Especialista en Neumología de IMQ
En los últimos 20 años otros tumores malignos frecuentes, y que ocasionan más muertes, como son: cáncer de mama, colon y próstata han reducido vertiginosamente su mortalidad mediante programas de detección precoz muy eficaces. Sin embargo, la mayoría de los cánceres de pulmón se diagnostican hoy en día en estadios avanzados en los que la curación es muy difícil.
En España fallece una persona cada 20 minutos por cáncer de pulmón y cada año se diagnostican alrededor de 30.000 nuevos casos. Se trata de uno de los tumores con mayor incidencia y de mortalidad muy elevada. El 80% de los afectados son hombres y el 20% mujeres, y la mayoría debutan con enfermedad extendida, hecho que conlleva uno de los peores resultados de supervivencia. El factor principal de este mal pronóstico es que actualmente únicamente pueden ser intervenidos quirúrgicamente 2 de cada 10 pacientes diagnosticados de cáncer de pulmón.
El tratamiento curativo más eficaz es la extirpación mediante cirugía, pero para poder llevarla a cabo es necesario que el tumor esté localizado, es decir, que no se haya extendido a ganglios linfáticos ni a otros órganos.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), el cáncer de pulmón es la principal causa de muerte por cáncer en España y presenta una tasa de supervivencia a 5 años inferior al 15%.
Prevención del cáncer de pulmón
El principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de pulmón es el tabaquismo, responsable del 90% de los casos. El restante 10 % se deben a otros factores importantes como el tabaquismo “pasivo”, la exposición al gas radón residencial, el asbesto, la contaminación ambiental u otros carcinógenos, además de antecedentes familiares. Es decir, sin el tabaco el cáncer de pulmón sería una enfermedad minoritaria.
No todos los fumadores desarrollan cáncer, pero hoy en día no disponemos de ninguna técnica que nos permita discriminar qué persona va a desarrollar esta enfermedad. El riesgo es proporcional al número de cigarrillos que se fuman al día y a los años que se ha fumado.
Al dejar de fumar el riesgo de desarrollar un cáncer de pulmón disminuye progresivamente, pero no se equipara con el riesgo de personas no fumadoras hasta pasados aproximadamente 20 años. Es poco común desarrollar un cáncer de pulmón antes de los 50 años de edad. Por ello, no fumar y dejar de fumar siguen siendo las mejores armas de prevención contra el cáncer de pulmón.
El diagnóstico precoz, la mejor oportunidad de curación
A diferencia de otros tipos de cáncer, la detección precoz del cáncer de pulmón es más difícil porque el enfermo comienza a experimentar síntomas cuando el tumor ya se encuentra en un estadio avanzado.
Los primeros estudios de detección precoz en cáncer de pulmón se remontan a los años setenta y ochenta del siglo XX utilizando la radiografía de tórax y la citología de esputo como herramientas. Estos estudios objetivaron un beneficio individual para las personas diagnosticadas de cáncer de pulmón, pero no demostraron una disminución de la mortalidad global.
Sin embargo, a finales del siglo XX, investigadores de la Universidad de Cornell de Nueva York descubrieron que realizando un TAC (scanner) de baja dosis de radiación (TCBD) de tórax en personas de alto riesgo (fumadores o exfumadores, de 55 a 74 años de edad, con un hábito tabáquico acumulado de al menos 30 cigarrillos al día) sin síntomas de ningún tipo, pueden detectarse tumores malignos pequeños y no extendidos que son susceptibles de ser extirpados de forma definitiva mediante cirugía.
De no ser detectados mediante esta técnica hubieran pasado inadvertidos hasta extenderse y producir síntomas, en cuyo caso el pronóstico y las posibilidades de curación son significativamente peores.
A día de hoy la experiencia con la TCBD es muy amplia y su éxito ha generado un gran interés en el campo de la detección precoz del cáncer de pulmón y ha dado lugar a la creación de un grupo internacional constituido por varios hospitales, NLST (National Lung Screening Trial). El estudio de este grupo concluyó que el diagnóstico precoz con TCBD reduce significativamente la mortalidad por cáncer de pulmón entre un 20% y un 60%. También supuso una reducción en la mortalidad global del 6,7%.
Los datos de este estudio son de una gran importancia y la generalización de esta prueba y el implantar programas oficiales de detección precoz del cáncer de pulmón, tal y como existen para los cánceres de mama, próstata y colon puede llegar a salvar muchas vidas.
Sin embargo, en España, este procedimiento no está financiado por el Sistema Nacional de Salud. Demostrada su eficacia, el mayor reto que tenemos para su implementación en España es identificar de forma correcta a la población de riesgo a la que dirigirlo, es decir la identificación de fumadores activos o personas que hayan dejado de fumar en los últimos 15 años una cantidad significativa de tabaco (una cajetilla/día durante 20 años) y que se encuentren en la franja de edad 55 a 75 años. Es fundamental poner en marcha proyectos piloto en diferentes Comunidades Autónomas que nos permitan explorar la mejor manera de llevarlo a cabo a nivel nacional.