Especialista en Aparato Digestivo de IMQ
El verano es una época del año que produce cambios significativos en nuestros hábitos diarios. Las altas temperaturas, las vacaciones y las actividades al aire libre pueden influir en nuestra salud de diversas maneras, especialmente en el sistema digestivo. Durante esta temporada, es común que las personas modifiquen su dieta, aumenten el consumo de alimentos y bebidas fuera de casa y participen en actividades que pueden afectar a su bienestar gastrointestinal.
El calor intenso puede favorecer la proliferación de bacterias en los alimentos, incrementando el riesgo de intoxicaciones alimentarias y otros trastornos digestivos. Por eso, es fundamental estar informados y tomar medidas preventivas para disfrutar de un verano saludable y sin contratiempos. A continuación, exploraremos los trastornos digestivo-intestinales más comunes durante esta temporada y ofreceremos consejos prácticos para prevenirlos.
Intoxicaciones alimentarias
Las intoxicaciones alimentarias son uno de los problemas digestivos más frecuentes en verano. Estas se producen por la ingesta de alimentos contaminados con bacterias, virus o parásitos. Los síntomas incluyen diarrea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y fiebre. Entre las bacterias más comunes se encuentran la Salmonella, Escherichia coli y Campylobacter.
Para prevenir las intoxicaciones alimentarias en verano, es fundamental lavar bien los alimentos, especialmente frutas y verduras. Además, se debe cocinar adecuadamente carnes y pescados, evitando el consumo de alimentos crudos o poco cocinados. Es crucial mantener la cadena de frío de los alimentos y no dejarlos a temperatura ambiente por mucho tiempo.
Gastroenteritis
La gastroenteritis es una inflamación del tracto gastrointestinal que puede ser causada por virus, bacterias o parásitos. Los síntomas incluyen diarrea, vómitos, dolor abdominal y, en algunos casos, fiebre. Este trastorno es común en verano debido al consumo de alimentos y agua contaminados.
Beber agua embotellada y evitar consumir alimentos de dudosa procedencia es esencial para prevenir la gastroenteritis. Además, mantener una buena higiene de manos antes de comer y después de ir al baño es crucial para reducir el riesgo de infecciones.
Estreñimiento
El estreñimiento es otro problema común en verano, a menudo causado por cambios en la dieta, deshidratación y una disminución en la actividad física. Los síntomas incluyen dificultad para evacuar, heces duras y sensación de evacuación incompleta.
Para no sufrir de estreñimiento en verano, es esencial mantenerse bien hidratado, bebiendo al menos 2 litros de agua al día. Además, se debe consumir una dieta rica en fibra, que incluya frutas, verduras y cereales integrales, y realizar ejercicio físico de manera regular.
Digestiones Pesadas y Acidez
Las comidas copiosas y ricas en grasas, típicas de las vacaciones, pueden provocar digestiones pesadas y acidez estomacal. Los síntomas incluyen sensación de pesadez, ardor en el pecho y eructos frecuentes.
Para deshacerse de las digestiones pesadas y de la acidez, es esencial comer en porciones moderadas y evitar las comidas muy grasosas. Además, lo más recomendable es masticar bien los alimentos y comer despacio, así como evitar el consumo excesivo de alcohol y bebidas gaseosas.
Deshidratación
La deshidratación es un problema serio que puede agravar otros trastornos digestivos. Se produce cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere, lo que puede ocurrir fácilmente en verano debido al calor y la sudoración excesiva.
Beber agua regularmente, incluso si no se tiene sed, es una de las mejores medidas de prevención que se puede tomar para evitar sufrir una deshidratación. Es recomendable también consumir frutas y verduras ricas en agua, como sandía y pepino, así como evitar el consumo excesivo de bebidas alcohólicas y cafeína, que pueden aumentar la deshidratación.
Corte de Digestión
El corte de digestión, también conocido como hidrocución, es un fenómeno que se produce por un cambio brusco de temperatura al entrar en contacto con agua fría, especialmente después de haber comido o realizado ejercicio físico intenso. Los síntomas incluyen mareos, náuseas, vómitos, palidez, escalofríos y, en casos graves, pérdida de conciencia.
Para no sufrir un corte de digestión, es recomendable esperar al menos 1,5 a 2 horas después de comer antes de bañarse. Además, se debe entrar al agua de forma progresiva, mojando primero partes del cuerpo como la nuca, muñecas y tobillos. Es importante evitar zambullirse de golpe en agua fría, especialmente después de una exposición prolongada al sol o de realizar ejercicio físico intenso. Mantener una buena hidratación y evitar bebidas muy frías también son medidas preventivas esenciales.
Disfrutar de un verano saludable y sin contratiempos es posible si tomamos las medidas preventivas adecuadas. Estar informados y ser conscientes de los riesgos nos permite disfrutar de nuestras actividades veraniegas sin poner en peligro nuestra salud digestiva. Si experimentas síntomas persistentes o graves, no dudes en consultar a un profesional de la salud. Con un poco de precaución y cuidado, podemos asegurarnos de disfrutar unas nuestras vacaciones libres de problemas digestivos.