
Psiquiatra en centro médico IMQ Alhóndiga y Medikosta Algorta
Los efectos de la ansiedad en el cuerpo son muy diversos y afectan a gran cantidad de órganos y sistemas. Esta sensación puede tener consecuencias positivas, porque te ayuda a prepararte y reaccionar con energía para resolver una situación determinada. Sin embargo, muchas veces no responde a problemas concretos y tiende a hacerse crónica, en cuyo caso tiene repercusiones fisiológicas importantes. Sigue leyendo para conocer mejor este tema tan frecuente en nuestros días.
¿Qué es la ansiedad?
Pese a que pueden utilizarse como términos equivalentes, el estrés y la ansiedad no son lo mismo. El primero es una respuesta de corta duración ante problemas concretos reconocibles. La segunda, en cambio, aunque es una emoción natural que todos experimentamos ante amenazas o incertidumbres, puede permanecer en el tiempo sin tener una causa identificable.
En ambos casos se produce un conjunto de síntomas como sudoración, palpitaciones, diarrea, náuseas o agobio. Se trata de manifestaciones fisiológicas de la respuesta de lucha o huida ante las amenazas. Según la última encuesta de Salud del Gobierno Vasco, el número de jóvenes vascos que actualmente presentan ansiedad y depresión es el doble que en 2018.
Cuando la ansiedad se vuelve excesiva y persistente, afectando al normal desempeño, podemos hablar de un trastorno de ansiedad. Estas alteraciones se acompañan de cambios disfuncionales en la conducta, destinados a tratar de controlar la situación. Las fobias son un buen ejemplo de estas patologías.
Las hormonas del estrés
La respuesta del organismo ante una amenaza está conformada por un conjunto de sustancias, llamadas las hormonas del estrés. Cada una tiene funciones específicas y actúa sobre distintos órganos.
El cortisol es segregado por la corteza de la glándula suprarrenal y eleva la disponibilidad de glucosa en la sangre, preparando al organismo para reaccionar rápidamente. Sin embargo, cuando la secreción es alta y sostenida, afecta negativamente al funcionamiento del sistema inmunológico.
Las catecolaminas, adrenalina y noradrenalina, también son producidas por las glándulas suprarrenales y se encargan de acelerar el ritmo cardíaco y elevar la presión sanguínea. Como consecuencia, el riego sanguíneo aumenta en el cerebro y en los músculos.
Efectos de la ansiedad en el cuerpo
¿Cómo se sienten quienes sufren ansiedad persistente? Hay un estado constante de miedo y preocupación, incluso aunque no perciban una amenaza inmediata. Continuamente, padecen una sensación de que algo malo va a suceder de forma inminente. Es un trastorno que repercute en todo el organismo, lo que se manifiesta con síntomas físicos, mentales y emocionales.
Contracturas musculares
La tensión muscular debido a la contracción involuntaria y constante se manifiesta principalmente en el maxilar, los hombros, la espalda y el cuello. La sensación general es de malestar, que puede desencadenar dolor crónico en las zonas mencionadas. Igualmente, provoca trastornos de la articulación del hueso temporal con el maxilar, cefaleas, bruxismo, lumbalgias y cervicalgias.
Aceleración del ritmo cardíaco
La taquicardia, que puedes sentir como palpitaciones, está relacionada con el aumento de la frecuencia cardíaca. Cuando no hay una amenaza cercana resulta incómoda y a veces intensifica la ansiedad, lo que genera un círculo vicioso que se acompaña de sensación de ahogo y mareos.
Problemas digestivos
El sistema digestivo está profundamente relacionado con el sistema nervioso, razón por la que las emociones modifican su funcionamiento. Entre los síntomas digestivos más habituales asociados con la ansiedad, figuran el ardor o dolor estomacal, las náuseas, los vómitos, el estreñimiento o la diarrea. Por otra parte, la ansiedad puede agravar enfermedades preexistentes como el síndrome de intestino irritable y las úlceras gástricas o duodenales.
Dificultad para respirar
Disnea es el término médico con el que se denomina la dificultad para respirar. La respiración puede hacerse superficial y más rápida, lo que se conoce como hiperventilación. Esta situación, como en el caso de las palpitaciones, puede crear una ansiedad aún mayor.
Sudoración excesiva
La hiperhidrosis es la sudoración excesiva que se observa en manos, pies y axilas, y tiene consecuencias negativas en la esfera de las relaciones sociales. En las dos últimas localizaciones, se caracteriza por ser un sudor frío.
Problemas para dormir
La incapacidad para manejar los miedos y las preocupaciones hace que sea más difícil desconectarse y conciliar el sueño. En otras personas, se producen despertares frecuentes durante la noche o sufren pesadillas y el sueño no es reparador. El insomnio altera el sistema inmunológico y genera fatiga crónica.
Sensación de vértigo
Este síntoma puede aparecer como consecuencia de la hiperventilación. Es una sensación de inestabilidad, y sientes que el entorno está girando, dificultando actividades como caminar o conducir.
Los efectos de la ansiedad en el cuerpo resultan muy molestos y llegan a ser perjudiciales para la salud. Si padeces uno o varios de estos síntomas, conviene que consultes con tu médico y que adoptes algunas prácticas, como la meditación o la práctica deportiva, que te ayuden a controlar este problema.