Podóloga en la Clínica Podológica IMQ Doña Casilda
Los pies son una parte del cuerpo que despierta pasiones encontradas. Hay quien gusta de enseñarlos a la primera ocasión y quien, por el contrario, no se siente a gusto con su aspecto y prefiere esconderlos. Lo habitual con la llegada del calor y del buen tiempo es que tendamos a dejarlos al descubierto. En consecuencia, aumenta nuestra preocupación por lucir unos pies bonitos.
Lo cierto es que a lo largo del año tendemos a prestar poca atención a nuestros pies ya que permanecen tapados por zapatos, botas, medias, calcetines… Por ello, llegan al verano muchas veces castigados por durezas, uñas en mal estado… Sin embargo, son la base de nuestro cuerpo y merecen nuestros cuidados durante todo el año. Veamos algunos consejos para que puedan lucir sanos.
Cómo mantener unos pies bonitos
No es posible tener unos pies bonitos y sanos sin prestarles los cuidados mínimos necesarios relacionados fundamentalmente con:
- la higiene
- el cuidado de las uñas
- el calzado correcto.
Dichos cuidados, además, no deben limitarse a la época estival, sino que deben mantenerse todo el año, al igual que cuidamos y tratamos otras partes de nuestro cuerpo.
La higiene de los pies
Los pies deben lavarse a diario con agua tibia y jabón, con especial atención al espacio entre los dedos. Tras el lavado hay que secarlos bien. Nunca deben quedar húmedos.
Para evitar la aparición de durezas utilizaremos la piedra pómez. Si hubiera callosidades y durezas, visitaremos al podólogo.
Tras el lavado aplicamos una crema hidratante con urea, haciendo especial hincapié en la zona del talón que tiende especialmente a agrietarse.
El cuidado de las uñas de los pies
Las uñas de los pies debemos cortarlas en recto o respetando la forma de los dedos para evitar que se encarnen. Se trata también de una zona propensa a la aparición de infecciones por hongos. De ahí la importancia de secarlas adecuadamente y de extremar su higiene. En verano, por ejemplo, es importante emplear chanclas en playas y piscinas y no compartir toallas, calcetines o calzado.
A la mínima sospecha de infección
por hongos (manchas en las uñas o aspecto raro de las mismas…) acudir al
podólogo.
La importancia del calzado
Usar un calzado adecuado durante todo el año es importante para cuidar nuestros pies y que estos se mantengan sanos y bonitos. Una primera recomendación básica es calzar siempre la talla correcta para evitar las temidas y doloras rozaduras y ampollas. En este sentido, la mejor hora para probarse el calzado nuevo es la última de la tarde cuando los pies están ligeramente hinchados.
En verano, si empleamos sandalias o cualquier tipo de calzado abierto conviene proteger la piel, que ha permanecido tapada el resto del año, con protector solar. Y cuando usemos calcetines, mejor decantarnos por tejidos cien por cien naturales. Finalmente, visitar periódicamente al podólogo para que revise nuestros pies y uñas y nos aconseje sobre el calzado que mejor se adapta a nuestra anatomía y pisada ayudará a que la base de nuestro cuerpo se mantenga en óptimas condiciones por más tiempo.