la migraña, cefalea tensional, cefalea crónica diaria y cefalea en racimos.
Es importante recordar que cualquier cambio en el patrón o naturaleza del dolor de cabeza (intensidad, frecuencia) podría ser un síntoma de un problema de salud más grave que debe ser estudiado por un especialista.
Tipos de cefaleas
Según la Clasificación Internacional de Cefaleas, los más de 200 tipos diferentes de cefaleas se dividen en tres tipos.
- Cefaleas primarias: Representan el 70-90% del total de casos. En este grupo se encuentran la migraña, la cefalea tensional y la cefalea en racimos.
- Cefaleas secundarias son aquellos dolores de cabeza a raíz de una lesión en el cerebro, como una hemorragia cerebral o un tumor.
- Neuralgias craneales: Este tipo de cefalea aparece por “la afectación de un nervio que se encarga de la sensibilidad de la cabeza o el rostro”.
Cefaleas primarias
Suponen en torno al 70-90% del total de casos, tienden a no ser graves, aunque el dolor puede ser muy intenso y afectar mucho a la calidad de vida del paciente.
- Migraña. Es una cefalea muy frecuente, afecta entre el 12 y el 16% de la población mundial. Produce ataques de dolor intenso, que de forma característica afecta solo a la mitad derecha o izquierda de la cabeza, y se acompaña de náuseas, vómitos y sensación pulsátil. También de una sensibilidad aumentada a las luces (fotofobia) y los ruidos (fonofobia). El dolor puede ser desencadenado en relación a diversos estímulos como estrés, menstruación, ciertos fármacos o alimentos, cambios climáticos o esfuerzo físico. Es un dolor que generalmente empeora con la actividad física y mejora con el reposo.
- Cefalea tensional. Es la más frecuente. El dolor se presenta en toda la cabeza de manera regular. La sensación es que algo aprieta el perímetro de la cabeza. Suele producirse por contracturas musculares o estrés. Mejora mucho con la actividad física y la relajación. Es un dolor opresivo en banda que abarca todo el perímetro del cráneo. El tratamiento puede requerir medicación preventiva constante si los ataques son muy frecuentes, además del tratamiento del dolor agudo cuando este es muy intenso.
- Cefalea en racimos o cefalea de Horton. Es un dolor de cabeza extremadamente intenso, más frecuente en los hombres. Considerado como uno de los dolores más intensos que puede afectar al ser humano. Ocurre en ataques unilaterales de dolor con una duración de entre 15 y 180 minutos, típicamente en el área retroorbital (tras la órbita del ojo) y fronto-temporal asociado a síntomas y signos autonómicos del mismo lado, tales como lagrimeo, inyección conjuntival, rinorrea o congestión nasal.
¿Qué síntomas presenta la cefalea?
La intensidad del dolor suele ser moderada o severa. En ocasiones, puede llegar a ser incapacitante para el paciente, obligándole a suspender su actividad diaria. El dolor de cabeza puede localizarse en una zona concreta o bien afectar a toda la cabeza de forma más general.
Por otro lado, la frecuencia de los episodios de cefalea es variable, oscilando entre uno y cinco al mes. La duración de cada episodio no sobrepasa normalmente las 24 horas.
Además de estos síntomas, la cefalea puede presentar:
- Párpados caídos
- Lagrimeo
- Vértigo
- Náuseas y vómitos
- Enrojecimiento de ojos
- Espasmos faciales
- Anisocoria: diferencia en la dilatación de las pupilas
¿Qué pruebas médicas podemos realizar en la cefalea?
Por lo general, no hay necesidad de realizar pruebas específicas para diagnosticar la cefalea; bastará una consulta detallada, en la que el médico hará preguntas específicas acerca de la sintomatología. Sin embargo, en casos raros, puede ser necesario realizar un TAC o una resonancia magnética para confirmar la naturaleza de la enfermedad e identificar los problemas que provocan el dolor de cabeza. Es posible que se requieran pruebas clínicas más detalladas para detectar las patologías que causan el dolor de cabeza, como la monitorización de la presión arterial, el análisis de orina y el examen del fondo del ojo.
¿Cuáles son las causas de la cefalea?
Las causas más comunes son:
- Herencia: La mayoría de las personas que padece migraña tiene padres o hermanos que también la padecen.
- Edad: La migraña en la infancia es menos frecuente y se da por igual en niños y niñas. Sin embargo, a partir de la pubertad es más frecuente en las mujeres.
- Estrés: El estrés es una causa frecuente de cefalea o dolor de cabeza.
- Alimentos: Chocolate, cacao, vainilla, frutos secos, cítricos, quesos fermentados y los aditivos de comida basura, entre otros.
- Alcohol y tabaco: Estos productos pueden favorecer la aparición de dolor de cabeza.
- Cambios hormonales: La migraña empeora en las mujeres durante el período de ovulación y de la menstruación, así como con la toma de anticonceptivos orales. Durante el embarazo suele mejorar.
- Cambios climáticos, falta o exceso de sueño, o fármacos entre otros.
¿Existen formas de prevenir la cefalea?
La cefalea en sí no se puede prevenir, pero sí es posible evitar que se desarrolle más allá de lo que debería. Algunas de las recomendaciones de los especialistas son:
- Practicar ejercicio físico de manera habitual
- Evitar el alcohol y el tabaco
- Evitar los abusos de medicamentos y cafeína
- Realizar una dieta sana, rica en frutas y verduras
- Adecuada higiene de sueño
¿En qué consiste el tratamiento?
En primer lugar, es necesario conocer el tipo de cefalea que padece el paciente. No existe una cura definitiva para las cefaleas, aunque muchos tratamientos pueden aliviar los síntomas o impedir que empeoren, mejorando mucho la calidad de vida.
El tratamiento farmacológico es fundamental en la cefalea para que desaparezcan los síntomas durante un ataque agudo y de manera preventiva con la finalidad de que no se presenten nuevos episodios o reducir su frecuencia.
Por lo general, los analgésicos de uso común son de escasa eficacia. Su médico le recetará medicación específica para controlar su dolor de cabeza en función del tipo de cefalea que padezca. Algunos de los fármacos más utilizados para el control de dolor de cabeza son triptanes, agentes anticonvulsivantes, beta bloqueantes, antidepresivos tricíclicos, antagonistas de los canales del calcio, antiinflamatorios no esteroideos, entre otros.
Si bien la gran mayoría de los pacientes logra un resultado exitoso con los fármacos mencionados o su combinación, un porcentaje importante de pacientes no logran controlar sus síntomas y pueden necesitar terapias y tratamientos avanzados para controlar su dolor de cabeza.
Alternativas de tratamiento desde la Unidad del dolor
Para los casos de dolor de cabeza o cefaleas limitantes refractarias al tratamiento médico, existen alternativas terapéuticas ofrecidas desde la Unidad del dolor, como son:
- Bloqueo o infiltración ecoguiada del nervio occipital, con una mezcla de corticoide de acción lenta y anestésico local. Esta técnica ha demostrado tener éxito en pacientes seleccionados con alivio total o parcial hasta un 65% de los casos. Para mejorar los resultados se puede realizar una terapia de neuromodulación o estimulación nerviosa mediante radiofrecuencia sobre el propio nervio que prolongaría los resultados.
- Bloqueo o infiltración del ganglio esfenopalatino. El ganglio pterigopalatino, esfenopalatino o de Meckel es un ganglio parasimpático que se encuentra en la fosa pterigopalatina. Debido a la gran relación y conexiones con múltiples ramas faciales y trigeminales, interviene en la génesis y mantenimiento de dolores faciales y cefaleas.
- Radiofrecuencia o rizólisis del tercer nervio occipital, rama directa del tercer nervio raquídeo cervical. El tercer nervio occipital está implicado en dolores cervicales, cefaleas cervicogénicas y dolores nucales. Su denervación entre las vertebras cervicales de C2 y C3 puede resolver los síntomas nucales en la mayoría de pacientes con este tipo de patología.
- La toxina botulínica se recomienda para la profilaxis de dolores de cabeza en los adultos con migraña crónica, que no han respondido adecuadamente o que son intolerantes a los medicamentos preventivos orales de la migraña.
Si presentas dolores de cabeza incapacitantes que disminuyen tu calidad de vida desde la Unidad del dolor del Centro Médico IMQ Abendaño te podemos ayudar. Solicita una valoración por nuestros especialistas.