Síntomas de sordera en adultos

A continuación, te lo explicamos.

Cuáles son los principales síntomas de la sordera en adultos

Los síntomas de la sordera en adultos y adultos mayores son fáciles de detectar:

• El adulto que lo padece presenta dificultades para seguir una conversación. Por ejemplo, tiene problemas para escuchar a la familia; le cuesta entender a las personas que conoce por primera vez, o, en el trabajo, no consigue oír con claridad a sus clientes o compañeros.
• Dificultad para escuchar los sonidos que rodean al adulto. Un ejemplo que muchas personas viven en el entorno doméstico es cuando se enciende la televisión. Los adultos mayores que no oyen bien suelen necesitar poner el sonido a un volumen demasiado elevado.

La sordera se convierte en un problema cuando esta carencia empieza a hacer mella en la vida social y familiar del afectado. Es frecuente que las peleas con los familiares comiencen cuando estos intentan advertir al paciente de que no oye bien, ya que la mayoría suele reaccionar negándolo.

Causas de sordera en adultos

Los motivos que conducen a la pérdida de audición parcial o total son variados. Entre las principales causas para que se desarrolle la sordera en adultos destacan:

• El paso del tiempo. Como el resto del organismo el oído también se va deteriorando con los años y como consecuencia perdemos capacidad auditiva. Este fenómeno se conoce como presbiacusia y parece tener un componente genético.
• Exposición a ruidos fuertes de forma prolongada. Por ejemplo, los músicos, los trabajadores de la construcción o aquellas personas que han estado siempre rodeadas de mucho ruido, suelen desarrollar sordera en la edad adulta.
• Exposición a diferentes enfermedades. Los virus, las bacterias, ataques cerebrales o al corazón, la presencia de tumores e incluso el uso prolongado de ciertos medicamentos, pueden estar detrás de la sordera en adultos.

Tratamiento para la sordera en adultos

Por suerte hoy en día existen diferentes tipos de tratamiento para paliar la sordera en adultos. Los más utilizados son:

• Audífonos. Sin duda son la solución más frecuente y fáciles de calibrar. Se trata de aparatos que se colocan en la oreja y permiten aumentar el sonido. Aunque acostumbrarse a ellos resulta algo lento (el sonido se escucha de manera diferente), un audiólogo puede ayudarnos en el proceso.
• Aparatos auditivos. Se trata de dispositivos preparados para amplificar el sonido en distintos aparatos y espacios, como por ejemplo el teléfono o la tablet. También se usan en espacios cerrados, como auditorios, teatros o lugares de oración.
• Implantes cocleares. Este sistema es mucho más moderno que el de los audífonos y, aunque más invasivo, sus resultados son espectaculares. Por medio de cirugía se implanta un aparato electrónico en el oído interno que permite al paciente volver a oír. Se recomienda este sistema en caso de pérdida auditiva muy severa.
• Lectura de los labios. Aprender a leer los labios es una herramienta de gran utilidad para las personas sordas o con problemas auditivos.

En conclusión

Aunque podemos tener sospechas de que nosotros o alguien cercano empieza a perder capacidad auditiva es necesario que se realice un diagnóstico por parte de un equipo médico. Los otorrinolaringólogos son los encargados de llevarlo a cabo.

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Un buen tratamiento es la clave para mantener una calidad de vida adecuada. No hay que restar importancia a esta dolencia, pues es uno de los principales motivos que produce el aislamiento en las personas mayores.