Médico especialista en neurofisiología clínica; Psicólogo especialista en psicología clínica; Responsable Unidad del Sueño CVB-IMQ
Los trastornos del sueño son mucho más frecuentes de lo que imaginamos. Aproximadamente el 40 % de la población mundial puede padecer distintos tipos de trastornos del sueño en alguna etapa de su vida. Aunque, en muchas ocasiones, no se trata de patologías graves, pueden tener implicaciones directas en nuestro día a día: bajo rendimiento, mayor irascibilidad, etc.
Sin embargo, ¿cómo podemos averiguar si estamos sufriendo alguno de estos problemas? En este artículo vamos a explicarte qué tipos de trastorno del sueño existen y cuáles son sus síntomas.
Qué son los trastornos del sueño
Los trastornos del sueño son alteraciones físicas y psicológicas, que surgen a la hora de dormir o a la hora de mantenerse despierto durante el día, y cuya presencia afecta, en ocasiones de forma muy importante, a la salud y a la calidad de vida de las personas.
En los últimos 40 años se ha evolucionado mucho en su tratamiento y diagnóstico. Desde 1990, los trastornos del sueño se clasifican por sus síntomas. Estos, a su vez, se agrupan por categorías, clasificaciones que han ido modificándose hasta su última revisión en 2014. En total, a día de hoy hay registrados más de 90 trastornos del sueño.
Qué causa los trastornos del sueño
Pero ¿qué causa la aparición de estas patologías? Lo cierto es que existen multitud de causas. Los trastornos del sueño pueden estar asociados a otros trastornos y enfermedades (como enfermedades mentales, cardiacas o pulmonares, por ejemplo), o pueden surgir de manera independiente.
Además, hay ciertos factores que puede provocar que aparezcan.
- Alteraciones en los hábitos de sueño producidos, por ejemplo, por horarios nocturnos de trabajo, debido a la crianza de un bebé, etc.
- Consumir ciertas sustancias, como el alcohol, la cafeína o las drogas.
- La edad. Conforme envejecemos nos despertamos con mayor facilidad y dormimos menos horas. Además, resulta más complicado llegar a la fase REM.
- Uso de dispositivos electrónicos a última hora del día.
- Otras enfermedades previas: patología digestiva, respiratoria, ORL, neurológica, etc.
Síntomas comunes a los trastornos del sueño
¿Cómo sabemos si estamos sufriendo problemas para dormir? Hay una serie de síntomas que son comunes a los distintos tipos de trastornos del sueño:
- Dificultad para quedarse dormido.
- Despertarse varias veces a lo largo de la noche, síntoma que suele combinarse con problemas para volver a conciliar el sueño.
- Tener mala calidad de sueño. En este sentido, entran en juego ronquidos, resoplos e incluso periodos de tiempo cortos sin respirar.
- Dificultad para moverse nada más despertar.
- Presencia de sueños muy vívidos.
- Sentirse cansado y somnoliento a lo largo del día.
- Alteraciones de ánimo. A veces se acompañan de una repentina debilidad muscular cuando nos reímos o estamos enfadados.
- Pérdida de memoria o concentración.
- Bajo rendimiento a nivel laboral o escolar.
Tipos de trastornos del sueño
Entre los tipos de trastornos del sueño más frecuentes, se encuentran los siguientes:
Insomnio
El insomnio es la alteración del sueño más frecuente de los trastornos del sueño. Se estima que, aproximadamente, el 25-30% de los adultos no se encuentran satisfechos con su cantidad/calidad de sueño, o han presentado insomnio transitorio.
- En cuanto a los síntomas de este trastorno del sueño, padecemos insomnio cuando somos incapaces de conciliar el sueño o estar dormidos durante toda la noche.
- El insomnio puede presentarse como un trastorno independiente o asociado a otros, como la ansiedad o la depresión. Además, se relaciona con el síndrome de piernas inquietas, un hormigueo insistente en las piernas durante la conciliación del sueño, que nos obliga a movilizarlas y estirarlas.
Apnea del sueño
El sujeto deja de respirar durante un lapso de, al menos, 10 segundos mientras duerme. Es frecuente que se recupere la respiración con un ronquido.
- Es un trastorno crónico que impide un descanso correcto, y que puede suceder en cualquier fase del sueño. Cuando surge la apnea, el sueño profundo se interrumpe y éste pasa a una fase de sueño ligero. Si este fenómeno se produce un número elevado de veces, el sueño global nocturno se vuelve más fragmentado, restando calidad al mismo.
- La apnea del sueño obstructiva (por obstrucción en las vías respiratorias) es la más habitual y suele darse en personas con sobrepeso.
- La pareja de cama es la que suele notar los síntomas.
Tras el diagnóstico de esta patología es necesario tratarla, puesto que se trata de un importante factor de riesgo cardiovascular que, además, puede producir una excesiva somnolencia diurna, restando calidad de vida pudiendo, incluso, generar peligros potenciales para sí mismo o para los demás si se conducen vehículos o se utiliza maquinaria peligrosa.
Terrores nocturnos
Los terrores nocturnos son episodios de terror en ocasiones acompañados, o no, de sonambulismo. Suelen ser frecuentes en los niños de los 3 a los 7 años. Podemos encontrar al niño en estado de shock, con la respiración acelerada y desorientados. Suele tratarse de episodios autolimitados, de corta duración que, aunque aparatosos, no suelen revestir gravedad.
Sonambulismo
Las personas que lo padecen pueden llegar a realizar actividades cotidianas mientras duermen, como caminar, comer o, incluso, realizar actividad sexual. Se trata de episodios de corta duración. Si la persona que lo sufre no se despierta, es muy probable que acabe regresando a la cama. No obstante, en ciertas ocasiones puede quedarse dormido en cualquier otra parte.
El sonambulismo en adultos suele estar muy asociado al consumo de estupefacientes o a trastornos mentales. En los niños, suele aparecer por episodios de ansiedad, falta de sueño o fatiga.
Narcolepsia
La narcolepsia es una enfermedad neurológica cuyo síntoma principal es la presencia de episodios de sueño que aparecen de forma repentina e impredecible durante la vigilia. Duran de 2 a 5 minutos y pueden darse en cualquier momento, por ejemplo, mientras conducimos un vehículo lo que, obviamente, podría llegar a ser muy grave. La narcolepsia aparece cuando el sujeto pasa directamente a la fase REM sin haber entrado previamente en el sueño de ondas lentas.
Existen variantes de la narcolepsia como la cataplejía, las alucinaciones hipnagógicas o la parálisis del sueño.
Tratamiento del trastorno del sueño
A la hora de tratar los trastornos del sueño es necesario un diagnóstico preciso. Lo ideal es obtenerlo por medio de una Unidad de Sueño, compuesta por un grupo multidisciplinar de expertos (neurofisiológicos, neumólogos, otorrinolaringólogos, neurólogos, endocrinos, pediatras, psiquiatras, etc.) que ayudarán a diagnosticar la patología y ponerle remedio a través del tratamiento médico/quirúrgico adecuado.
Para conseguir un diagnóstico, el paciente debe acudir a un laboratorio del sueño donde los expertos se encargarán de monitorizar, registrar el sueño y analizar las señales poligráficas. En estos laboratorios se pueden recomendar diferentes tipos de exámenes, como:
- Poligrafía respiratoria domiciliaria.
- Polisomnografía nocturna en la propia clínica.
- Estudios de la actividad cerebral bajo privación del sueño.
- Técnicas de Actigrafía.
- TIS o test de movilización sugerida… etcétera.
Aunque existen varios tratamientos, todos ellos tienen unos puntos en común:
- El experto ayudará al paciente a conseguir buenos hábitos para dormir. Esto suele implicar ciertos cambios en el estilo de vida, como por ejemplo realizar ejercicio o comer de manera saludable.
- Uso de medicamentos bajo prescripción médica.
- Acudir a terapia para reducir episodios de estrés o ansiedad a través de técnicas de afrontamiento, control de los pensamientos negativos o técnicas de relajación.
Por desgracia, los trastornos del sueño muchas veces pasan desapercibidos porque no acudimos al médico dando por sentado que se trata de una mala racha.
Sin embargo, es aconsejable darles la atención médica que se merecen, tanto si surgen de manera independiente, como si están asociados a otras enfermedades. Dormir y descansar es vital para tener una vida plena y saludable.
Si quieres saber más sobre salud emocional, consulta nuestra guía para conocer qué es el bienestar emocional y cómo conseguirlo.