Autoestima y verano. Cómo combatir las inseguridades

El verano es una época en la que muchas personas se sienten incómodas con su cuerpo, especialmente si han experimentado cambios físicos negativos. Con el calor y el buen tiempo hacemos el cambio de armario y, en general, realizamos planes en los que la exposición del cuerpo es mayor que de costumbre (ir a la playa, por ejemplo). Ello puede generarnos inseguridad y afectando a la autoestima, llegando incluso en ocasiones a resultar limitante.

La autoestima es la capacidad que tiene una persona para valorarse, quererse y aceptarse a sí misma con sus cualidades y sus defectos. Puede, además, variar a lo largo de los años dependiendo de nuestras vivencias, estímulos y el entorno que nos rodea.

Las comparaciones con iguales, la presión social y las expectativas sobre nuestro estilo de vida y estándares de belleza inalcanzables que, además, hoy en día se replican y difunden en mayor medida a través de las redes sociales, pueden acrecentar nuestros complejos y llevar a un deterioro de la autoestima. Aunque esta problemática afecte a personas de cualquier género y edad, las mujeres y los adolescentes son especialmente vulnerables a sufrir este malestar asociado a la imagen. Además, de forma individual, algunas experiencias personales traumáticas (enfermedades, accidentes, agresiones, etc.) pueden condicionar la forma en la que nos percibimos.

Estos factores de riesgo pueden impactar negativamente en nuestra salud emocional y, en consecuencia, llevarnos al aislamiento social, ansiedad y en los casos más severos al desarrollo, empeoramiento o recaída en un Trastorno de la Conducta Alimentaria (TCA) como la anorexia o la bulimia.

Creencias vs hechos

Existen cuatro pilares que nos ayudan a comprender mejor cómo funciona la autoestima: el autoconcepto, la autoimagen, el autorreforzamiento y la autoeficacia.

El autoconcepto es el conjunto de características, pensamientos e ideas que hemos creado y definen cómo nos vemos de manera global. La autoimagen está más relacionada con el aspecto físico y estético y se ve afectada por las comparaciones con los demás. Por otro lado, el autorreforzamiento se refiere a cómo nos hablamos y nos tratamos y, por último, la autoeficacia se define como la creencia que cada persona tiene en su capacidad para lograr objetivos o tareas.

Por lo tanto, estamos hablando de pensamientos, percepciones y valoraciones sobre nosotros mismos que creamos y de igual manera podemos transformar para generar creencias propias positivas. Para ello, es fundamental decidir hacer un cambio en nuestro diálogo interno.

Es importante destacar que no debemos confundir la comodidad con la autoestima: algunos elementos externos nos hacen sentir comodidad con nuestra identidad (por ejemplo, tener bienestar económico y social) pero no significa que tengamos una autoestima positiva.

Consejos para cuidar tu autoestima este verano

Algunas claves para conseguirlo son hablarte de manera positiva y aceptarte con lo que te gusta de ti y lo que no. Debes reforzar lo agradable y positivo que ves en ti, creer en tus capacidades sin esperar la aprobación ajena, evitando comparaciones con las y los demás. Es natural buscar la seguridad, el reconocimiento y la aceptación por parte de otras personas, querer formar parte de un grupo, pero abrazando nuestra identidad propia y nuestras singularidades. Nos puede ayudar llevar un diario donde registrar nuestros pensamientos y emociones relacionadas con la inseguridad, para poder gestionarlas mejor, desafiando todas las creencias y distorsiones cognitivas que hemos relacionado con nuestra imagen e identidad.

Debemos evitar el pensamiento de todo o nada y no confundir los sentimientos o creencias con hechos y, si creemos que puede ayudarnos, hay que limitar o modificar el uso que hacemos de las redes sociales y otros medios de comunicación.

De igual manera, es fundamental perdonar nuestros errores y defectos, no castigarnos y enfocarnos en lo que hemos conseguido. Siempre es positivo centrarse en uno mismo, tratar de cuidarse mental y físicamente y fijar metas realistas que podamos alcanzar.

Finalmente, es bueno realizar actividades que nos gusten y no dudar en buscar apoyo de amistades y familiares que nos hagan sentir mayor seguridad. Muchas veces nos sentimos señalados por el resto y especialmente en verano, dejamos de realizar actividades y planes que nos apetecen por miedo al juicio ajeno. Evitemos aislarnos por protección apoyándonos en esa pertenencia a familiares y amistades.

Lo más recomendable y eficiente es dejar de lado la operación bikini, tratar de realizar un cambio en cómo nos percibimos de forma activa y cuidarnos físicamente y emocionalmente a lo largo del año para sentirnos más sanos y fuertes a la hora de enfrentar esta sobreexposición corporal el próximo verano.

Y recuerda, si todo lo anterior nos afecta y limita nuestro verano, será prudente consultarlo con un profesional de salud mental que nos ayude a sentir mayor seguridad y bienestar.