Golpes de calor, quemaduras solares, baños con precaución, picaduras de insectos… son algunos de los problemas estivales más frecuentes de los pequeños de la casa. Por eso, en este artículo vamos a realizar un breve repaso de conceptos básicos pero que conviene refrescar para cuidar la salud de los niños en verano y disfrutar al máximo de las vacaciones.
La primera imagen que asociamos al verano es el sol, porque van a ser días de disfrutar en el exterior y por tanto de protegernos contra su potencia visible e invisible. Los pequeños por debajo de cuatro años son los más expuestos a los golpes de calor. Algunos de los síntomas del golpe de calor son:
- palidez,
- mareo,
- dolor de cabeza,
- sensación de agotamiento,
- náuseas
- vómitos.
Cómo prevenir el golpe de calor
La prevención va a ser sencilla e indicada para toda la familia. Evitar el exterior en las horas centrales del día, vestir ropa ligera de manga larga y de colores claros. Gorras y gafas de sol serán también de gran ayuda. Ofreceremos agua a nuestros peques con frecuencia independientemente de si manifiestan sed o no.
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En caso de presentar los síntomas anteriores deberemos aliviar la temperatura aflojando la ropa, colocando compresas húmedas frías y ofreciendo agua solo si está consciente. Acudir a un centro médico con prontitud para revalorar. Por último nunca dejaremos solos a nuestros hijos/as en un vehículo al sol aunque sea un breve lapso de tiempo porque las consecuencias de un descuido pueden ser terribles.
Salud de los niños en verano: quemaduras solares
A la hora de cuidar la salud de los niños en verano, también hay que tener en cuenta el riesgo de quemadura solar. Debemos pensar que el efecto de la radiación solar es acumulativo y nos va a acompañar toda la vida. Solo unos cuantos episodios de quemadura solar en la infancia van a aumentar el riego de cáncer de piel cuando nuestros hijos e hijas sean adultos.
A las normas anteriormente descritas añadiremos específicas como la aplicación de una crema antisolar con protección frente a los rayos ultravioleta B y A. Los filtros físicos, cremas más densas, son los recomendados en las edades tempranas. Reflejan la radiación en la piel y son activos desde el mismo momento en que los aplicas. Los filtros químicos precisan aplicarse unos 30 minutos antes de la exposición y serán recomendables en lactantes mayores y niños.
Para estas edades usaremos el factor máximo para ambos tipos de crema. Como orientación general los bebes por debajo de un año deberían evitar la playa sobre todo los menores de 6 meses. En caso de acudir debería ser a primera hora de la mañana y última de la tarde cuando la luz solar es menos intensa. No olvidemos que las sombrillas no protegen de la luz reflejada por la arena.
Los peligros del baño
El baño es un momento de diversión que, sin embargo, también puede comprometer la salud de los niños en verano. Para disfrutarlo plenamente la seguridad será fundamental. Además de asegurar la calidad del agua donde nos bañemos debemos procurar que nuestros hijos e hijas están en todo momento vigilados y si estamos disfrutando con un grupo de amigos en un lugar con acceso a piscina, que ésta cuente con medidas de protección o designar a uno de los adultos como vigilante. Un periodo tan corto como 90 segundos de inmersión puede provocar lesiones cerebrales por falta de oxígeno.
Mosquitos: molestos compañeros de vacaciones
También durante este periodo estaremos más expuestos a las picaduras de insectos. Los repelentes más útiles serán aquellos con DEET considerada el repelente más eficaz por la Organización Mundial de la Salud. Hay que prestar atención a las concentraciones. Evitaremos el uso en menores de dos años de concentraciones superiores a 10%. En mayores de esa edad concentraciones hasta el 15%. Repetiremos la aplicación cada 3-4 horas y es mejor aplicarlo sobre la ropa que no sobre la piel para evitar irritación. Ropa ligera de colores claros y manga larga serán también una buena barrera contra las picaduras. Recordemos que el Mosquito Tigre tiene predominantemente hábitos diurnos.
Con todo lo dicho anteriormente podemos imaginar que nuestra piel va a sufrir más de lo habitual así que no olvidemos hidratarla con cremas adecuadas varias veces al día, sobre todo aquellos niños y niñas con piel atópica.
Dr. David Belver
Especialista en Pediatría de IMQ