Especialista en Traumatología y Cirugía ortopédica de las Clínicas IMQ Zorrotzaurre e IMQ Colón
El hallux valgus o juanete es la patología más frecuente del pie. Esta deformidad se caracteriza por una doble desviación: hacia exterior del dedo gordo (hallux valgus) y hacia dentro del primer metatarsiano. Esto provoca una deformación progresiva de la articulación y la aparición de una prominencia.
Afecta mayoritariamente a las mujeres de entre 30 y 60 años y, en muchos casos, suele ser en los dos pies, con predominio del derecho. Su repercusión no es solo estética, también influye en la dinámica de esta extremidad.
Por qué aparecen los juanetes
El uso de calzado estrecho y con tacón alto supone la causa principal de esta deformidad, aunque también existen factores hereditarios, reumatismos inflamatorios y otras alternaciones del pie. Entre las causas intrínsecas, el factor hereditario es el más habitual, confirmado por estudio recientes donde se han encontrado antecedentes familiares en un 58% de los casos en adultos y hasta un 72% en los de edad juvenil.
Asimismo, las alteraciones anatómicas como pie pronado, plano, egipcio (primer dedo más largo) y la laxitud ligamentosa también predisponen a su desarrollo. Además, aunque es menos frecuente, puede asociarse a algunas enfermedades que alteran la mecánica del pie, como las neurológicas (parálisis cerebral y accidentes cerebrovasculares) y reumáticas (artritis reumatoide).
Síntomas del hallux valgus o juanete
El paciente acude a la consulta aquejado de dolor crónico por inflamación en la cara medial de primer metatarsiano y enrojecimiento de la piel, que empeora con el calzado, al caminar o al permanecer mucho tiempo de pie. A su vez el primer dedo se encuentra desviado hacia fuera y rotado. Con frecuencia suele acompañarse de una deformidad del segundo, que se desplaza hacia arriba con posición en garra o martillo, y la aparición de un callo en la articulación entre las falanges.
Diagnóstico y tratamiento de los juanetes
Para un diagnóstico preciso del hallux valgus es imprescindible realizar una exploración física exhaustiva para valorar los signos antes mencionados y descartar la presencia de alteraciones neurológicas, vasculares o reumáticas. La radiografía con el pie en posición de movimiento es la prueba diagnóstica para evaluar la afectación articular y medir el grado de deformidad.
Las medidas más eficaces para el alivio del dolor son:
- Utilización de calzado ancho, blando y con un tacón no superior a 5 centímetros de altura.
- Prótesis correctoras de uso nocturno que se pueden combinar con la utilización de plantillas de descarga si el hallux valgus se acompaña de alteraciones como pie plano o metatarsalgia.
- Prescripción de antiinflamatorios y frío para tratamiento sintomático del abultamiento.
El paso por quirófano está indicado cuando no funciona la medicación y existe dolor. No se debe realizar sólo por motivos estéticos ni para prevenir la progresión de la deformidad ya que la cirugía no está exenta de complicaciones.