El tabaquismo continúa siendo la principal causa de muerte prevenible, con una influencia directa en el 13,5% de los fallecimientos que se producen en Euskadi. No hay que olvidar que un 25,7% de la población vasca fuma a diario, una tasa que supera la media de la UE. Dejar el tabaco es, sin duda, un buen propósito con el que iniciar el año. Para ello, los tratamientos más eficaces consisten en sumar el apoyo psicológico, ya sea individual o grupal, y el uso de fármacos.
Respecto a los medicamentos para dejar de fumar, existen varios indicados en función de las necesidades de cada paciente: el bupropión pertenece al grupo de los antidepresivos y actúa en los centros cerebrales implicados en la adicción. La vareniclina, diseñada específicamente para dejar de fumar, reduce el efecto de la nicotina y, por consiguiente, los síntomas asociados a la abstinencia. Por otro lado, está la administración de nicotina, que se lleva a cabo en forma de parches, chicles y caramelos, en dosis decrecientes. Estos tratamientos habitualmente se realizan durante 2 o 3 meses, precisando de controles durante el primer año.
Asimismo, la nortriptilina –administrado para la depresión- y la clonidina –contra la hipertensión– son fármacos llamados de segunda línea, que se utilizan cuando fallan los anteriores. Cabe señalar que el conocimiento acumulado durante los últimos años permite realizar tratamientos combinados de los medicamentos, es decir, el uso simultáneo de varios de ellos y durante periodos más prolongados cuando es necesario.
Programas psicológicos para dejar el tabaco
Los programas psicológicos para dejar de fumar,combinan múltiples técnicas que aportan habilidades prácticas para lograr dejar de fumar y consolidar esta decisión en el tiempo. Se utilizan estrategias de control del estrés, resolución de problemas asociados y entrenamientos en habilidades conductuales para hacer frente al síndrome de abstinencia y a las posibles recaídas.
También hay programas de seguimiento telefónico y participación online que han demostrado ser eficaces a la hora de dejar de fumar. Tienen como ventaja un coste más bajo y, al incluir el uso de las nuevas tecnologías, pueden ser atractivos para fumadores jóvenes.
La motivación: fundamental para el éxito a la hora de dejar el tabaco
Los resultados de estas intervenciones realizadas por personal sanitario que compaginen apoyo psicológico y medicación alcanzan éxitos del 30 al 50%. Eso sí, a la hora de elegir la modalidad de tratamiento influyen preferencias del paciente, trastornos y enfermedades asociadas, y disponibilidad de tiempo.
No obstante, uno de los factores más importantes para que funcione cualquier tipo de terapia es que el fumador tiene que estar suficientemente motivado para poder intervenir con éxito. Así, las encuestas reflejan que más del 66% querría dejar de fumar y que, de hecho, la cuarta parte lo intentó durante el pasado año.
Efectos positivos de dejar de fumar
Los principales beneficios para la salud de dejar el tabaco no se producen a corto plazo, aunque comienzan a sentirse enseguida y se multiplican de manera progresiva:
- A los 20 minutos se reduce la presión arterial.
- Entre las 2 semanas y los 3 meses mejoran la circulación y la función pulmonar.
- Entre el primer y el noveno mes disminuye la tos y la falta de aire y decae el riesgo de infecciones.
- Transcurrido un año, el riesgo de enfermedad coronaria baja casi a la mitad.
¿Y el cigarrillo electrónico, qué?
En cuanto al cigarrillo electrónico, no se puede incluir en el concepto de tratamiento sustitutivo con nicotina ya que falta información sobre su eficacia y seguridad. Además, existe preocupación porque facilita el acceso a la nicotina de jóvenes no fumadores al disminuir la percepción del riesgo, mismo motivo por el que muchas personas pueden retrasar el abandono del tabaco.
Existen numerosas terapias ampliamente utilizadas de las que no hay una evidencia científica sobre su eficacia, en ocasiones por la falta de estudios rigurosos. Aquí se incluyen la acupuntura, la homeopatía, la hipnosis y técnicas con láser. La selección de pacientes motivados junto con métodos de apoyo psicológico mejoran algo sus resultados.
Dr. Esteban Ruiz de Gordejuela
Especialista en Neumología de IMQ