Especialista en Urología en IMQ
Las disfunciones sexuales en el hombre son aquellas que afectan a la salud sexual, tanto a nivel de erección como de eyaculación. En el caso de la disfunción eréctil, se trata de la incapacidad para conseguir y/o mantener una erección de suficiente calidad que permita una relación sexual satisfactoria. Tal y como señala el especialista en Urología de IMQ Ander Astobieta, este problema puede afectar a cerca de un 20-30% de los hombres entre los 40 y los 70 años. Aunque la disfunción eréctil severa realmente no afecte a más de un 12% de la población masculina.
Las consecuencias de no disfrutar de una vida sexual satisfactoria pueden repercutir tanto en el hombre que la padece como en su pareja, que también la sufre. Astobieta subraya que el número de pacientes que acuden a la consulta por un problema de erección ha ido en aumento, sobre todo desde la aparición de los fármacos orales utilizados para su tratamiento. «Debemos tener en cuenta que la edad de la población cada vez es mayor y los factores de riesgo vascular también aumentan, por lo que es de esperar un incremento del número de hombres que acudan a consulta por este problema», señala el facultativo de IMQ.
Tradicionalmente, las causas han sido divididas en psicológicas y orgánicas, aunque en muchas ocasiones ambas pueden coexistir. Dentro de los factores orgánicos, los más frecuentes son los vasculares. Son los mismos que están presentes en el infarto de miocardio, es decir, edad, hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia y el tabaco.
Además, existe una situación que es preciso mencionar. Con el aumento del diagnóstico precoz del cáncer de próstata, cada vez más pacientes mayores de 50 años son sometidos a la extirpación de la próstata, lo que conlleva un aumento de la incidencia de la disfunción eréctil en este grupo de pacientes.
Primeros síntomas
Se debe acudir a un especialista cuando se produce una disminución en la calidad de las erecciones, tanto por la dificultad para conseguir rigidez como para mantener la erección de forma progresiva en la mayor parte de las relaciones sexuales. En estos casos, el diagnóstico se basa en las percepciones del paciente, que deben ser detalladas, incluyendo los antecedentes médico-quirúrgicos, las medicaciones que se toman y la historia sexual del paciente. «Todo ello es fundamental para realizar un diagnóstico adecuado de cada caso», insiste el urólogo de IMQ, quien señala que en las últimas tres décadas se han dado grandes avances en este campo.
La sexualidad es una parte importante para muchos hombres e incluso vital para muchos otros, por lo que renunciar a la misma puede condicionar de forma importante la vida cotidiana, no sólo del hombre sino también de su pareja. «Los pacientes que acuden a consulta suelen pensar que este es un problema que sólo les afecta a ellos. Nada más lejos de la realidad », recalca Astobieta. De hecho, es una situación ya frecuente en la consulta, que el médico con experiencia en este campo puede diagnosticar y tratar de forma adecuada, como cualquier otra patología.