Las hemorroides son incómodas y, en ocasiones, muy dolorosas. Las hemorroides son unas almohadillas del canal anal en las que existen múltiples formaciones vasculares. Estas estructuras se encuentran fijas al esfínter interno por el músculo de la submucosa anal, conocido como músculo de Treitz, y su función consiste en permitir un cierre hermético del canal anal.
Actualmente se considera que las hemorroides constituyen el prolapso (desplazamiento hacia el exterior) de las estructuras del canal anal debido a la ruptura de las fibras del músculo de Treitz. Los especialistas advierten que más del 50% de la población tendrá algún síntoma de hemorroides a lo largo de su vida y que la máxima incidencia se da entre los 40 y los 65 años.
Aún así, recalcan que, por lo general, todas las molestias ano-rectales se suelen atribuir injustificadamente a hemorroides pudiéndose tratar de otro problema como las fisuras o fístulas anales e incluso patologías más graves como un cáncer de recto o colon. De ahí la importancia de no retrasar la consulta al cirujano para poder descartar otras enfermedades, sobre todo si se percibe sangrado.
Muchos autores atribuyen la rotura de las fibras del músculo de Treitz y el prolapso subsiguiente a los esfuerzos defecatorios, si bien los resultados de los estudios de observación no han sido capaces de confirmar la hipótesis de que el estreñimiento sea la única causa de las hemorroides. Es probable que su aparición venga motivada por múltiples factores, como los hereditarios, mecánicos, hemodinámicos y esfinterianos.
Por qué se producen las hemorroides
Las causas que más habitualmente se manejan son el estreñimiento crónico, malos hábitos a la hora de defecar (como permanecer mucho tiempo intentándolo o hacer mucha presión), los episodios de diarrea, obesidad, así como una dieta rica en proteína animal y pobre en fibras. También se agudiza su aparición durante el embarazo o por permanecer de pie o sentado durante mucho tiempo.
Síntomas de hemorroides
Tradicionalmente a las hemorroides se les atribuyen cinco síntomas: la hemorragia, el prolapso (o desplazamiento dentro del canal anal hacia el exterior), el prurito o picor, el ensuciamiento (presencia de moco y de restos de sangre) y el dolor. Cuando este último aparece, normalmente es atribuible a una complicación de las hemorroides o a otra patología como la fisura de ano.
Consejos para prevenir las hemorroides
Respecto a las recomendaciones que realizan los expertos para prevenir este tipo de dolencias, destaca:
Medidas de higiene
Se recomienda el uso de papel higiénico muy suave y realizar los hábitos de limpieza con cuidado. En este sentido, es aconsejable la práctica de lavados de asiento y evitar rascarse el área.
Hábitos de vida saludables
Sin olvidar llevar un nivel de vida saludable con especial hincapié en seguir una dieta equilibrada. Es imprescindible evitar el estreñimiento. Por ello, hay que aumentar la cantidad de fibra en las comidas, con consumo de frutas frescas como kiwis, ciruelas y piña. No se debe abusar de las especias ni de la sal, tampoco de las carnes rojas, azúcar refinado, cafés y bebidas alcohólicas.
Se recomienda beber dos o tres litros de líquidos al día (agua, zumos, sopas, evitar el alcohol) y realizar ejercicio para mantener un peso adecuado. Hay que evitar levantar grandes pesos o hacer ejercicios que requieran mucho esfuerzo físico.
Mujeres embarazadas
En cuanto a las mujeres embarazadas, es recomendable recostarse sobre los costados durante media hora unas cuantas veces al día.
Tratamiento de las hemorroides
Durante las crisis por hemorroides hay que realizar baños de asiento con agua tibia fresca (tres o cuatro al día). También es aconsejable aplicar bolsas con hielo (son perfectas las bolsas de guisantes congelados) y cremas antihemorroidales durante un tiempo limitado (ocho a doce días). De entre ellas, una de las más convenientes es aquélla que contenga avellana de bruja. Asimismo, se aconseja utilizar acetaminofeno o ibuprofeno para el dolor.
En relación con la defecación, no hay que reprimir el deseo de ir al baño y procurar realizar una deposición al día, evitando las diarreas. Si las hemorroides se prolapsan (se salen del ano) se debe intentar devolverlas a su posición habitual haciendo una leve presión con el dedo.
La aplicación de cremas y pomadas que contienen esteroides y anestésicos no tiene una evidencia clara de utilidad. Además, si las pomadas contienen medicamentos anestésicos, pueden dar lugar a hipersensibilidad, y si incluyen corticoides pueden ocasionar atrofia cutánea y, como consecuencia, si el prurito era un síntoma empeora.
Cuatro grados de gravedad
La clasificación se hace por los síntomas que el enfermo relata, la inspección anal y la anorectoscopia.
- En el grado I, sólo percibe la presencia de sangre roja con las deposiciones.
- En el grado II el paciente puede referir además prolapso al defecar o se puede encontrar en la anuscopia.
- En el tercer grado, el paciente detecta un prolapso que permanece al término de la defecación y que debe introducir en el ano manualmente para reducirlo.
- En las hemorroides de cuarto grado el prolapso resulta irreducible.