[entradilla]Cuando vamos al gimnasio o llega el momento de practicar un deporte parece que la pereza se apodera de nuestro cuerpo y nos cuesta… mucho. ¿Por qué nos ocurre esto? A continuación te contamos cuáles son las diferentes teorías sobre por qué nos cuesta tanto hacer deporte y qué hay de verdad en ello.[/entradilla]
Aunque asistimos a una época en la que se han puesto en marcha iniciativas contra la obesidad, en la que el culto al cuerpo está de moda y la importancia de la imagen o el estado físico es un estandarte que muchos llevan por bandera, la realidad es que sigue costándonos hacer deporte. Cada vez se habla más de la importancia de llevar una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable, entonces, ¿por qué nos cuesta tanto hacer deporte?
Numerosos estudios han intentado arrojar luz al respecto. A continuación desarrollaremos dos de las teorías más aceptadas al respecto y otras razones o cuestiones que debes combatir si quieres hacerle un hueco en tu vida al ejercicio físico y practicar los deportes más beneficiosos para la salud.
Por qué nos cuesta tanto hacer deporte, 3 teorías al respecto
Por razones biológicas
Entre quienes intentan dar respuesta a esta pregunta hay quienes lo hacen desde el punto de vista evolutivo, todo se reduce a nuestra biología.
Digamos que algunos estudios concluyen que nuestros ancestros (el ser humano primitivo) eran propensos a ahorrar energía y descansar para poder luego afrontar duras jornadas de caza o largos viajes a pie, entre otros. En este sentido, habríamos heredado estos instintos que nos empujan al reposo y el descanso.
Esto se contrapone con nuestro nivel de vida y comodidades, obviamente distan bastante de las situaciones extremas a las que se veían sometidos nuestros ancestros.
Rechazo psicológico
Otros estudios lo achacan a razones psicológicas, sencillamente porque genera situaciones que no entran dentro de nuestra zona de confort.
O dicho de otra manera, ciertas sensaciones que relacionamos con hacer ejercicio físico o deporte, nos producen un rechazo psicológico que aumenta las probabilidades de que nos cueste ponernos a ello. Nos referimos a sensaciones como agujetas, sudoración, sensación de fatiga, cansancio, dolores musculares, lesiones, etc.
Otros aspectos que favorecen que nos cueste hacer deporte
Además de estas dos teorías existen otra serie de factores determinantes, como los siguientes:
- Falta de motivación. Si tenemos un objetivo o una meta nos resulta más fácil practicar deporte, ya sea sentirnos bien con nosotros mismos, pasar un buen rato, liberar tensiones, o quemar calorías, etc. La motivación para ir al gym sobre todo es la que más nos cuesta lograr.
- No tener ejemplos a nuestro alrededor de personas que practiquen algún deporte o hagan ejercicio físico con asiduidad. Tener algunos ejemplos de superación puede ayudarnos a combatir la pereza y darnos el empujón que necesitamos.
- Cada vez queremos resultados más inmediatos y practicar deporte requiere sacrificio, esfuerzo y constancia. Los resultados no se obtienen de hoy para mañana. Hay que dedicarle tiempo, por eso es vital cambiar de mentalidad.
- Si nos obsesionamos puede terminar convirtiéndose en un factor estresante para nuestro cuerpo y mente. Muchas personas se obsesionan con practicar aquellos deportes que queman más grasa en lugar de aquellos que más les gustan.
En definitiva, déjate de excusas y cambia de actitud, esas son las mejores maneras de combatir la pereza. Existen hasta deportes que puedes practicar si estás embarazada y, como se suele decir, “querer es poder”. Combate a tu peor enemigo: tú mismo. ¡Ánimo!