Psicólogo Grupal e Individual en la Unidad de Día Infanto-Juvenil IMQ AMSA. Psicólogo individual de atención Infanto-Juvenil de orientación cognitivo-conductual en Consultas Externas IMQ AMSA.
Los cambios psicológicos de la adolescencia acompañan a la transformación física y exigen una constante adaptación. Se modifican el pensamiento, la conducta y la forma en que la persona se ve a sí misma, y estas son solo algunas de las consecuencias que caracterizan a esta fase de la vida. Sigue leyendo para saber más.
¿Cuáles son los cambios psicológicos que atraviesan las y los adolescentes?
El término adolescencia deriva del latín adolescere, que significa «crecer hacia la edad madura». La idea del cambio va implícita en la definición, pues lo que era un niño o niña al principio de esta etapa vital, será una persona adulta cuando la haya culminado.
Es inevitable que se presenten algunas dificultades, porque este periodo de crisis es el momento de construir una identidad definida y distinta a la infantil. Sin embargo, los problemas de adaptación a veces se manifiestan de una manera no deseada. La razón es que, aunque la vitalidad y la salud están en un punto máximo, los riesgos psicosociales son altos.
Has de saber que el máximo peligro de desarrollar conductas de riesgo, como el consumo de alcohol o drogas, está en la adolescencia media, entre los 14 y los 16 años. En muchos casos, este riesgo guarda relación con el grupo de amistades.
La identidad
El o la joven siente un gran interés por sí mismo, sus ideas y fantasías, mientras que construye su propia interpretación del mundo. Admira y emula a ídolos irreales, como pilotos de carreras, cantantes de rock o actrices, aunque, si esta actitud se prolonga, puede ser una señal de baja autoestima. La intimidad es celosamente resguardada, no solo de sus amistades, sino especialmente de su familia (padre, madre, hermanas y hermanos…).
A medida que los adolescentes se alejan de los progenitores en búsqueda de su propia identidad, sus amistades se vuelven más importantes. Su grupo de amigos puede convertirse en un refugio seguro, en el cual el o la adolescente puede probar nuevas ideas.
En la adolescencia temprana, el grupo de compañeros por lo general consta de amistades no románticas, a menudo incluyendo "pandillas", bandas o clubes. Los miembros del grupo de compañeros con frecuencia intentan comportarse y vestirse en forma semejante, tener códigos secretos o rituales y participar en las mismas actividades.
Desarrollo del pensamiento en la adolescencia
Durante el proceso de desarrollo cognitivo, el pensamiento abstracto sustituye al concreto a partir de los 12 años. Más adelante, sobre los 15 años, las y los adolescentes diferencian lo que está bien de lo que no.
Por otra parte, elaboran sus propias teorías y comienzan a tomar sus propias decisiones. No obstante, no es sino hasta los 25 años cuando adquieren la proyección a futuro, la capacidad para controlar los impulsos, razonar y manejar el estrés y sus síntomas.
Una nueva imagen
Los evidentes cambios físicos, como el aumento de la estatura y la aparición de los caracteres sexuales secundarios, imponen una necesaria adaptación que no siempre es fácil. Hay dudas sobre la normalidad o no de la evolución corporal, y comparaciones con otras personas de la misma edad.
El rechazo a las modificaciones corporales puede conllevar una autopercepción distorsionada de la imagen. En estos casos, existe el riesgo de que se presenten algunos tipos de trastornos alimenticios, como la anorexia y la bulimia.
Los cambios rápidos y súbitos a nivel físico que experimentan las y los adolescentes favorecen la timidez, sensibilidad y a preocupación respecto a los propios cambios corporales. En esta etapa son habituales las comparaciones angustiosas respecto a sus semejantes.
Aspectos sociales en la adolescencia
La familia sigue siendo importante como referente, pero pasa a un segundo plano. La aceptación del grupo de sus iguales, es decir, sus amistades, cobra una relevancia desmedida.
Para conseguir esta aprobación, es posible que participe en actividades sanas, como las culturales o deportivas. Aun así, debes estar alerta ante las posibles conductas de riesgo, como el consumo de alcohol o drogas y la conducción temeraria.
Una fuerte necesidad de aprobación de sus iguales podría incitar a las y los jóvenes a intentar actos arriesgados o tomar parte en actividades inadecuadas. Los adolescentes se vuelven más fuertes e independientes antes de haber desarrollado buenas destrezas para evitar tomar comportamientos peligrosos.
Desarrollo de la sexualidad en la etapa adolescente
Los intereses sexuales y románticos surgen y empiezan a establecerse nexos de pareja, que progresivamente sustituyen al interés por el grupo de amistades en la adolescencia tardía. Hay curiosidad e inexperiencia para manejar las emociones y los impulsos, lo que podría llevar a experimentar.
A medida que el o la joven avanza hacia la adolescencia media (14 a 16 años) y más allá, la pandilla se extiende para incluir amistades románticas.
Desde la mitad hasta el final de la adolescencia, las y los jóvenes a menudo sienten la necesidad de establecer su identidad sexual, llegando a estar cómodos con su cuerpo y sentimientos sexuales. A través de las relaciones románticas, las citas y experimentando, en esta etapa aprenden a expresar y recibir intimidad o insinuaciones sexuales. Las personas jóvenes que no tienen la oportunidad de tales experiencias pueden tener más dificultad para establecer relaciones íntimas en la edad adulta.
Algunos comportamientos sexuales tienen potenciales consecuencias lesivas, como el sexo sin protección o la promiscuidad. El embarazo adolescente representa más del 2 % del total anual en Euskadi.
Deseo de independencia
El interés por las actividades del grupo familiar o las opiniones de los progenitores disminuye, y se llega incluso a recibir con recelo cualquier intento por establecer normas o acuerdos. Estas situaciones generan fluctuaciones en el humor y un vacío emocional que en la adolescencia se trata de llenar con otras relaciones.
Aparece el desafío a la autoridad. El o la joven entra en conflicto con sus progenitores, situación que empeora por la falta de independencia económica y el deseo imperioso de obtenerla.
Ansiedad social y sus síntomas
Uno de los riesgos de la adolescencia es la aparición de trastornos emocionales, como la ansiedad social y sus síntomas. Existe un temor persistente al contacto con otras personas y se evitan las situaciones en las que puedan quedar expuestos. Hay angustia ante la posibilidad de humillación o ridículo, así como una sensación de vergüenza constante.
Una primera señal, a la que debes prestar atención, es que tu hijo o hija se prepara excesivamente, con preocupación o tristeza, antes de una reunión social o al tener que hacer una presentación en el colegio. El detonante de este trastorno puede haber sido algún incidente embarazoso en el pasado reciente.
Cuando los cambios psicológicos en la adolescencia se desarrollan con normalidad, el o la joven logra una progresiva independencia, establece relaciones amorosas y amistosas sanas, y acepta su nueva imagen corporal. Finalmente, se consolida la identidad en todas sus facetas.