Matrona en el Centro de Rehabilitación IMQ Deusto (Bilbao)
El momento de iniciar el cambio a los alimentos sólidos para tu bebé depende de varias condiciones que se producen cerca del medio año de vida. Algunos signos te indicarán que ha llegado el día, y es conveniente conocer qué es lo más adecuado para empezar a ampliar su dieta. En este artículo, te lo detallamos con claridad.
¿Cuándo está listo un bebé para la comida sólida?
La respuesta a esta pregunta es: cuando haya terminado la primera etapa de su alimentación, la de lactancia exclusiva, materna o artificial, que dura 6 meses. Sin embargo, no basta con que haya cumplido esta edad, sino que debe haber alcanzado además cierto grado de desarrollo motor.
La primera habilidad que debe conseguir es sentarse sin ayuda, sin apoyo, y controlar bien la cabeza, de modo que se mantenga estable. La segunda es que muestre interés, por ejemplo, que intente asir los alimentos con la mano o abrir la boca cuando te ve comer. Al principio hay que ir con lentitud y tantear la capacidad del niño o niña para manejar las distintas comidas, así como la aceptación que muestra ante cada una.
Una manera de empezar es darle un poco de cereal para bebés diluido con algo de leche. Si lo expulsa, es posible que aún no sepa llevar los sólidos a la parte trasera de la boca para poder tragar, pero pronto aprenderá. Otra forma es colocar trocitos de fruta o similares en un plato, para que los coja.
Si rechaza la comida, juega con ella o parece desconcertado, no insistas y dale leche para que no tenga hambre. Recuerda que cada bebé es diferente en su desarrollo y hay que tener paciencia.
Los buenos hábitos
El proceso de comer tiene momentos de actividad y otros en los que se debe hacer una pausa. Comer en posición sentada, manejar bien la cuchara y mantener el cuerpo erguido son costumbres que irá aprendiendo. Algo muy importante es compartir esta actividad con el resto de la familia, pues las evidencias indican que es positivo para el desarrollo del bebé.
Síntomas de alergia alimentaria
Es posible que algún alimento provoque una reacción alérgica, por lo que hay que suspenderlo de inmediato. Los que con más frecuencia presentan este problema son los huevos, los lácteos, el marisco, el pescado, la soja y el trigo. Los síntomas de alergia a los alimentos son los siguientes.
- Hormigueo o ardor alrededor de la boca.
- Labios o lengua hinchados.
- Sarpullido con picor.
- Sibilancias en el tórax.
- Dolor abdominal, diarrea y distensión con flatulencia.
Prevenir el atragantamiento
Atragantarse es un riesgo en los bebés de 6 a 12 meses de edad, que están aprendiendo apenas a masticar y a tragar. Ciertos alimentos tienen más peligro de provocar este problema y debes evitarlos en esta etapa:
- Granos de maíz enteros.
- Uvas o tomates cherry enteros.
- Frutas o verduras crudas, como la manzana o la zanahoria.
- Pasas y nueces enteras o sin cocer.
- Galletas muy secas.
- Caramelos duros o blandos
Recomendaciones adicionales
No hay que alarmarse si las deposiciones cambian de color, de aspecto o de olor, lo que es normal al consumir una dieta más amplia. La remolacha, por ejemplo, tiñe las heces y a veces la orina. Por otra parte, los fragmentos sin digerir son producto de la inmadurez del sistema digestivo, que no es aún capaz de procesar completamente los alimentos.
Sin embargo, las evacuaciones muy blandas o con mucosidad no son normales y pueden ser la manifestación de que tu bebé no tolera la nueva dieta. Lo mejor es suprimirla durante unos días.
¿Qué alimentos son los más recomendables para empezar?
La carne, el pescado, los cereales, los lácteos y las frutas o verduras son los indicados, aun así hay que presentarlos progresivamente, de manera que vaya acostumbrándose. El bebé con alimentación complementaria debe recibir comida de consistencia blanda y en raciones reducidas.
Lo apropiado es introducir un solo alimento nuevo en la dieta cada dos o tres días, por el tema de las alergias, y nunca se debe añadir sal ni azúcar. Estas son alternativas que les gustan a los bebés y que son fáciles de preparar:
Alimentos ricos en proteínas
El pescado, pollo o carne han de darse bien cocidos y muy desmenuzados, sin espinas ni nervios. Otros alimentos ricos en proteínas, como los huevos, pueden darse revueltos, siempre bien cocidos.
Purés
Las legumbres o cereales cocidos y mezclados con leche son un buen modo de iniciar los alimentos sólidos. Además, puedes hacerlos de zanahoria, patata, calabaza o manzana hervidas hasta que estén blandas y trituradas con un tenedor.
Las frutas y los lácteos
Los melocotones o plátanos se dan cortados en porciones muy pequeñas, que pueda coger con la mano. El queso se corta, al igual que las uvas, tomates y cerezas (sin las semillas).
Los alimentos sólidos para bebés son una fuente de nutrientes esenciales para su crecimiento. Proporcionárselos de una forma adecuada.