Respecto al perfil de la persona más proclive a sufrirla, predominan los varones de edad media con antecedentes de tabaquismo (pudiendo llegar a estar detrás del 95% de los diagnósticos). Además, se caracterizan generalmente por ser personas delgadas y que tienen algún tipo de impedimento para practicar ejercicio por la fatiga que sufren. Aunque el principal responsable es el humo del tabaco, existen otras causas como estar en contacto continuado con la quema de combustible de biomasa, la polución o incluso puede deberse a problemas genéticos (el llamado déficit de alfa1 antitripsina).
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Dependiendo del grado de enfermedad, condiciona la vida cotidiana del paciente. De hecho, los casos más graves acaban con oxígeno entre 18 y 24 horas al día e incluso es necesario un trasplante pulmonar.
¿Cuáles son los síntomas del enfisema pulmonar?
La principal señal de alarma es la fatiga, que al inicio de la enfermedad aparece con el esfuerzo (intolerancia al ejercicio) pero con el paso del tiempo y sin tratamiento se puede dar también durante el reposo. Otro de los síntomas es la tos matutina, generalmente sin expectoración, y la tendencia a coger catarros de manera frecuente. Debido a la gravedad que puede entrañar cualquier tipo de EPOC, se aconseja acudir lo antes posible a consulta ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, ya que el diagnóstico precoz es fundamental para evitar que siga avanzando.
¿Tiene tratamiento el enfisema pulmonar?
En cuanto al tratamiento, existen unas recomendaciones básicas a seguir:
- dejar de fumar;
- vacunarse contra la gripe y la neumonía (estos pacientes se pueden ver más afectados por ambas patologías al sufrir obstrucción respiratoria);
- fisioterapia o rehabilitación respiratoria
- broncodilatadores y técnicas quirúrgicas de reducción de volumen para disminuir las áreas obstruidas por el enfisema;
- en los casos más avanzados es necesario pensar en el trasplante del pulmón afectado.
Aizea Mardones Charroalde
Especialista en Neumología de IMQ