
Especialista en Medicina Estética en el Centro Médico IMQ Castro
Verse bien a pesar del paso de los años es una aspiración legítima que preocupa a muchas personas. En la actualidad, gracias a la notable evolución de los tratamientos para rejuvenecer la cara, disponemos de una amplia variedad de alternativas sin necesidad de pasar por el quirófano.
La medicina estética ofrece una gama de opciones seguras y efectivas, algunas muy populares y otras menos conocidas, para quienes desean mejorar su imagen. No es siempre necesario recurrir a la cirugía, que, como sabes, significa pasar por periodos de posoperatorio, puede tener complicaciones y deja cicatrices. Aquí hablaremos de varios recursos para restaurar la apariencia juvenil.
Tratamientos de rejuvenecimiento facial no invasivos
Antes de elegir el tratamiento más apropiado, es imprescindible acudir a un centro que ofrezca garantías y seguridad, donde encontrarás profesionales cualificados en el área de la medicina estética. Los productos que se utilicen deben ser de buena calidad y brindar resultados respaldados por evidencia científica. La evaluación personalizada es otro aspecto esencial, ya que cada persona tiene un estilo de vida distinto, así como características y necesidades particulares.
Cabe destacar que los procedimientos no invasivos son aquellos en los que no se penetra la piel del paciente, que permanece intacta. Es decir, no hay incisiones, suturas ni inyecciones, ni hay que recurrir a la anestesia. Además, los pacientes retoman sus actividades habituales de inmediato, sin interrupción.
Algunos de estos métodos tienen el inconveniente de que sus efectos no son permanentes y por ello precisan nuevas sesiones en etapas posteriores. Por otra parte, suelen ser más económicos y resultan adecuados para la mayoría de las personas. A continuación, hablaremos de los tratamientos no invasivos más comunes.
Peeling químico
Es un procedimiento útil para atenuar o eliminar manchas solares y cicatrices de acné, hacer homogénea la pigmentación y borrar las arrugas finas. Se trata de una exfoliación de las capas superficiales que mejora la apariencia, el tono y la textura de la piel.
Para conseguirlo, se emplean productos químicos diluidos a distintas concentraciones, como los ácidos láctico, glicólico o salicílico, con los que obtenemos peelings superficiales, medios o profundos. En algunos casos, puede haber sensibilidad o enrojecimiento pasajeros en la zona tratada.
Entre sus efectos figuran: eliminar las capas superficiales de la epidermis, activar la regeneración celular y estimular la producción de colágeno. Las células nuevas, que están saludables, ocupan el lugar, proporcionando un aspecto más uniforme, limpio y terso. Es recomendable repetir el tratamiento varias veces hasta lograr los efectos deseados.
Terapia con láser
El láser de Luz Pulsada Intensa, o IPL, es un método no ablativo, que actúa en las capas profundas de la piel sin lesionar las superficiales. Es una alternativa eficaz y no invasiva para tratar las arrugas, las manchas, las cicatrices y el enrojecimiento facial.
Este tratamiento disminuye el tamaño de los poros, haciéndolos imperceptibles, da un tono más homogéneo al rostro y acelera la producción de colágeno. De esta manera, proporciona una mayor firmeza y elasticidad a la piel, y se consigue un aspecto más juvenil. También atenúa las pequeñas venas que se hacen visibles en los casos de cuperosis, rosácea y telangiectasias. Entre sus ventajas, destaca que tiene resultados más duraderos que otros tipos de terapias.
Ultrasonido focalizado de alta intensidad, o HIFU
En esta técnica se emplea la energía del ultrasonido, que incide en las capas profundas de la piel de forma potente y selectiva. El objetivo es calentar los tejidos para acelerar la producción de colágeno y elastina, efecto que provoca una retracción, para dar más tensión y tono al cutis sin alterar las capas superficiales. Los resultados se ven de forma progresiva, por lo que se requiere tiempo y cierto número de sesiones.
El HIFU proporciona luminosidad, aumenta la firmeza y elimina la flacidez, dando un nuevo contorno al óvalo del rostro mientras atenúa las arrugas. Da buenos resultados en la cara y en otras zonas más difíciles como el cuello y el escote.
Los equipos de ultrasonido están dotados de un dispositivo de visualización ecográfica y proporcionan mayor control al profesional que administra el tratamiento. Permiten dirigir la dosis de energía adecuada hacia el lugar preciso y observar en tiempo real su efecto en los tejidos profundos. Pese a que es un procedimiento inocuo, durante las sesiones podrías sentir algo de incomodidad o dolor.
Radiofrecuencia multipolar
Esta tecnología es útil para prevenir o revertir la flacidez y las arrugas finas, razón por la que puedes empezar a usarla desde los 30 años. Los equipos de radiofrecuencia emiten energía en forma de ondas electromagnéticas, que atraviesan la epidermis y calientan las capas subdérmicas.
El efecto principal es estimular la producción de colágeno y elastina, brindando firmeza y elasticidad, a la vez que mejora el tono. Además, activa la circulación y acelera la eliminación de toxinas mientras contribuye a eliminar los depósitos de grasa y las arrugas finas.
Al igual que sucede con el HIFU, los resultados requieren cierto tiempo y perseverancia, aunque se observan desde el primer mes. Esto se debe a que los fibroblastos tardan en segregar suficiente colágeno y elastina. Los resultados finales se mantienen durante muchos meses o hasta un año.
Tratamientos para rejuvenecer la cara mínimamente invasivos
En este tipo de tratamientos estéticos, se emplean microagujas para atravesar la piel e instilar determinadas sustancias en la dermis, o cánulas muy finas que se insertan mediante incisiones muy pequeñas en zonas poco visibles. Siguen siendo procedimientos no quirúrgicos, pero suelen tener resultados más rápidos y prolongados que los no invasivos. Aunque resultan un poco más complejos, en la gran mayoría de los casos son ambulatorios y si la técnica requiere anestesia, es siempre local.
Como dato interesante, la aplicación de toxina botulínica y los rellenos con ácido hialurónico son las técnicas rejuvenecedoras más solicitadas en Euskadi. El uso de estos compuestos representa cerca del 65 % de los tratamientos estéticos.
Microneedling
El microneedling es una técnica mínimamente invasiva en la que se emplea un dispositivo dotado de microagujas, con el que se realizan pequeñísimas perforaciones en la piel. El objetivo es facilitar la penetración de determinadas sustancias destinadas a mejorar la apariencia de tu rostro. Los compuestos utilizados tienen distintos efectos, que se adaptan a las necesidades de cada paciente:
- Antienvejecimiento.
- Hidratante.
- Drenante para eliminación de líquidos y toxinas.
- Estimulante de la síntesis de colágeno.
- Antioxidante.
- Despigmentante para atenuar manchas e imperfecciones.
- Reafirmante.
Requiere un tiempo de recuperación corto, porque puede haber inflamación y dolor en el área tratada. Por otra parte, son necesarias varias sesiones para obtener resultados apreciables, que siempre son mejores que la simple aplicación tópica de los productos.
Toxina botulínica
El llamado coloquialmente “bótox” es uno de los tratamientos antienvejecimiento más conocidos y ampliamente usados. Se basa en inyectar un producto derivado de la neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum. Esta sustancia, debidamente modificada, se utiliza en varios campos médicos y para tratar diversas patologías:
- Blefarospasmo o parpadeo involuntario incontrolable.
- Estrabismo.
- Sudoración severa de las axilas.
- Vejiga hiperactiva.
- Migraña.
En medicina estética se emplea para eliminar las arrugas faciales del tercio superior de la cara, principalmente en el entrecejo, la frente y la zona de las “patas de gallo”. El mecanismo consiste en inyectar la toxina botulínica en los músculos faciales que controlan estas áreas y paralizarlos parcial y temporalmente. De esta forma, se relajan y no producen pliegues cutáneos.
El procedimiento se realiza mediante agujas finísimas, por lo que no requiere anestesia. En algunos casos poco frecuentes los pacientes sienten dolor local, cefaleas o malestar estomacal. Los resultados son casi inmediatos; sin embargo, pasados unos seis meses, el efecto desaparece y es preciso repetir el tratamiento.
Rellenos dérmicos
Los rellenos dérmicos faciales son inyecciones que se aplican con el objetivo de proporcionar volumen para difuminar las arrugas y aumentar el volumen de los labios o los pómulos para mejorar la estructura de la cara. También sirven para devolver un aspecto terso a zonas que han perdido turgencia, como los surcos nasolabiales o las mejillas. Entre los materiales utilizados, encontrarás los siguientes:
- Ácido hialurónico, que se halla naturalmente en el organismo.
- Ácido poli-L-láctico o PLLA, un material sintético biodegradable.
- Hidroxiapatita de calcio.
Las sesiones pueden durar de 15 minutos a una hora, los resultados se ven de inmediato y son duraderos. En el periodo de recuperación, de unos días, no debes tocar la zona para que no se desplace el material inyectado. También conviene aplicar compresas frías y protector solar. La reabsorción de los productos empleados precisa el mantenimiento con sesiones adicionales a los 6 meses o al año del tratamiento inicial.
Hilos tensores
La técnica conocida también como lifting facial consiste en insertar unos hilos especiales, que sirven para combatir la flacidez leve a moderada en la línea del maxilar, el cuello o las mejillas. Los hilos se insertan con una aguja en el área subdérmica y posteriormente se ajustan y tensan.
Los resultados son inmediatos, duran de 1 a 3 años y a largo plazo se estimula la producción local de colágeno. El tiempo de recuperación es breve, aunque hay riesgo de dolor, incomodidad y hematomas.
¿Qué debes tener en cuenta al elegir un tratamiento facial?
Cada piel es diferente y cada persona, también, sobre todo en lo relativo a la apariencia. Entre la amplia gama de opciones eficaces y seguras para el rejuvenecimiento facial, es preciso que escojas la que más te convenga.
La edad y grado de envejecimiento es uno de los aspectos más importantes. Para las personas con signos iniciales puede bastar un peeling superficial. En los casos más acentuados, es posible que los hilos tensores sean la solución más adecuada.
El tiempo de recuperación y los efectos secundarios son igualmente relevantes, así como el precio del tratamiento. De la misma forma, la duración de los resultados es determinante en muchos casos.
El mejor tratamiento para rejuvenecer la cara sin cirugía es el que se ajuste a tus expectativas, condición de piel y presupuesto. La comunicación fluida con un especialista cualificado, el enfoque personalizado y tener claras tus necesidades son aspectos esenciales para conseguir el éxito al combatir el envejecimiento y restaurar una apariencia juvenil.