La prueba de esfuerzo, también conocida como ergometría, es un estudio especializado que se realiza con el objetivo de comprobar nuestro estado de salud ante el ejercicio físico y observar la respuesta cardiaca durante esta actividad.
La prueba de esfuerzo sirve para detectar patologías cardiacas que son complicadas de observar en estado de reposo. Alrededor de unas 200 personas al año sufren una muerte súbita provocada por enfermedades cardiacas que no presentan síntomas evidentes. Por lo tanto, se utiliza frecuentemente en personas que pueden sufrir algún tipo de dolencia cardiaca y todavía no se conoce su origen, o como medio de prevención para las personas que podrían padecer cardiopatías congénitas.
En un segundo tipo de pacientes sanos, la prueba de esfuerzo se realiza cuando queremos conocer nuestro estado físico, bien porque queremos empezar a practicar deporte, o bien, porque queremos realizar otro tipo de entrenamiento y queremos conocer nuestro rendimiento ante una actividad más intensa. Es frecuente que aquellas personas que se plantean hacer pruebas como un Maratón o un Ironman, realicen una prueba de esfuerzo para conocer su capacidad física. Realizar una prueba de esfuerzo permite conocer nuestro ritmo cardiaco y adaptarlo a las diferentes fases del entrenamiento para conseguir un mayor rendimiento.
¿En qué consiste una prueba de esfuerzo?
Hay que tener en cuenta que los protocolos a seguir a la hora de realizar la prueba de esfuerzo varían dependiendo de si la prueba se hace en tapiz o en bici y del tipo de prueba a realizar. En general, para realizar una prueba de esfuerzo, se recomienda al paciente acudir a la clínica donde se vaya a realizar la prueba con ropa cómoda y calzado deportivo.
Asimismo, es aconsejable acudir descansado, evitando esfuerzos físicos durante las 24 horas anteriores, e informar al especialista si se está tomando alguna medicación ya que, en algunos casos, debe suspenderse durante los días previos.
La prueba de esfuerzo más frecuente es el test progresivo en cinta o bicicleta estática:
Paso 1: Se conecta al paciente a un monitor donde se mide la frecuencia cardiaca de forma continua durante toda la prueba.
Paso 2: El paciente inicia el ejercicio, bien en cinta o bien en bicicleta, de forma suave.
Paso 3: Transcurridos tres minutos, la intensidad del ejercicio se va aumentando progresivamente. De esta manera, se va elevando la frecuencia cardiaca y se monitorizan las pulsaciones.
Cuando la prueba de esfuerzo vaya aumentando la intensidad, se realiza un control de la presión arterial cada tres minutos.
El objetivo de la prueba de esfuerzo es que el paciente alcance su máximo nivel de rendimiento, para que los resultados sean lo más fiables posible.
En ocasiones, puede detenerse la prueba de esfuerzo:
- Cuando, en algún momento de la actividad, el paciente no pudiera continuar porque ha sobrepasado su umbral de rendimiento antes de finalizar la prueba de esfuerzo.
- Cuando se detecte en el electrocardiograma alguna anomalía cardiaca, como una arritmia o angina de pecho.
¿Qué datos nos ofrece una prueba de esfuerzo?
La prueba de esfuerzo, además de detectar si existe algún problema que nos pueda impedir continuar con nuestro entrenamiento, nos permite conocer una serie de datos relativos a nuestra resistencia y rendimiento durante el ejercicio físico:
- Datos sobre nuestra frecuencia cardiaca máxima: La prueba de esfuerzo nos permite conocer de forma precisa la cantidad máxima de pulsaciones por minuto que podemos alcanzar. Conocer este dato nos servirá para adecuar la intensidad de nuestro entrenamiento en todas sus fases y conseguir el máximo rendimiento.
- Consumo máximo de oxígeno: Este dato nos dice cuánta cantidad de oxígeno podemos procesar. Cuanta más cantidad podamos procesar, mayor será nuestra resistencia física durante el ejercicio.
- Umbral aeróbico (VT1): La prueba de esfuerzo nos indica cuál es el rango de pulsaciones al que tenemos que llegar para entrenar la resistencia y en el que podemos estar cómodos durante un periodo más largo de tiempo. Si entrenamos por debajo de este umbral, no estaremos aumentando nuestra resistencia física.
- Umbral anaeróbico (VT2): Es el rango de pulsaciones en el que podremos realizar el entrenamiento por encima de nuestro umbral aeróbico, pero sin fatigarnos. Este dato es útil en los entrenamientos que requieren velocidad, ya que nos permite conocer cuánto aumentarla sin sobrepasar nuestro límite.
Beneficios de realizar la prueba de esfuerzo
Además de conocer datos concisos sobre nuestro estado de salud y asegurarnos que hacemos ejercicio físico con todas las garantías, realizar una prueba de esfuerzo supone beneficios para nuestro entrenamiento:
-
- Definirás un plan de entrenamiento más adecuado.
- Aumentarás tu resistencia al conocer tu umbral aeróbico y anaeróbico.
- Tus entrenamientos serán más productivos y conseguirás progresos de forma más rápida.
- Si te inicias en la práctica deportiva, la prueba de esfuerzo te garantiza hacerlo de forma segura y conociendo qué tipo de entrenamiento es mejor para ti.
Pablo Aranda
Especialista en Medicina Deportiva de IMQ