Con el aumento de la esperanza de vida y el envejecimiento de la población, la prevalencia de las diferentes demencias entre los adultos mayores es cada vez más alta. Asimismo, el deterioro cognitivo leve es un motivo de consulta cada vez más frecuente, su detección precoz supone un reto para los y las profesionales del campo de la geriatría.
El deterioro cognitivo leve puede definirse como la alteración de una o más funciones cognitivas —entre las que se pueden citar la memoria, el lenguaje, la orientación, etcétera—, superior a la correspondiente a la edad y nivel educativo de la persona, corroborada por alguna persona cercana a ella, sin afectación de la actividad funcional básica del sujeto (o con una afectación mínima) y en ausencia de criterios de demencia.
Estos déficits no interfieren de manera significativa en la autonomía de la persona para sus actividades de la vida diaria como, por ejemplo, atender la alimentación y el aseo personal o mantener relaciones sociales.
¿Cómo detectar el deterioro cognitivo leve?
Frecuentemente son las propias personas mayores o sus cuidadores quienes perciben la pérdida de estas funciones. Entre las quejas más frecuentes están el no recordar ciertos nombres de sus seres queridos, la dificultad para orientarse en espacios conocidos o dificultades para nombrar algunos objetos.
Para la detección del deterioro cognitivo leve se evalúan las diferentes funciones cognitivas mediante escalas objetivas. También es preciso valorar las capacidades funcionales para las actividades de la vida diaria y explorar los síntomas afectivos y conductuales —tales como la depresión, ansiedad o irritabilidad—, que a veces acompañan al deterioro cognitivo leve. El deterioro cognitivo leve no ha de confundirse con los olvidos benignos, que son más frecuentes a medida que cumplimos años. Estos últimos se dan en el contexto de un envejecimiento normal; el deterioro cognitivo leve, sin embargo, es una condición patológica.
A menudo los síntomas del deterioro cognitivo leve se dan en las fases iniciales de la enfermedad de Alzheimer o de alguna otra demencia. En otras ocasiones, sin embargo, no llega a desarrollarse una demencia y el paciente mantiene cierta estabilidad cognitiva. El deterioro cognitivo leve también puede manifestarse a causa de un trastorno depresivo o de otra patología.
Tratamiento del deterioro cognitivo leve
El tratamiento ha de ser individualizado y adaptado a las características personales de cada paciente (necesidades particulares, circunstancias de su vida, edad, gustos y preferencias, etcétera). El objetivo general que se persigue es ralentizar el proceso del deterioro cognitivo y el mantenimiento de la independencia para las actividades de la vida diaria.
En la intervención psicológica con personas con deterioro cognitivo leve y en lo que a la esfera cognitiva se refiere, tenemos a nuestro alcance múltiples técnicas, entre las que destacan:
- La terapia de orientación a la realidad, que engloba la orientación en tiempo, en espacio y en persona. Puede completarse con la lectura de noticias de actualidad y el debate de las mismas.
- La terapia de reminiscencia, que consiste en evocar recuerdos de la historia de vida de cada persona.
- Los ejercicios de estimulación cognitiva a través de fichas y otros medios interactivos. Tienen como objetivo trabajar las distintas capacidades cognitivas. Existen ejercicios de diferentes grados de dificultad
- La adaptación al entorno físico, mediante el establecimiento de rutinas o el señalamiento de los espacios y objetos mediante carteles.
- El uso de ayudas externas mediante calendarios, agendas, listas, etcétera.
Al realizar estas técnicas en un formato grupal favoreceremos la motivación, el aprendizaje y la socialización, incidiendo de manera positiva sobre sus emociones y autoestima.
Cuando existen síntomas afectivos o conductuales realizaremos, además, una intervención individualizada sobre dichos aspectos. A menudo también es necesario trabajar con los familiares y cuidadores, ofreciéndoles ayuda en la adaptación a la nueva situación que atraviesan.
Las personas que presentan deterioro cognitivo leve generalmente suelen ser conscientes de la pérdida de sus capacidades cognitivas, lo que puede generar mucho sufrimiento. Mostrar empatía desde el comienzo del proceso, creando un clima de confianza y comprensión, puede hacer que las consecuencias derivadas del deterioro cognitivo leve se lleven mejor.
Dra. Garazi Luzuriaga
Psicóloga de la residencia para mayores IMQ Igurco Jose Mª Azkuna