La Navidad es una época del año caracterizada por celebraciones en torno a la comida. Las reuniones familiares y sociales suelen girar en torno a menús abundantes y ricos en calorías, lo que puede desencadenar episodios de atracones en algunas personas. Sin embargo, es importante diferenciar si estos episodios son una respuesta temporal al ambiente festivo o si están relacionados con un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
¿Qué son los atracones y por qué ocurren en Navidad?
Un atracón se define como la ingesta de una cantidad excesiva de alimentos en un periodo corto de tiempo, acompañado por una sensación de pérdida de control. En el contexto navideño, factores como la disponibilidad constante de alimentos, la presión social para participar en las comidas y las emociones intensas (estrés, alegría o tristeza) pueden aumentar la vulnerabilidad a comer en exceso.
En muchas personas, estos atracones son eventos aislados provocados por las circunstancias festivas. Sin embargo, para quienes ya tienen una relación complicada con la comida, como aquellos que padecen trastorno por atracón, bulimia nerviosa o anorexia nerviosa, estas fechas pueden intensificar los síntomas y generar un mayor malestar emocional.
Consecuencias físicas y emocionales
Los atracones navideños pueden tener varias consecuencias:
- Físicas: Indigestión, acidez estomacal, hinchazón abdominal y aumento de peso. En casos extremos, el exceso calórico puede contribuir a problemas metabólicos o cardiovasculares si se prolonga en el tiempo.
- Emocionales: Sentimientos de culpa, vergüenza y pérdida de control que pueden perpetuar ciclos poco saludables como dietas restrictivas seguidas de nuevos atracones.
¿Puede la Navidad desencadenar un TCA?
La Navidad no es la causa directa de un trastorno de la conducta alimentaria, pero puede actuar como un detonante en personas predispuestas. Los TCA son enfermedades mentales complejas que surgen por una combinación de factores genéticos, psicológicos y sociales. Durante estas fechas, el énfasis cultural en la comida y los comentarios sobre el aspecto físico pueden exacerbar los síntomas en personas vulnerables.
Además, prácticas comunes como restringir alimentos antes o después de las fiestas para "compensar" los excesos aumentan el riesgo de desarrollar patrones alimentarios desordenados.
Cómo prevenir los atracones navideños
Para disfrutar de las festividades sin caer en excesos perjudiciales, se pueden adoptar estrategias saludables:
- Moderación: Disfrutar de todos los alimentos con equilibrio, evitando restricciones extremas que puedan fomentar la ansiedad.
- Planificación: Servir raciones adecuadas y comer despacio para permitir al cuerpo registrar la saciedad.
- Gestión emocional: Identificar emociones asociadas a la comida y buscar alternativas saludables para manejarlas (como paseos o ejercicios de relajación).
- Apoyo profesional: Si los atracones son recurrentes o generan malestar significativo, acudir a un especialista en psicología o nutrición es clave para abordar el problema desde su raíz.
Los atracones navideños no siempre indican un trastorno alimentario; en muchas ocasiones reflejan un comportamiento adaptativo ante las circunstancias festivas. Sin embargo, cuando estos episodios se acompañan de culpa persistente o conductas compensatorias (como ayuno o ejercicio excesivo), podrían ser indicativos de un TCA subyacente. La clave está en adoptar hábitos equilibrados y buscar ayuda profesional si es necesario para disfrutar plenamente de las celebraciones sin comprometer la salud física ni emocional.
Begoña Charro
Especialista en Psicología y coordinadora de la Unidad para trastornos de alimentación de IMQ AMSA