
Especialista en Traumatología I Centro Médico IMQ Castro y Centro Médico Henao Bilbao
El dolor de hombro figura entre los trastornos osteomusculares más frecuentes y una de sus causas es la tendinitis del manguito rotador. El manguito es una articulación que está sometida a movimientos repetitivos a consecuencia de actividades laborales o deportivas. En este artículo, te hablaremos de sus síntomas y tratamientos.
Anatomía del hombro
Su estructura anatómica es muy complicada, lo que lo hace inestable. Está compuesto por los siguientes elementos musculoesqueléticos:
• Huesos: la clavícula, la escápula y el húmero.
• Articulaciones: la glenohumeral, entre la escápula y el húmero; la acromioclavicular, entre el acromion, un apéndice de la escápula, y la clavícula.
• Músculos: supraespinoso, infraespinoso, subescapular y redondo menor.
• Bursas: sacos llenos de líquido que sirven para evitar la fricción entre los distintos elementos anatómicos.
Debido a su complejidad, pese a que tiene capacidad para realizar una amplia gama de movimientos, es susceptible de sufrir lesiones importantes. La más conocida es, como te hemos comentado, la del manguito rotador.
El manguito rotador
Esta articulación está conformada por los músculos del hombro y sus tendones, que sujetan la parte superior del húmero a la cavidad glenoidea de la escápula, constituyendo la articulación glenohumeral. Además, tiene un anillo de cartílago fibroso que envuelve, une y adapta estos elementos.
¿Por qué se inflama el manguito rotador?
Cuando te hablamos de tendinitis del manguito rotador nos referimos a la inflamación de los tendones que lo componen. Esta condición se da con mayor frecuencia porque tiene algunas características que lo hacen especialmente vulnerable a lesiones.
En primer lugar, los elementos están situados en un área estrecha, lo que favorece la fricción entre los tendones y los huesos. Esta se acentúa cuando la forma del acromion genera un espacio subacromial aún más angosto. Asimismo, el flujo sanguíneo hacia los tendones es bajo, lo que dificulta la regeneración de las lesiones.
Por otro lado, los movimientos repetitivos de rotación, flexión y extensión son habituales. Este conjunto de factores favorece la inflamación crónica, que conlleva el deterioro y ruptura de los tendones.
¿Cómo se diagnostica la tendinitis del manguito rotador?
Si bien, como te hemos comentado, el dolor de hombro suele ser muy común, este síntoma puede deberse a otras causas, como artritis, traumatismos o contracturas musculares. Para determinar que se trata de una lesión del manguito rotador, es preciso hacer una evaluación amplia.
Síntomas y signos
Un síntoma muy particular es el dolor de hombro desencadenado por la rotación y elevación del brazo o al levantar cargas. El avance de la patología hace que se extienda a todo el miembro superior y aparezcan otros síntomas:
- Dolor nocturno.
- Pérdida de fuerza y movilidad.
- Dificultad para colocar el brazo detrás de la espalda.
El reconocimiento físico evidencia sensibilidad en la zona, con debilidad muscular y pérdida de la función. Las radiografías no detectan las lesiones de los tejidos blandos, pero es posible mostrar una zona de osificación en la inserción de los tendones al hueso. La resonancia magnética o la ecografía revelan engrosamientos, desgarro parcial o total de los tendones o del manguito y presencia de líquido.
Tratamiento médico y quirúrgico
Has de saber que la frecuencia de las lesiones del manguito rotador se incrementa con la edad, ya que el 25 % de las personas mayores de 60 años la padecen. Sin embargo, esta incidencia aumenta en las personas sometidas a estrés mecánico de índole laboral o deportiva.
Una de las principales causas de las lesiones del manguito rotador son los movimientos repetitivos de elevación del brazo por encima del hombro. Los daños musculoesqueléticos producidos por ellos, sobrecargas y sobreesfuerzos están reconocidos como enfermedades profesionales en Euskadi. En el caso de los pacientes ya diagnosticados, disponen de diversos tratamientos.
Tratamiento médico
Los procedimientos conservadores son la primera opción para mejorar la fuerza, la movilidad y eliminar el dolor. Aunque la evolución suele ser lenta, en la mayoría de los casos se logran los objetivos. Estos son los más comunes:
- Reposo y modificación de las actividades.
- Uso de cabestrillo.
- Medicación antiinflamatoria no esteroidea.
- Fisioterapia para restablecer los rangos de movimiento normales, eliminar la rigidez y fortalecer los músculos.
- Inyección de esteroides en la articulación para aliviar el dolor.
Tratamiento quirúrgico
Cuando el tratamiento médico no ha dado buenos resultados, está indicada la intervención quirúrgica por la técnica artroscópica, que es mínimamente invasiva. El propósito de esta cirugía es reparar los tejidos lesionados y aumentar el espacio en la articulación glenohumeral para evitar la fricción.
Una de las medidas es eliminar la porción afectada de la bursa y reducir las dimensiones del acromion mediante extracción de su borde frontal. Este procedimiento se denomina descompresión subacromial.
La artroscopia se realiza a través de la inserción de instrumentos quirúrgicos por medio de pequeñas incisiones. Para examinar la articulación y guiar el procedimiento, se introduce también un endoscopio de fibra óptica conectado a una cámara de televisión.
La tendinitis del manguito rotador es un problema muy habitual que puede prevenirse. En caso de que se haya presentado, existen distintas opciones para recuperar la función del miembro superior y eliminar el dolor. Si crees que puedes tener esta dolencia, consulta a tu médico o médica para un diagnóstico precoz.