Especialista en Endocrinología y Nutrición de IMQ
Las fórmulas para adelgazar siempre son trending topic en la red: dietas, consejos para tener hábitos saludables, supuestos súperalimentos y apps para móvil que prometen ayudarnos a la hora de perder peso nos bombardean con información de todo tipo. Queremos profundizar un poco más sobre una moda actual: ¿es tan efectiva la dieta del ayuno intermitente? En este artículo vamos a tratar de explicar todo lo que debes saber sobre esta nueva moda.
¿En qué consiste el ayuno intermitente?
El ayuno, en la historia, ha tenido matices espirituales o religiosos. Hoy en día sin embargo se vincula a una manera de comer (o no comer) que puede ayudar a las personas a luchar contra el sobrepeso de una manera menos repetitiva que la habitual disminución calórica en la dieta.
Hacer ayuno es, literalmente,
dejar de comer. Por tanto no es una
dieta, ya que estas generalmente elaboran una lista de platos o recetas y
horarios partiendo de la premisa de que se ingieren de forma regular alimentos.
Sin embargo, se ha popularizado llamar a esta práctica “dieta del ayuno”.
El ayuno intermitente consiste
en establecer unos periodos que se
repiten y no son consecutivos durante los cuales no se ingieren alimentos.
Durante estos espacios de tiempo tan solo se permite tomar bebidas no
azucaradas, como infusiones o agua.
En principio, el ayuno intermitente no elaboraría una lista de alimentos prohibidos en los periodos en los que sí se puede comer, aunque por supuesto darse festines que compensen el hambre pasada en el periodo de ayuno puede provocar el efecto contrario al deseado. Seguir una cierta disciplina y comer sano será clave para lograr que este método para perder peso funcione.
¿Qué dice la ciencia sobre hacer ayuno intermitente?
Pese a que aún no se cuenta con
resultados concluyentes que sostengan por completo los beneficios que podría
procurar el ayuno intermitente, sí existen indicios que hacen pensar que podría
ser un aliado interesante en la lucha contra el sobrepeso en adultos con buena salud (y es importante recalcar la importancia
de la opinión del facultativo a la hora de empezar esta o cualquier otra
dieta).
En cambio los embarazos, los trastornos alimenticios, enfermedades crónicas e incluso la edad pueden ser incompatibles con esta práctica. Además, se investiga -aún sin resultados definitivos- si el ayuno puede ayudar a mejorar nuestra salud, debido a los cambios que se producen en nuestro cuerpo cuando dejamos de comer.
¿Qué ocurre en nuestro organismo cuando hacemos ayuno?
Los mecanismos que sufren
alteraciones con el ayuno intermitente son los siguientes:
- Se aumenta el consumo de la grasa corporal, al no tener
aporte calórico, y por tanto se produce una disminución de su porcentaje
(puesto que utilizamos el tejido adiposo para producir energía). Se presume que
puede ser especialmente beneficioso al consumir
grasa visceral. - Si bien nuestro organismo se adapta a la ausencia de
alimentos bajando el gasto energético,
con el ayuno intermitente este efecto no llega a producirse (al contrario de lo
que ocurriría con un ayuno prolongado), consumiendo energía de forma habitual
durante los periodos de ayuno. La clave es que al organismo no “le dé tiempo” a
economizar en su consumo de energías. - Por otro lado, algunas personas encuentran satisfacción o
beneficio en el hecho de seguir un
horario y unas reglas, haciéndoles sentir mejor.
Estos podrían ser los mecanismos interesantes de cara a lograr una pérdida de peso. Sin embargo quienes se embarquen en esta disciplina se enfrentarán a picos de azúcar, sensación de hambre acuciante y otras posibles molestias como dolores de cabeza.
En cualquier caso, recomendamos
siempre planear un cambio de este tipo de
la mano de un facultativo que nos aconseje si seguir o no esta tendencia y
cómo y qué comer en las horas o los días en los que sí está permitido. Por
supuesto que abusar de esta práctica puede tener efectos muy adversos para el
organismo como la desnutrición o la pérdida de masa muscular.
Por otro lado, y recordando que aún no se cuenta con datos suficientes, existen voces en la comunidad científica que afirman que con un ayuno intermitente y una alimentación bien planeada se podría mejorar nuestra salud en varios ámbitos como el cardiovascular, el digestivo o el metabólico.
Tipos de ayuno intermitente
Según se estructuren los periodos de ayuno,
los tipos de ayuno intermitente más extendidos son los siguientes:
- Ayuno 16/8 ó 18
x 8: En esta variedad, tan solo podemos comer durante ocho horas al
día. De ese modo, durante dieciséis horas (que incluirán las de sueño), no
ingeriremos alimentos. Por ejemplo: se puede comer desde las 12:00 hasta las
20:00, periodo en el podríamos preparar unas 2 ó 3 comidas. - Ayuno 5/2 ó 5 x
2: En este caso se ayunan dos días completos a la semana, frente a los otros cinco
donde sí se come. Es recomendable vigilar la actividad deportiva en los días de
ayuno y nunca establecerlos de forma consecutiva. Por ejemplo, se podría ayunar
martes y viernes y comer de forma normal el resto de días de la semana.
Queda por tanto mucho por saber
sobre los posibles beneficios de esta práctica que cada vez tiene más adeptos,
que encuentran más sencillo seguir con esta rutina de abstención periódica que
comer de manera habitual una dieta baja en calorías. Sin embargo, las
reacciones positivas de quienes lo practican nos hacen pensar que podría mejorar nuestro estado físico.