¿Cuántas veces te has levantado por la mañana y has pensado “duermo pero no descanso”? ¿Te mueves ...
Hoy día se sabe a la perfección qué es la apnea respiratoria y con un rápido y efectivo diagnóstico, cualquier persona puede hacer vida normal padeciendo esta dolencia —e incluso tratándose de una apnea del sueño severa—. Vayamos punto por punto desgranando todos los detalles para conocer a fondo qué es la apnea del sueño en adultos, sus causas, síntomas y tratamiento.
Apnea del sueño, cómo afecta a tu salud
Si nos preguntamos qué es la apnea del sueño en términos médicos, diremos que se trata de una enfermedad conocida con el nombre de “síndrome de apnea-hipopnea del sueño (SAHS)”. Las principales afecciones que provoca están relacionadas con el mal descanso:
- Somnolencia excesiva.
- Trastornos cognitivo-conductuales.
- Trastornos respiratorios.
- Trastornos metabólicos.
- Fatiga.
Apnea del sueño, a quién afecta principalmente
En España existen más de dos millones de afectados por este trastorno del sueño. De hecho, según la Sociedad Española de Sueño, solo en el País Vasco más de 170.000 personas padecían apnea del sueño en 2019.
Ahora bien, el principal problema radica en otro dato aún más alarmante: aproximadamente el 80 % de los casos no son diagnosticados; sobre todo en personas de más de 65 años, quienes mayor riesgo tienen de padecer esta enfermedad y, además, quienes menos claro tienen a día de hoy qué es la apnea del sueño y cómo diagnosticarla o tratarla.
Tipos de apnea del sueño más comunes
Profundizando un poco más en qué es la apnea del sueño, diremos que existen tres tipos de apnea del sueño diferentes según su comportamiento:
- Apnea obstructiva del sueño: es el tipo de apnea más extendida o común y su principal característica es que desemboca en la relajación de los músculos de la garganta con el consiguiente estrechamiento o bloqueo de las vías respiratorias durante el sueño.
- Apnea central del sueño: tiene lugar porque el cerebro no es capaz de enviar indicaciones a los músculos que controlan la respiración o estas indicaciones se interrumpen provocando los cortes respiratorios típicos de la apnea del sueño.
- Apnea mixta o síndrome de apnea del sueño compleja: se trata de una combinación simultánea de ambas enfermedades en un mismo paciente, apnea obstructiva del sueño y apnea central del sueño.
Principales causas de la apnea del sueño
Aunque la edad parece ser un factor importante en este trastorno, las causas de la apnea del sueño van más allá. Estos pueden ser algunos causantes:
- Sobrepeso.
- Estrechez del cuello o cuello demasiado grueso.
- Vías respiratorias estrechas.
- Mayor propensión a esta enfermedad en el caso de ser hombre.
- Mujeres tras la menopausia.
- Edad superior a los 60-65 años.
- Antecedentes familiares.
- Ingesta de alcohol o algún tipo de tranquilizante, también de tipo muscular.
- Tabaquismo.
- Problemas respiratorios asociados a una congestión nasal.
- Insuficiencia cardíaca congestiva e hipertensión arterial.
- Diabetes de tipo 2.
- Enfermedad de Parkinson.
- Síndrome de ovario poliquístico.
- Trastornos de tipo hormonal.
Principales síntomas de la apnea del sueño
Como síntomas de la apnea del sueño, principalmente podemos destacar:
- Aparición de jadeos o fuertes ronquidos durante el sueño.
- Episodios de interrupción de la respiración durante el sueño.
- Boca excesivamente seca al despertar por la mañana.
- Insomnio agravado.
- Sensación de cansancio y sueño excesivos durante todo el día.
- Dificultad para centrarnos en una actividad o prestar atención a algo concreto.
- Irritabilidad.
- Molestias en la zona del tórax.
- Atragantamiento al dormir.
- Pesadillas nocturnas.
- Disminución del apetito sexual.
Principales consecuencias de la apnea del sueño
Existen muchas y diversas consecuencias de la apnea del sueño:
- Fatiga durante el día.
- Dificultades en las capacidades de concentración.
- Merma en nuestro rendimiento laboral o académico.
- Irritabilidad e irascibilidad.
- Indicios de ansiedad o depresión.
- Presión arterial elevada o hipertensión e incluso dolencias de tipo cardíaco.
- Propensión a desarrollar diabetes tipo 2.
- Complicaciones respiratorias en intervenciones y cirugías.
- Problemas hepáticos como hígado graso no alcohólico.
- Y si se extiende demasiado en el tiempo sin un tratamiento adecuado, puede incurrir en el desarrollo de enfermedades más graves como insuficiencia cardiaca, arritmias o incluso ictus cerebrales —aunque todas ellas con una probabilidad baja—.
