Especialista en Pediatría del Servicio de Urgencias de la Clínica IMQ Zorrotzaurre
Los cólicos del lactante son muy frecuentes, llegando a afectar a tres o cuatro pequeños de cada diez. En la práctica, se diagnostica por la presencia de crisis de llanto inconsolable e intenso que a menudo se produce por la tarde y que se asocia a otros síntomas. Entre ellos destacan un abdomen hinchado, movimientos de flexión de las piernas sobre el abdomen, puños apretados, arqueamiento de la espalda y enrojecimiento cutáneo con el llanto.
Se trata siempre de niños menores de tres meses, por lo demás sanos. Con frecuencia, estos síntomas comienzan tras la toma y suelen empeorar a lo largo de la jornada. Aunque son de predominio vespertino existe gran variabilidad de franjas en las que se pueden dar y también pueden cambiar de un día a otro. Los especialistas recomiendan que el bebé sea evaluado por un médico cualificado para descartar otros diagnósticos ya que el llanto excesivo e incontrolable también puede significar que existan otras patologías que deben ser investigadas con premura.
Causas desconocidas
El inicio de los cólicos del lactante se sitúa entre las 2-4 semanas de vida y se puede deber a múltiples factores. A pesar del gran número de trabajos que existen al respecto, su causa exacta se desconoce todavía. Entre las teorías que se manejan, se mencionan motivos psicológicos. No puede afirmarse que el manejo de los padres sea la causa del cólico, pero sí que es posible que contribuya a su duración. Cambios en las conductas paternas pueden reducir el llanto de los niños con este trastorno. Si los padres se muestran ansiosos, agobiados o inseguros, el niño lo notará por pequeño que sea.
Tampoco deben olvidarse los factores gastrointestinales. Existen datos que sugieren una alteración de la función intestinal en los niños con cólicos del lactante. Sin embargo, la naturaleza exacta permanece sin aclararse: inmadurez y/o alteración de la movilidad intestinal, alteración de la flora intestinal y presencia de reflujo gastroesofágico silencioso (sin vómitos importantes).
Por último, también se habla de causas alérgicas. En este sentido, la teoría más ampliamente aceptada, sobre todo en los casos muy severos, es la alergia/ intolerancia a las proteínas de la leche de vaca.
Acudir a consulta
Respecto a cuándo acudir a consulta, los pediatras insisten en que se debe acudir cuando los padres consideren que el llanto de su bebé sano es excesivo.
Algunos especialistas lo describen como un lloro vigoroso al menos tres horas al día, tres días a la semana durante al menos tres semanas en un bebé sano y bien alimentado.
Un balón de oxígeno para estos progenitores es saber que este tipo de cólicos tienden a resolverse espontáneamente alrededor de los tres o cuatro meses de vida. Muchos de ellos se sienten impotentes por no poder ayudar a su bebé, pero no deben agobiarse. La recomendación es seguir unas sencillas pautas que les ayuden a conocer la causa del llanto de su hijo.
En cuanto a complicaciones derivadas a largo plazo, no se han demostrado y el desarrollo posterior es normal, aunque sufren más problemas relacionados con la alimentación, como comportamientos negativos y dolor abdominal.