Nutricionista del Centro Médico-Quirúrgico IMQ Zurriola
El Síndrome del Intestino Irritable es una enfermedad gastrointestinal crónica que afecta de manera importante a la calidad de vida de la persona. Como parte del tratamiento del colon irritable, la dieta tiene un papel esencial, puesto que contribuye a reducir los gases, el dolor abdominal y los desajustes intestinales, como la diarrea y el estreñimiento.
Las causas que provocan el colon irritable no están claras, puesto que en muchos casos aparece como consecuencia de un conjunto de factores diferentes. Los más habituales son:
- Intolerancias alimentarias.
- Trastornos psicológicos como la depresión y la ansiedad.
- Infecciones gastrointestinales.
- Alteración de la flora intestinal.
- Alteraciones hormonales.
- Factores genéticos.
La alimentación está estrechamente relacionada con esta enfermedad, y es una de las herramientas que utilizamos para paliar sus síntomas. No existe una sola dieta para el colon irritable, ya que cambia mucho en función de cada persona, pero sí hay unas pautas comunes que nos ayudarán a mejorar nuestra calidad de vida.
Evita alimentos ultraprocesados y ricos en grasas
El síndrome del colon irritable puede provocar diarrea, estreñimiento o ambos síntomas de manera alterna. Por eso, un alto consumo de fibra no es aconsejable, y deberá estar siempre vigilado por nuestro especialista. Si estamos en un episodio de estreñimiento, podemos aumentar de manera paulatina la ingesta de fibra, optando por fibras solubles pero sin consumir grandes cantidades.
Algunos alimentos que contienen fibras solubles son:
- Avena.
- Cebada.
- Manzana.
- Zanahorias.
- Arroz.
- Mijo.
Es mejor optar solo por uno o dos de ellos para no ingerir fibra en exceso. Así también será más fácil identificar si uno de estos alimentos no nos sienta bien. Por otro lado, es recomendable reducir la fibra insoluble en nuestra dieta, evitando los cereales integrales, semillas, frutos secos y la piel de la fruta.
Elimina picante, alcohol y bebidas gaseosas o excitantes
Los alimentos picantes, así como las bebidas con cafeína y el alcohol irritan el colon, así que es mejor evitarlas para reducir los desajustes intestinales. Las bebidas gaseosas tampoco son nada recomendables porque provocan la acumulación de gases en el tracto intestinal y dolor abdominal.
Sí es importante beber suficiente agua, en torno a 2 litros al día, para mantener el cuerpo hidratado. Puedes incluir también infusiones suaves que no tengan efectos excitantes ni laxantes, como la melisa, la manzanilla o la menta.
Introduce probióticos en tu dieta
Los probióticos son alimentos que ayudan a restituir la población intestinal. Contienen microorganismos vivos, como los lactobacilos y las bifidobacterias, que son beneficiosos porque equilibran la flora microbiana y contribuyen a limitar el crecimiento de bacterias perjudiciales.
Los alimentos más ricos en probióticos son:
- Yogur.
- Kéfir.
- Chucrut.
- Miso.
- Pepinos encurtidos.
- Chocolate negro.
Identifica qué alimentos te sientan mal para excluirlos
Los síntomas que provoca el síndrome del colon irritable están relacionados con intolerancias o dificultades para digerir ciertos alimentos. Las comidas que los provocan varían mucho en función del paciente y por ello no existe una única dieta, debemos ir identificando cuáles son los alimentos que desencadenan el malestar.
Este proceso forma parte del tratamiento frente al colon irritable y es tu médico nutricionista quien se encargará de establecer las pautas para retirar uno u otro alimento, pero es importante llevar un control de lo que comemos. De esta forma, será más sencillo identificar qué alimento provoca síntomas y eliminarlo de la dieta. Los grupos que más habitualmente generan intolerancias son la lactosa, el gluten, algunos cereales y legumbres, así como las verduras y hortalizas con alto contenido en fibra.
Adopta hábitos diarios saludables
Además de la dieta en sí, existen ciertas pautas que nos ayudarán a reducir los síntomas de esta enfermedad gastrointestinal. Es importante mantener un horario regular y reservar el tiempo suficiente para que podamos comer de forma relajada.
El síndrome del colon irritable está relacionado con aspectos psicológicos, así que la ansiedad, la depresión o el estrés hacen que los síntomas sean más intensos. Por eso, es esencial introducir en el día a día actividades que nos permitan reducir los niveles de angustia o malestar emocional, como la práctica de ejercicio físico, yoga, relajación o aficiones personales que nos generen bienestar.