Se denomina dieta hiperproteica a aquella que aporta más de 1,5 gramos de proteína por cada kilo de peso ideal del individuo. Una dieta que se considere equilibrada debería incorporar la mitad de las calorías en forma de hidratos de carbono, entre un 15 y un 20% como proteínas y el resto serían grasas. Los peligros de la dieta hiperproteica se basan en la ruptura de este equilibrio en favor de las proteínas prohibiendo, en la mayoría de los casos, los alimentos ricos en hidratos de carbono.
A raíz de la dieta Dukan, que basa su éxito en provocar un estado de cetosis, este tipo de dietas adquirieron una gran popularidad. El organismo genera un exceso de cuerpos cetónicos al utilizar las grasas como combustible en vez de la glucosa que aportan los hidratos de carbono. Estos compuestos son los que producen la sensación de saciedad pero también aumentan la acidez de la sangre, por lo que pueden llegar a generar complicaciones graves. La comunidad médica ya ha alertado de que numerosos estudios poblacionales (algunos con más de 40.000 individuos) han demostrado que, si bien en un principio son muy efectivas para el control del peso, esta bajada no se mantiene en el tiempo. Además, los peligros de la dieta hiperproteica se relacionan con riesgos importantes a nivel renal, óseo o cardiovascular, a lo que se une la posibilidad de generar ciertos tumores en el aparato digestivo o en la zona intestinal.
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Por tanto, estas dietas no están indicadas en ningún tipo de persona. Uno de los primeros síntomas que alerta de que no se están haciendo bien las cosas suele ser un ataque de gota, sobre todo en personas con antecedentes o predispuestas a tenerlo. Además, el estado de cetosis al que llevan tiene sus propios síntomas:
- cansancio,
- dolor de cabeza,
- halitosis,
- sabor metálico en la boca,
- orinar con mucha frecuencia,
- mareo,
- problemas de sueño…
Control médico para evitar riesgos
Por desgracia, a pesar de las innumerables campañas que ha hecho el Ministerio de Sanidad y de la labor de numerosas sociedades científicas advirtiendo de los peligros de la dieta hiperproteica, son todavía muchas las personas que siguen este tipo de regímenes sin ningún control médico, poniendo en riesgo su salud.
Uno de los mitos que siempre se ha relacionado con las dietas hiperproteicas es que, además de producir una importante sensación de saciedad –y sin duda hacer dieta es más fácil si no se tiene hambre, aunque hay que advertir que el efecto saciante es efímero– es que consigue mantener mejor la masa muscular. A pesar de que se han realizado muchos estudios, esto no ha podido demostrarse y los resultados son contradictorios.
Por ello, la recomendación que hacen los especialistas a la hora de comenzar una dieta es ponerse en manos de un profesional adecuado. Otro consejo fundamental es huir de aquellos métodos que prometen perder todos los kilos acumulados durante años en unas pocas semanas, ya que el efecto rebote está asegurado.
Dra. Aida Cadenas González
Especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ
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