Un acelerador lineal de electrones es un aparato de alta tecnología que se emplea generalmente para irradiar tumores malignos localizados, como los de próstata, pulmón, cerebro, hígado, páncreas... En función del tratamiento elegido, se aplican fotones en el caso de lesiones profundas o electrones si son superficiales.
Los aceleradores más modernos también tienen poder curativo en determinados tipos de metástasis, como cuando se da un número limitado de tumores en un órgano (generalmente de cuatro a seis). Por ejemplo, en las patologías cerebrales múltiples ahora es posible irradiar sólo las zonas afectadas en vez de todo el cerebro.
La dosis de radiación administrada influye en el éxito del control tumoral
Cuanto mayor sea la cantidad de radiación depositada, mayor será la probabilidad de lograr la curación. Por ello, la administración de esa energía debe ir necesariamente acompañada de una mayor precisión, ya que es fundamental respetar al máximo los tejidos sanos adyacentes.
En 2015, la Clínica IMQ Zorrotzaurre puso en marcha, coincidiendo con la celebración de su I Jornada de Oncología Radioterápica, un nuevo acelerador lineal (Varian TrueBeam). Este aparato presenta numerosas ventajas frente a otros más antiguos. Por ejemplo, puede llegar a depositar una dosis de radiación hasta cuatro veces superior. Además, su tecnología y programación informática le dotan de una mayor precisión ya que es capaz de controlar la localización y el volumen del tumor en tiempo real empleando técnicas de radioterapia guiada por imagen (IGRT).
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Asimismo, este acelerador lineal permite la realización de tratamientos que tienen en cuenta los movimientos de los órganos, sincronizando la administración de la radiación con el ciclo respiratorio del paciente. Esto puede ser especialmente útil en, por ejemplo, tumores de pulmón, hígado o próstata.
El acelerador lineal Varian TrueBeam posibilita tratamientos más cortos
Con respecto a otros dispositivos existentes, este acelerador lineal posibilita tratamientos más cortos (de 38 sesiones a 6 en el cáncer de próstata), ya que se administran dosis superiores en cada sesión con una duración inferior en hasta un 70% (cada una puede durar sólo dos minutos). Durante todo el proceso, el paciente está monitorizado por un circuito cerrado de televisión. Asimismo, se activan numerosos mecanismos para velar por la seguridad del paciente y de los profesionales que le atienden.
La radiocirugía es otra de sus ventajas. Mediante esta técnica se irradian volúmenes de tejido muy reducidos en una única sesión que puede ser suficiente para eliminar un tumor. Su tecnología de última generación le permite ser más preciso en el tratamiento de cánceres en zonas críticas como la columna vertebral, entre otras.
Dr. Pedro Ensunza Lamikiz
Jefe de Oncología Radioterápica de la Clínica IMQ Zorrotzaurre
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